No pude sacar la sonrisa de Joyce durante toda una semana. Clara notó que estaba ligeramente alegre, a pesar de que Greta me había terminado, y de que los pocos amigos que tenía lo sabían. Y Mery, ni siquiera la había visto desde el beso, y compartimos algunas clases. Creo que me está evitando, pero no hay problema por mí, ya no me importa lo que haga o deje de hacer Mery.
Había hablado por facebook con Joyce; era de Nueva Inglaterra, y hacía pocos años se había mudado aquí, a Nueva York. Planeaba ser doctora, le gustaban mucho los niños, y quería viajar por la mayor parte del mundo.
Era muy interesada en los niños, y los fines de semana trabajaba de niñera de sus sobrinos. También asistía a unas clases de trabajo social en su tiempo libre. Era una persona muy ocupada, lo que no me molestaba en lo absoluto, eso no le quitaba lo hermosa que era. Quedamos de vernos algún día y estoy contando las horas para que llegue el día.
***
La clase de cálculo se hacía más largas que otros días, ¿por qué? Por que dentro de unas horas me vería nuevamente con Joyce y no podía contener mi emoción. No le había dicho a nadie que saldría, podrían arruinarmelo (indirecta para Mery). Clara sospechaba algo, era muy buena para eso, y había estado siguiendome como toda una hermana fastidiosa que era ni siquiera la había visto últimamente con su novio.
El profesor ordenó un trabajo para el fin de semana, el cual haría en otro momento, luego tocaron el timbre y fui el primero en salir, todos me miraron ya que casi chocó contra la puerta por la emoción que llevaba. Saqué algunas cosas del casillero, antes de salir en carrera hasta la entrada de la escuela. Mi papá no había venido por nosotros, seguro se retrasó en el trabajo. Si me iba caminando me arriesgaría a encontrarme con mi hermana, que no paraba de hacer preguntas, o con Mery, o con Greta en el ultimo de los casos. Así que telefoneó a mi papá, pero me dijo que se demoraría y que caminará. O corriera. Así que corrí, pero me cansé tres cuadras después, lo que me obligó a parar y descansar.
-Jason, no pienses moverte... -escuché la mandona voz de Clara. Al parecer también venía corriendo. -¡Qué rayos te pasa! Saliste corriendo como alma que lleva el diablo... -se sentó jadeando en el andén. -¿Por qué estas así?
-¿Feliz?
Ella rodó los ojos: -¿A dónde vas? -me preguntó. Me encogí de hombros.
-Voy a salir con una chica. -le contesté. -Pero no le vayas a decir a nadie. He planeado esto por más de una semana y no quiero que la tramposa de Mérida me arruine las cosas nuevamente. Así que callas.
-¿Hace una semana no salias aún con Greta? -abrió los ojos. Se levantó y se colocó a mi lado, ya que empezaba a caminar otra vez.
-Ella me terminó hace una semana, y hace una semana conocí a Joyce. -confesé.
-Que rápido reemplazaste a Greta. -comentó y por primera vez sentí algo que no era burla. -A demás de lo que le hiciste.
-Fue Mérida. Ella lo hizo y Greta le creyó. -me crucé de brazos. -Y no sé...
-Calla. -interrumpió mi hermana. -Nunca pensé decir que eras un idiota de verdad, pero eres un idiota de verdad, de a de veras. Yo he salido con idiotas, aunque me duela decirlo, pero...
Se quedó en silencio, con las palabras en el aire, hasta que solo se encogió de hombros. Se levantó del andén y cuando abría la boca para hablar, levanté el dedo en ademán de que se callara.
-¿Terminaste de sermonearme, mamá? -dije. Ella negó con la cabeza y siguió caminando. Quién se creía ella para llamarme idiota. Sí, había sido un idiota, pero por enamorarme de un persona como Mery. Ella en su vida me daría una oportunidad, y yo lo sabía; pero estaba tan estúpidamente prendado de ella que no me daba chance con nadie. Y cuando salí con Greta, Mery sintió la falta de su inútil amigo para que la consolase en medio de su ruptura amorosa, y no dudó en arreglárselas para dañarme la relación que por fin había llegado. Y Greta le creía. Después de que me confesó que Mery salía con su novio, supe que Greta no tenía un concepto agradable de Mery, sin embargo le creyó a esa mentirosa en vez de mí. Ruego al cielo que Joyce no conozca a ninguna de ellas, tal vez se confabulen en contra mía.
Por suerte me deshice de mi hermana, ella era un obstáculo y esperaría de ella no menos que de las otras dos chicas. Clara era capaz de actuar frente a Joyce y fingir que se le escapaba que había recién terminado con Greta hacia un semana y sin dejar las razones en el aire, soltaría, junto con una carcajada que fue porque mi ex mejor amiga le envió una foto en la que nos estábamos besando. Era capaz de eso y más, como decir que sospechaba que aun seguía enamorado de mi ex mejor amiga. Las chicas tiene una mente dispuesta para cada tema y de inventarse un montón de situaciones, y que todo les salga a la perfección.
Caminé a casa, un poco despacio, más desacelerado, no quería encontrarme con Clara de nuevo. Llegué a unos minutos más temprano de lo que llegaba normalmente a casa, pero tarde para nos planes que tenía hoy. Había ideado un plan, no perfecto del todo, pero uno del que estaban excluidas Mery y Greta, y mi hermana, por supuesto. Me imaginé que Joyce viviría cerca de la casa de Greta, así que el parque no era la primera opción para encontrarnos; Greta podía andar cerca. Así que me decidí por un centro comercial, uno grande y concurrido, eso evitaría que me chocara con Mery o Clara, además tenía que ser uno que estuviera lo más lejos del vecindario. Luego de pasear un rato, preguntaría a ella por un lugar para comer, ella en su timidez, probablemente, se encogiera de hombros y yo decidiría el lugar. Llegaríamos a comprar algo y continuaríamos caminando, conversando y comiendo. Al comenzar a oscurecer, ella propondría que pasáramos por algún lugar que le gustara; iríamos; haría todo lo posible por acercarme a ella, y porque no, besarla. Vendría el incómodo-cómodo momento de silencio, y ella algo confundida, diría que le gustaría ir a casa porque tiene algo importantísimo que hacer al día siguiente. Probablemente iríamos caminando y charlando. Me diría que la dejará a unos metros de su casa, yo me mostraría reacio, pero aceptaría. Y sólo hasta que ella entrara a su casa, me alejaría lentamente.
Y pronto comenzaríamos a salir.
***
Para mi suerte, la mayoría de las cosas resultaron más que satisfactorias. Joyce es algo más lanzada de lo que me esperaba, porque cuando apenas nos encontramos me dio un beso en la esquina de los labios, cosa que me sorprendió, pero no me quejé. A demás, sus gustos eran muy particulares, por lo que terminamos comiendo algo tan poco romántico como lo era el pan. Mientras estábamos cerca de la biblioteca, donde suele leerles a los niños, le besé y ella también, por lo que el silencio incómodo que esperaba fue cambiado por risas, y me dijo que quería irse a casa porque tenía que presentar una obra de teatro al día siguiente y que su papel era el de cajera de banco hiperactiva y chismosa, y no de Bella Durmiente. Al final, sólo la acompañé al lugar en que nos habíamos encontrado por primera vez, donde volví a besarla, y quedó más que por hecho la próxima cita.
Ella se fue a paso rápido, yo esperé a darme la vuelta cuando desapareciera de mi vista. Tenía mi sonrisa de satisfecho grabada en la cara. Aunque, era más por el hecho de que nadie arruinó mi plan, que por que me gustaba Joyce. Ella era una habladora, hasta por los codos hablaba; era extrovertida y muy animada, pero sus temas eran siempre los mismos: sus planes, sus queridos niños, su fanatismo por la música irlandesa y su afán por que sus planes resultarán. Además de que en ningún momento dejo de evocar a su tortuga de mar, la redonda Marta. Ahora que iba de regreso a casa y recordaba todo de no que habló, me pareció aburrida. Tenía tantas cosas en su cabeza que ni siquiera se paraba bien en la tierra, lo digo de manera metafórica, porque estaba en las nubes siempre e ignoraba a lo que le rodeaba cuando abría la boca. Sin embargo, no dejaba de ser atractiva. Aunque ya había descubierto en porque los noviazgos de Joyce fueron tan cortos. De eso también habló.
Al final de todo, solo le quedaba su belleza. Tal vez cuando sea una mujer más madura y todos sus planes ya estuvieran cumplidos, no fuera tan aburrida y sus palabras y pensamientos le harían complemento a su atractivo físico.

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Friendzone.
Roman pour AdolescentsNo hay nada más difícil que intentar salir de la Friendzone.