30 Reglas De Boxeo | Larry Stylinson

Décima sexta.

"Siempre que conocemos a alguien nuevo, lo único que esperamos de esa persona no nos provoque problemas."

— ¡Harry! Ven aquí, muchacho-. Dejando el costal de boxeo de lado, el rizado de acercó hasta su entrenador, el cual se encontraba junto a un chico nuevo.

— ¿Sí?-. El hombre sonrió al rizado al verlo. Su mejor luchador, un hombre que le tocaría enseñarle a los demás.

— Él es Nick, el chico acaba de llegar ahora así que por favor sé bueno con él, nada brusco, Styles-. Dando un asentimiento con su cabeza, ambos fueron a los sacos de boxeo para comenzar con el entrenamiento de ese día.

Pasado el mediodía, ambos chicos se dispusieron a tomarse un pequeño descanso mientras que el entrenador regresaba con ellos y en ese lapso, cierto omega castaño se dispuso a ir al local de su padre para ver a su alfa, tomando la pequeña mochila de su hijo y caminó hasta el sitio el cual no quedaba tan lejos como para tomas una autobús.

Llegando al local, la beta de la recepción lo saludó con un "buenos días" y antes de ingresar en busca de su alfa, un aroma familiar llegó hasta su nariz haciendo que la arrugara y la imagen de un alfa se pusiera en su visión.

- Pero mira nada más a quien tenemos aquí, pero si es Tomlinson, el bello omega de la universidad-. Louis al escuchar la voz odiosa de Nick, su idiota ex compañero de clases.

- Pero si es el odiado de Nick, linda sorpresa verte por aquí-. El alfa rodó los ojos y no pudo evitar levantar una ceja el ver al niño en brazos del omega.

- ¿Y ese bebé? Porque debo decirte que no tiene parecidos contigo-. El castaño miró a su bebé. Bueno, en eso podía darle la razón, era obvio que el niño era una copia de su alfa.

- No es algo que te incumba-. Louis no podía permitir que su aroma lo delatara. Nunca le había gustado estar a solas con ese alfa, uno que varias veces intentó morderlo a la fuerza, acorralándolo en los salones de la universidad.

Justo antes de que el pelinegro le dijera alguna tontería al omega por burla, el alfa de cabellos rizados salía con su mochila en mano y no pudo evitar sonreír al ver a su omega y a su hijo esperándolo con... ¿Nick? Y parecía que tenían una extraña plática ya que los nervios del castaño los empezaba a sentir por culpa del lazo.

- Hola, Lou-. Sin importarle la mirada de curiosidad que el otro chico le daba, el alfa tomó a su hijo en brazo dándole un beso en su mejilla y escuchándolo reír y un beso en los labios su omega.

- ¿Me he perdido de algo?-. Nick veía a la pareja confundido y aún más al ver el agarre en la cintura del omega, forma posesiva del alfa en demostrar que ese chico era suyo.

- Oh, sí, Nick, él es Louis, mi omega, Lou, él es Nick, un chico que acaba de llegar-. Louis no pudo evitar ocultar su rostro en la camisa de su alfa. Daba gracias a que el rizado siempre cambiaba su camisa después de entrar.

- Sí... Louis y yo ya nos conocemos-. Extrañado, Nick veía cómo Louis pasaba su nariz por el pecho del rizado, y éste lo abrazaba más.

- ¿Ah sí? ¿De dónde?-. Bajó su mirada al omega en sus brazos y Louis sólo suspiró. Maldito seas Nick.

- Éramos compañeros en la universidad, él se sentaba a un lado mío-. Vio los ojos del contrario y lo vio sonreír. Por supuesto que Louis iba a negar que él era su acosador personal los primeros años de él ahí.

¾ Oh, eso es bueno saberlo-. Besó la cabeza de su hijo y decidió despedirse de su nuevo amigo para irse con su familia a su hogar.

Al día siguiente, una hora antes de que Harry regresara de su entrenamiento, el timbre de la casa de la pareja sonó y Louis fue a ver limpiando sus manos en su pantalón y fue a abrir la puerta no sin antes darle una rápida mirada a su hijo.

- ¿Qué se supone que haces tú aquí?-. Louis veía a Nick de pies a cabeza. ¿Cómo había conseguido su dirección?

- ¿Me dejarías pasar?-. Rodando los ojos, el omega dejó pasar al alfa y éste comenzó a inspeccionar con ojo crítico todo el hogar del omega.

- ¿Vienes a por algo o a ver mi casa?-. Louis fue a por su hijo que lo esperaba con los brazos alzados.

- Me es sorprendente que ahora eres todo un omega de casa, querido Louis-. Nick volteó a verlo cargando a ese bebé.

- Por desgracia esto es mi naturaleza, pero soy feliz con mi alfa-. El pelinegro gruñó ¿Por qué mierda el alfa del chico que él quería para sí, tenía que ser el maldito alfa que era tan bueno con él.

- Tu alfa... ¿Por qué tenía que tocarte alguien tan amoroso?-. Louis se encogió de hombros y decidió darle un juguete a su bebé que intentaba quitarle su collar.

- No lo sé, pero sé que soy feliz con él a comparación de contigo-. Vio la rabia en sus ojos y sonrió.

- Pudimos tener esto, Louis... y ese niño que tienes en brazos sería nuestro hijo-. El bebé al escucharlo frunció su ceño. Cosa que hacía cuando sentía a su padre omega sentirse alterado.

- Tú y yo no éramos ni somos nada, Nick, eres un idiota que sólo me querías para calentarte las pelotas que te faltan-. Louis sentía a su omega agitado y Jeffrey comenzó a pasar sus manos por su rostro en busca del problema.

- Éramos perfectos-. El chico se acercó hasta él y lo olfateó, distinguió el aroma del alfa de rizos.

- Éramos... ahora yo tengo un hijo, un alfa y una marca que me une a él de por vida-. Nick sólo gruñó haciendo que Louis se hiciera para atrás y que el bebé se quejara del ruido. Después de ello, lo vio salir por la puerta por donde había entrado.

Durante las siguientes semanas Louis veía que Harry llegaba más cariñoso de lo normal y no era por su celo pues éste ya había sido hace unos meses atrás.

Unos días después descubrió que Harry se había enterado de lo que realmente había hecho que Nick regresa a esa ciudad y era el marcar a Louis y como era de esperarse, la posesividad del alfa de Harry había provocado que se pelearan a mitad de ring de boxeo y bueno, Nick había salido de allí con un ojo morado, si un diente y el labio morado mientras que Harry había hecho todo lo posible para que su aroma quedara impregnado en el omega y Louis no había puesto queja alguna en todo ese momento.