Capítulo 4: Tony, que ocurre?

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Al día siguiente, Tony acompañó a Steve a dejar al pequeño Peter a la escuela. Después de todo, no tenía nada que hacer.
Caminaron con una mano de Peter en la de cada uno. El pequeño niño parecía más feliz de lo que se encontraba el día anterior.
Se iba columpiando de ambos brazos. El soldado y el hombre de hierro lo miraban sonriendo. A ambos les alegraba verlo así.
Claro que no podían ir así como si nada. Al Cap casi nadie lo reconocería, así que el no tenía de que preocuparse.
Y Tony...bueno, era otra historia. Él tuvo que ponerse lentes, Horra y bufanda para que nadie lo reconociera.
Cuando llegaron a la escuela, Tony se agachó a la altura de Peter.
-Oye Niño Araña-Steve sonrió ante el apodo- si te vuelven a decir algo-hizo una pequeña pausa para pensar- golpealos.
Steve abrió mucho los ojos.
-Tony!
El se rió.
-No, mentira, es broma. -se puso serio- si te vuelven a decir algo, le dices a tu maestra, o a mi o a Steve. A quién tu quieras. Pero no te dejes, ni te quedes callado, entendido?
Peter asintió.
-Bien.
Se enderezó y se volteó.
Steve se quitó la pequeña mochila del hombro (la cual se veía bastante curioso en un hombro tan grande como el de el Capitán) y se la entregó a Peter.
Se agachó a su altura, al igual que Tony.
-Suerte.
Le dió un beso en la mejilla y lo abrazó.
-Te quiero.
Fue un pequeño susurro en el oído del soldado, pero suficiente para derretirlo entero.
Se enderezó y le dió un pequeño empujoncito en la espalda para que caminara hacia la puerta.
La maestra del portón, al verlo, le sonrió.
-Hola Peter.
Volteó a ver al soldado, y le sonrió de igual manera, sólo que con un toque de coqueteo en esta.
Tony lo notó. Y sintió una enorme punzada de celos en el pecho. Decidió ignorarlo.
-Capipaleta, vamos!
Steve se volteó a ver a Tony.
-Ya voy!
Steve se dirigió hacia donde se encontraba su compañero vengador.
-Ya terminaste de coquetear?
Steve lo miró con confusión.
-Pero...yo no estaba ...
-No importa Cap. Muevete!
Comenzaron a caminar hacia la torre de nuevo.
Se quedaron en silencio, hasta que Steve vio una heladería.
-Helado?
El pelinegro sonrió.
-Tu invitas.
Steve asintió.
Compraron los helados, Tony chocolate, Steve vainilla, y siguieron caminando.
-Oye Tony, y ya encontraste una manera de "curar" a Peter?
Tony dejó salir un suspiro.
-No, es demasiado difícil encontrar una manera de sacar esa parte de ADN de él. Y si sólo lo suprimo, puede ser dañino para el.
Steve lo volteó a ver, y sonrió.
-Encontraras una manera Stark, siempre lo haces.
Tony sonrió ante el comentario.
Terminaron de comer sus helados, y tiraron las servilletas al cesto de basura más cercano.
Steve se quedó mirando a Tony por unos momentos, y se dió cuenta de que tenía una pequeña mancha de helado en su mejilla.
-Uh...tienes algo...
-Que?
-Olvidalo
Steve se estiró hacia Tony, y con su dedo quitó la mancha de su mejilla.
Al tocarlo, sintió como una corriente recorría todo su brazo.
Tony lo sintió también.
-G-gracias.
Steve se volteó, y se sonrojó.
-N-No hay problema .
Siguieron su camino en silencio.
Cuando llegaron a la torre, sin decir nada, Steve se fue directo a su estudio, mientras que Tony se fue directo al laboratorio.
Pasaron horas encerrados dentro de los cuartos. Steve intentaba dibujar, pintar algo, cualquier cosa, pero lo único que se le venía a la mente en esos momentos eran unos hermosos ojos cafés.

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Cuando llegó la hora de ir a recoger a Peter, ambos salieron de sus refugios y se dirigieron a la puerta. Ninguno dijo nada sobre lo ocurrido más temprano.
Caminaron en silencio hasta llegar a la escuela.
Al ver a Peter, la cara de Steve se iluminó.
Era sorprendente como en tan poco tiempo el había llegado a tomarle tanto cariño al pequeño.
Peter, al ver al soldado en la puerta, corrió en su dirección, pero al contrario de el día anterior, tenía una enorme sonrisa adornando su rostro.
Se lanzó sobre lo brazos de Steve, y lo abrazó por el cuello.
-Hola campeón. Como te fue en la escuela?
-mejor.
Steve sonrió.
-Que bueno. Quieres contarnos cómo te fue?
Tony sonrió ante el "contarnos".
Peter asintió.
-Pero en casa, bien?- esta vez fue el turno de Tony de hablar, y el turno de Steve de sonreír por el "en casa".
Peter asintió de nuevo.
-Bueno.
Steve comenzó a caminar con Peter aún en sus brazos.
Tony se acercó a ellos, y tocó el brazo de Steve.
Otra vez la corriente eléctrica.
Steve lo volteó a ver.
-Mande?
-Dejame cargarlo.
Steve sonrió, y volteó a ver a Peter, a modo de pregunta.
Peter asintió.
-Claro.
El Capitán extendió sus brazos hacia Tony para entregarle al niño.
Peter extendió sus brazos y los enredó al rededor de el cuello de Tony.
Steve sonrió, y Tony también.
Siguieron caminando en un silencio cómodo hasta la torre, y una vez dentro, Steve se dió cuenta de algo al entrar al piso.
Se quedó en seco.
-Tony.
-Que?
-No hice la comida.
Ambos se miraron entre sí.
Luego explotaron entre risas.
Porque? Ninguno lo sabía. Les parecía gracioso, pero no sabían por que.
Peter sólo los miró como si estuvieran locos, pero después de unos segundos, también se comenzó a reír.
Ya más calmados, se fueron a la sala a pensar que hacer. Tony sentó a Peter en uno de los sillones.
Steve se dirigió a la cocina, intentando pensar que platillo podría hacer rápida en esos momentos. No le venía nada a la mente.
Tony salió con una solución. Para sorpresa de ambos.
-Capipaleta, porque no ordenamos pizza?
Steve alzó la mirada del libro de cocina que se encontraba leyendo en esos momentos.
-Buena idea.
Tony tomó el teléfono y marcó. Hablando con el chico, tapó un momento el micrófono para hablarle a un ahora pintado de plumón por Peter Steve.
-De que la quieren?
-Pepperoni!
Si, ambos dijeron lo mismo. Y Peter siguió con su tarea de pintarle un casco a Steve en la cara.
-de pepperoni, por favor. 3. Si, gracias.
Tony colgó.
Ahora solo tenían que esperar.
Por primera vez, Tony se sentía tranquilo. Nadie lo perseguía, ni le tomaba fotos, ni lo acechaba. Estaba tranquilo y feliz.
Y muy probablemente enamorado también.



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