Primera

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Presta atención en tus ejercicios y no pierdas el ritmo de tus movimientos. Concentrate en tu contrincante y olvida a los o las omegas a tu alrededor.

— ¡Styles! ¡Es la maldita quinta ve que te grito por no poner atención a los movimientos!-. El alfa de ojos verdes no podía concentrarse, romper las reglas era lo que más le gustaba pero las reglas creadas por su padre y el ex mejor boxeador del mundo era las que menos deseaba romper.

— Lo siento Will, no sé que me pasa hoy-. El beta rodó los ojos y dejó al chico beber su agua mientras veía a la gente que llegaba al gimnasio y principalmente ese día que iría el jefe del sitio.

Harry Styles era el boxeador más joven que había en aquél gimnasio, su padre, Des Styles había sido el mejor del mundo durante toda su carrera y su hijo menor había deseado seguir sus pasos desde la primera vez que le vio pelear en vivo. Aquel alfa era deseado por omegas de todas las clases pero él siempre decía "Estaré con un omega cuando sienta a mi verdadera alma gemela" en verdad aquello desesperaba a su madre ya que ella deseaba nietos pero por deseos de su hijo no le pedía más cosas a pesar de que él era quien la mantenía y cuidaba cuando podía.

— ¡Styles! ¡Mueve tu gordo y sudado trasero hacia acá!-. El rizado simplemente rió y se acercó a su entrenador notando como un hombre se encontraba a su lado con ropa deportiva y lo conocía a la perfección.

— Es un gusto volverle a ver señor Robert-. Harry estrechó la mano del alfa y éste asintió.

— El gusto es mío querido Harry y quería avisarles que por primera vez vendrá mi hijo al gimnasio a intentar practicar-. Harry asintió. En realidad deseaba ver a ese chico ya que todos hablaban de él en el gimnasio.

— Bien, basta de retrasos que tenemos que ir a terminar de entrenar-. El rizado asintió y fue directo al ring para seguir su entrenamiento.

Media después la puerta del local se dejó escuchar y por ahí se dejó ver a un chico de cabello castaño correr hacia el ring donde el alfa le veía divertido desde una esquina.

— Lo siento Mark, se me hizo un poco tarde-. El chico chocó contra el ring por correr.

— Sólo porque es la primera vez que vienes y porque eres hijo del dueño te paso esta Tomlinson-. Harry sonrió. Así que ese chico era el famoso Louis Tomlinson y la sorpresa era que es un omega.

>> ¡Styles! Es hora de que hagas algo productivo con tus malditos músculos, es tu turno de enseñarle a Tomlinson a pelear-. El alfa asintió. Era hora de jugar un poco.

Quince minutos de calentamiento y ya era hora de poner a sudar (más aun) al omega castaño.

— Tú eres el famoso Harry Styles-. El rizado rió. Era divertido el que la gente dijera eso cuando su padre fue el de la fama.

— Famoso no soy y si lo fuera créeme que no estaría aquí-. Harry se colocó en posición de ataque recibiendo casa golpe que el omega le daba pero llegó un momento en el que Louis le dio un golpe certero haciéndole caer y así siguió.

— ¡Styles! Es deprimente que Louis te vaya ganando siendo nuevo aquí-. El rizado negaba mientras se limpiaba la sangre de su labio.

— Lo siento Will, no fue mi intención-. El chico sabia que fue el repentino aroma del omega lo que lo había distraído.

— Vamos Hazza, puedes moverte-. Harry seguía algo nockeado por el aroma del omega, su maldita adrenalina lo había hecho perder el equilibrio.

A lo largo del entrenamiento Harry tuvo que cambiar de puesto con su entrenamiento, el aroma del omega lo estaba matando y no sabia el por qué.

— ¿Qué? ¿Ya te cansaste?-. Liam el mejor amigo del rizado le gustaba molestarle.

— No es gracioso Li, no entiendo qué fue lo que sucedió-. A lo lejos veía al joven castaño seguir peleando contra el chico que les ayudaba. Se sentía abrumado por el aroma del chico como para seguir peleando.

Salió del local unas cuantas horas después de haber entrenado lo suficiente con Willy y también con Louis que a pesar de que seguía algo nervioso por él pudo controlar a su alfa.

— ¡Harry!-. Rápido volteó a ver al dueño de la voz chillona a sus espaldas y sonrió al ver a Louis corriendo hacia él-. So-sólo quería decirte que gracias.

— ¿Gracias?-. El rizado veía como el chico intentaba recuperar su aliento a pesar de venir de hacer ejercicio.

— Eres el único alfa que quiso hacer ejercicio conmigo, todos los demás piensan que soy un débil sólo por ser omega-. Vio como las mejillas del chico tomaban un color carmesí y sonrió, sonrió dejando ver esos hermosos hoyuelos en sus mejillas.

— No te preocupes Lou, podrás seguir ejercitando conmigo si así lo deseas-. El castaño sólo asintió feliz y le entregó su número al rizado por si algún día deseaba platicar con alguien o simplemente salir.

Harry llegó a su casa feliz después de haber platicado con el omega, su alfa se sentía tranquilo después de un largo día y por fin podría descansar en paz por lo menos unas cuantas horas antes de volver al gimnasio al día siguiente.

Despertó con energía, en la noche había hablado con el omega y el chico le había dicho que iría, no para entrenar pero sí para ver al rizado practicar y después verían si saldrían algún lado.

Llegó al lugar sonriente y en las escaleras del lugar vio a Louis con su mirada perdida en la nada con sus audífonos puestos y sonrió al ver que el chico se había despertado de su tranze y fue directo a él.

— Parecías dormido-. Saludó el alfa y el omega rió.

— Desperté temprano sólo por venir a verte, eso debería tener alguna recompensa-. Louis se tapó la boca al darse cuenta que había abierto la boca demás y sus mejillas se tiñeron de rojo.
Harry se acercó al muchacho y plantó un beso en su mejilla dejándolo atontado y sonriente.

— Vamos antes de que el entrenador me mate por llegar tarde-. Asintió y siguió a Harry. Ambos sonriendo como colegialas enamoradas.

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Esta novela es diferente ya que se basará en reglas que más para boxeo son como para la vida diaria. Los tiempos en los que será narrada varían, a veces serán días seguidos, otros son meses después o hasta años pero siempre tendrán concordancia.

Gracias por empezar a leer.

30 Reglas De Boxeo | Larry StylinsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora