Capitulo 13 parte II

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Holis chicos aqui la segunda parte del capi disfrutenlo.

Maraton parte 2/2

CAPITULO 13 - PARTE 2

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El aire frío arrastraba las hojas muertas por los suelos. A esa hora del día no había nadie en el lugar. Todo estaba desierto, todo estaba tan gris como lo recordaba…
Se había levantado temprano y esta vez no le había sorprendido no ver a su padre en su casa, ahora si sabía el motivo y le dolía mucho. Pero lo entendía muy bien. Aprovechando que no había nadie había decidido salir a un lugar que hacía mucho no visitaba. 

Tenía las manos metidas en los bolsillos de sus pantalones y la cabeza agachada. Caminaba como guiado por una fuerza extraña. Solo sus pasos serenos retumbaban en aquel solitario lugar. Tan silencioso, tan lúgubre… Tan triste.
Sus pasos se detuvieron de golpe al reconocer el lugar al que había llegado… Estaba tan descuidado.
Sacó la mano de sus bolsillos, se agachó hasta estar casi a la altura del suelo y con las manos desnudas comenzó a quitar el cúmulo de hojas secas y flores marchitas que descansaban sobre esa fría lapida; gris y solitaria.

-- Perdóname por no venirte a ver antes, Nick – dijo Harry con la voz quebrada por la tristeza quedando hincado a un costado de la lapida de piedra 

Quería llorar, pero no tenía más lágrimas. Todas las había derramado por alguien que no las merecía.

-- Cuanta razón tenías al regañarme. Soy un tonto ingenuo. Fui un idiota al confiar en quien no debía. No he querido decirle a nadie lo que ocurrió. En ese aspecto he tratado de seguir tu consejo. Los problemas del corazón es mejor ahogarlos en alcohol. Bueno, solo he tratado de ahogarlos con mi propio llanto, no quiero volver a beber. 
Nick… Te extraño. ¿Sabes que las cosas con papá han mejorado mucho? – siguió diciendo sentándose en la lapida y viendo al cielo para continuar hablando – Pero hay algo que me preocupa lo despidieron de su trabajo, no ha querido decírmelo pero lo escuché hablando con Eleanor. Será muy difícil que consiga trabajo a su edad y solo le faltaban cinco años para jubilarse. Creo que voy a dejar la universidad y me pondré a trabajar. Aun tengo el puesto que me conseguiste en la tienda. El señor Gaintz me dijo que puedo volver cuando quiera y eso voy a hacer.

El cielo pareció responderle por que el viento comenzó a soplar de forma suave agitando los mechones de cabello que caían sobre su frente.

-- No he querido importunarte con mis problemas. Quizá tu allá abajo tienes más – dijo mostrando una ligera sonrisa – Y si estás pensando que me refiero al infierno, es cierto, me refiero a eso, pequeño diablo – su semblante volvió a entristecerse de forma rápida – Me siento usado ¿Por qué jugó conmigo de esa forma? Yo le entregué mi corazón y él lo tiró a la basura para quedarse con ella.- hizo una pausa y cruzo sus manos bajo su barbilla sin dejar de ver al cielo - Tú siempre dijiste que a la vida hay que enfrentarla con valor y no bajar la vista nunca ante ella. Problemas van y problemas vienen y lo que no nos mata nos hace más fuertes. Bueno, esto que estoy pasando no me mató, debería hacerme más fuerte. 

El viento volvió a agitar las hojas, se sentía cada vez más frío. Harry seguía viendo al cielo, las nubes se movían de forma rápida por que el viento soplaba cada vez más fuerte. Se levantó de la lapida y sonrió de forma triste al ver la inscripción en ella un tanto desgastada y con una de sus manos limpió las letras doradas hasta hacerlas brillar.

-- Vendré a verte otro día… - dijo agachándose hasta las letras y depositando un beso sobre ellas – Nunca voy a olvidarte. 

Encaminó sus pasos de nuevo por aquel cementerio solitario metiendo sus frías manos en sus bolsillos de nuevo para intentar calentarlas. El vaho de su boca salía a bocanadas grandes. Esta vez no iba con la vista baja, la llevaba alzada, viendo al frente. 

Vio una sombra detrás de uno de los árboles en el cementerio. Quizá alguien más había ido a ver a uno de sus seres queridos. Sin prestarle importancia siguió caminando de forma firme. Pero de reojo podía ver que la sombra seguía detenida detrás del árbol, aparentemente viéndolo. Entre más caminaba hasta ese lugar, la sombra parecía seguirle. 

En cuanto estuvo cerca del árbol, volteó para tratar de ver quien era esa persona que le miraba, pero ya no la vio. ¿A dónde se había ido la sombra? Cuando regresó la vista al frente, se topó de lleno con un par de ojos canela que le miraban fijamente. 

Nunca había visto tanto rencor en esos ojos verdes, y todo estaba dirigido a él. No estaba seguro de nada de lo que supuestamente había pasado. Taylor no había admitido que lo había drogado. De lo único que estaba seguro era de que no quería perderlo.

-- Harry…

Harry solo lo observó por escasos segundos, pasó a su lado sin dirigirle la palabra en dirección de la salida. No iba a permitirle huir. Estiró la mano y lo sujetó por el brazo lanzándolo contra el tronco del árbol en el que había permanecido todo el tiempo observando lo que hacía en aquella tumba y con ambos brazos lo cercó para evitar que se fuera. 

Harry sintió el fuerte tirón en su brazo y resintió la corteza del árbol en su espalda. Cerró los ojos al sentir el dolor sobre las cicatrices. Con el frío cualquier roce sobre ellas le dolía. Traía un abrigo grueso, pero Liam lo había empujado de forma fuerte y ahora lo cercaba entre sus brazos y su cuerpo contra el árbol. 

-- Harry… 

-- ¿Qué quieres? – dijo Harry de forma dura – ¿No te conformas con lastimarme moralmente, ahora también lo haces de forma física? 

-- Yo nunca quise… - intentó decir, pero Harry lo interrumpió de forma rápida. 

-- No Liam, tu nunca quieres… - dijo Harry molesto. 

-- Necesito hablar contigo. Te he ido a buscar a tu casa y no me han permitido verte. Te he buscado en la escuela, pero no has ido, ni a los entrenamientos. Si no fuera porque hoy te vi salir de tu casa, no hubiera tenido esta oportunidad de verte. Necesito decirte que paso. 

-- No me interesa conocer tus tontas excusas – dijo Harry tratando de empujar los brazos de Liam para liberarse, pero parecían fuertes vigas de acero ya que no estaba dispuesto a dejarlo ir. 

-- No es una excusa. Yo no recuerdo nada de lo que se supone pasó – dijo Liam. La mirada de Harry no cambió. 

-- No te esfuerces, no te creo. Lo mismo le has de decir a ella, que no recuerdas lo que pasó entre nosotros – dijo aun molesto por la cercanía. 

-- Claro que lo recuerdo – dijo Liam con voz suave acercando su rostro al de Harry. 

-- ¡Déjame ir!, no quiero saber nada de ti. Me das asco – Liam se enderezó al escuchar esas palabras saliendo de los labios de Harry.



Los brazos que antes parecían barras de acero sobre el árbol fueron dejando de mantenerse firmes y comenzaron a doblarse. Harry aprovechó eso para empujarlo lejos de él. Liam lo siguió con la mirada viendo como se alejaba sin mirarle. 

-- Dijiste que nunca olvidara que me amabas – dijo Liam viendo solo la espalda de Harry que se alejaba de forma lenta – ¿Acaso tú ya lo olvidaste?

Harry parecía no oírle, porque siguió caminando sin decirle nada. Dolía esa indiferencia. ¿Por qué le había permitido traspasar su barrera y ahora él se marchaba dejándolo con la guardia baja?

No, no podía perderlo.

-- Te amo – dijo con voz fuerte.

Harry escuchó las palabras de labios de Liam y se detuvo de golpe. Solo había caminado unos pasos, no lo suficiente como para no oírlo claramente. Volteó de forma brusca apretando los puños con furia.

-- ¿Me lo dices después de que se lo has repetido a ella? ¿Quién crees que soy Liam? ¿Crees que porque me dices esto voy a aceptarte de nuevo? ¿Crees que voy a convertirme en tu amante mientras sigues viéndote con ella? Y yo que creí que no decías ese tipo de palabras por que te costaba trabajo expresarlas, me doy cuenta que las usas cuando te conviene. 

-- No es verdad. 

-- No te esfuerces, yo ya no te creo nada – dijo Harry con enojo – ¿Cómo puedes hacerme olvidar lo que vi? Nada de lo que digas o hagas lo hará. Quédate con ella y a mi déjame en paz – dijo dándose la vuelta para caminar.

No podía permitirlo. No ahora que lo tenía cerca. Tenía que convencerlo de alguna forma.

-- Espera…

Liam caminó más aprisa tratando de alcanzar a Harry que trataba de salir del cementerio, logró alcanzarlo en la barda que sostenía la reja de la salida del lugar.

-- Deja de seguirme - dijo Harry encarándolo. 

-- No hasta que pueda convencerte. 

-- Nada de lo que digas podrá hacerlo. ¿Crees que fue muy bonito verla a ella desnuda saliendo de tu habitación?

-- Ya te dije que no lo recuerdo. Quería que me ayudaras a llenar esos huecos en mi memoria. No tengo pruebas, pero creo que Taylor me dio algo en el café.

Harry se dio la vuelta cerrando los ojos y apretando los dientes. Nunca lo había visto así, estaba realmente enojado.

-- ¡NO TE CREO NADA!

Apenas el domingo Harry le había dicho que confiaba en él y ahora le decía que no le creía, que no le creía nada… ¿Había perdido por completo su confianza?

-- Harry… - Dijo deteniéndolo por la muñeca cuando intentaba reanudar el paso para irse.

Harry volteó a verlo al sentir como Liam tiraba fuertemente de su muñeca y lo recargaba en la pared del cementerio volviéndolo a cercar entre su cuerpo y la pared.

-- ¡Te he dicho que me dejes! – dijo molestándose de nuevo. 

-- Necesito que me creas Harry, quiero que me creas – dijo viéndolo fijamente, pero la mirada de Harry estaba baja.

Liam levantó su mano derecha y la deslizo por la barbilla de Harry para obligarlo a verlo a los ojos.

-- Mírame a los ojos y dime que no me crees – el rostro de Liam estaba tan cerca del suyo. El aroma de su colonia le inundaba los sentidos, le llenaba su mente. Pero él nunca mentía y no iba a comenzar ahora.

-- No te creo… - dijo Harry viéndolo a los ojos. Liam apretó los ojos al escucharlo. 

Comenzó a dejar caer la mano de la barbilla de Harry de forma lenta, recorriendo su cuello para pasar posteriormente sus dedos por su pecho cubierto por un sweater. Sabía que no podía sentir su piel por estar cubierta por la ropa, pero la sensación era cálida.
Reaccionaba, a pesar que le ordenaba a su cuerpo no hacerlo, reaccionaba ante la caricia de Liam. Lo estaba atormentando, tenía que irse… 

Empujó el cuerpo que lo detenía para poder salir, pero no se movió ni un centímetro. Cuando se separó de la pared para empujarlo, Liam aprovechó para pasar sus dos brazos por la espalda del Harry y abrazarlo a su cuerpo.

-- Escuchame… - dijo a su oído 

-- Suéltame – dijo tratando de soltarse de ese abrazo, pero parecía de acero, lo sostenía de forma fuerte a su cuerpo.

Estaba tratando por todos los medios de permanecer frío ante el contacto del capitán de Brown, pero le estaba resultando imposible. Era una batalla que tenía perdida desde el principio. Liam le hacía reaccionar con tan solo verle, pero no quería, quería odiarlo, quería dejar de sentir por él todo lo que sentía. 

Las manos de Liam comenzaron a subir por debajo de la gruesa chaqueta, los brazos de Harry trataban a toda costa de empujarlo para soltarse del abrazo, pero poco a poco habían ido perdiendo fuerza, mientras los labios de Liam comenzaban a rozar de forma sutil el cuello y la mejilla de Harry.

-- No lo hagas – dijo Harry en un murmullo – no me hagas esto…

-- Si no es amor lo que siento por ti, entonces ¿qué es? – dijo Liam con los labios pegados a su oído, besando de forma lenta la piel blanca del cuello de Harry – explícame entonces que es lo que siento, porque yo no lo entiendo.

Harry logró separarse un poco para ver a Liam a los ojos. Los ojos canela del capitán de Brown lucían un brillo especial, podía ver el deseo en ellos. ¿Qué era lo que sentía?, eso era fácil de explicar… Pero a penas abrió los labios para decirle, sintió como los de Liam le asaltaban. 

Una corriente le sacudió por completo el cuerpo haciéndole estremecer. La lengua de Liam viajaba dentro de su boca saboreando y desarmando por completo sus defensas haciéndole corresponder al beso de la misma forma e intensidad. 

Sus manos antes empujándolo para separarlo de su cuerpo, ahora se enrollaban sobre su espalda para acercarlo aun más a su cuerpo.

-- Deseo – dijo separándose bruscamente de él y desviando la mirada. No debía dejar que el deseo le ganara. Liam estaba con Taylor y lo que sentía por él no era amor, solo era deseo. 
- Deseo – repitió Harry de forma firme. Liam no pareció entenderle – lo que sientes por mi es solo deseo. Pude verlo en tus ojos. Yo ya no te creo – dijo dándose la vuelta para salir.

-- La primera vez que te vi no fue en el campo de juego de Brown, te vi seis meses antes esperando cruzar la calle para ir a ver a tu abuela al centro de descanso. Era de ti de quien hablé cuando le conté a tu abuela que me bajé del autobús buscándote. – Harry se detuvo al escuchar las palabras de Liam y volteó para verlo. Liam tenía los ojos cerrados y los abrió para ver los ojos verdes – Ahora dime que no me crees – Harry sonrió de forma triste y solo murmuró. 

- No te creo.

Y con estas últimas palabras se dio la vuelta para salir del cementerio dejando a Liam bajo la suave brisa invernal que comenzaba a mojarlo.


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Había llegado a su casa arrancándose del cuerpo la chaqueta y el sweater que le cubría. No quería sentir el aroma de Liam sobre su ropa. ¿Pero como arrancarse también los sentidos? ¿Cómo obligar a su cuerpo a no reaccionar al recordar la forma en que lo había besado? A pesar de que sabía que solo era el deseo lo que había hecho a Liam reaccionar así, no podía evitar que su corazón latiera al sentir la esperanza renacer. 

¿Y si le estaba diciendo la verdad?

¿Y si Taylor realmente le había dado algo? 

¿Era realmente amor lo que Liam sentía por él?


Tenía que olvidar todo lo que había pasado y ponerse a hacer la comida. Su padre y Eleanor no tardarían en llegar y no quería que se enteraran de nada de lo que había pasado. Volvería a usar la misma mascara de felicidad que había adoptado desde el lunes pasado. 

Había terminado de cocinar cuando escucho el timbre de la puerta y al abrirla se topó con un par de ojos que le veían con curiosidad.


-- ¿Coach Piers? 

-- Hola Harry, ¿puedo pasar?

-- Claro Coach, pase – dijo Harry abriendo la puerta para que el hombre pasara cargando algunas cosas. 

-- Como no has ido a entrenar te he traído tu nuevo uniforme – dijo Piers dejando las cosas en la sala. 

-- Siento no haber podido ir a los entrenamientos y muchas gracias por traer mi equipo a casa, me lo pudo haber traído Zayn o Louis – dijo Harry ofreciendo asiento a Piers y sentándose él en el sillón frente al él. 

-- Lo sé Harry, pero vine para hablar contigo.

-- ¿De qué quiere hablar conmigo? -- cuestionó intrigado

-- De Liam 

Harry se sonrojó de forma inmediata y se paró del sillón molesto. Para Piers no paso desapercibido ese detalle.

-- Me va a disculpar coach, pero yo no quiero hablar de él – dijo Harry cruzando los brazos y viendo de pie por la ventana. 

-- Es necesario, ya que va a entrar a Williams el próximo semestre. Además de que estará en tu misma universidad. – Harry volteó sorprendido, pero después comenzó a reír.

-- Bueno, no será algo por lo que deba preocuparme. Yo el próximo semestre no estaré ni en la universidad ni en el equipo de Williams – dijo regresando su vista hacia afuera. 

-- ¿Vas a cambiarte a Brown? – Harry volteó a verlo.

-- No – dijo Harry de forma triste para después sentarse de nuevo en el sillón y verlo – tengo que dejar la universidad para ponerme a trabajar. Despidieron a mi padre de su trabajo y no creo que pueda seguirnos pagando la universidad a Eleanor y a mí. Así que antes de que decida a quien le pagará la escuela, yo seré quien la deje. 

-- Es una lástima – dijo Piers – ya que venía a decirte que se te ha otorgado una beca para tus estudios por jugar al football americano. 

-- ¿Qué? – dijo Harry sin entender – creí que todas las becas ya estaban dadas. 

-- Así es, pero dado que uno de los jugadores a quien le habíamos dado beca se recibe este semestre y que al jugador que teníamos en mente para que la recibiera puso como condición que te la diéramos a ti para ingresar… 

-- Un momento, un momento – dijo Harry parándose de su lugar y dando vueltas en la sala para después ver a Piers – ¿Ustedes le iban a dar la beca a un jugador que puso como condición que me la dieran a mí? 

-- Así es. 

-- ¿Y quién es ese jugador?

-- Liam – dijo Piers viendo la sorpresa en las pupilas de Harry. 

-- Me cuesta creerlo – dijo Harry dejándose caer en el sillón de la sala. 

-- Créelo. La única condición que puso Liam para entrar a Williams fue que la beca que le ofrecimos a él te la diéramos a ti. 

-- ¿Cuándo fue eso? 

-- El sábado en la noche.

Harry bajó la vista pensativo. El sábado en la noche Liam había salido del departamento sin decirle a donde iba. Taylor dijo que había ido a verla a ella. ¿Y ahora venía el coach Piers a decirle que había ido a verlo a él?

-- El sábado en la noche, ¿Liam fue a verlo a su casa coach? 

-- Sí. 

-- ¿No fue a ver a su hermana? 

-- ¿A Taylor? No, se encontró con ella, pero solo habló conmigo. ¿Por qué?

-- Por nada – dijo Harry de forma triste. Quizá en ese breve encuentro Liam le había pedido a Taylor ir a verlo el domingo, y la beca era un pago por lo que iba a hacer… 

-- Aun recuerdo lo que me costó convencerte para que aceptaras entrar al equipo de Williams – dijo Piers haciendo que Harry volteara a verlo – Tu habías ido solo a ayudar a Zayn con su prueba y demostraste ser aun mejor que el mariscal saliente. Yo no podía perderte. El equipo no podía darse el lujo de perderte. 

-- Pero yo… 

-- Lo sé. Tú no querías jugar por ser gay. Después de mucho insistirte para que jugaras terminaste por decirme el verdadero motivo por el que no querías hacerlo, y te admiré por ello. Dijiste abiertamente ante mí y ante varios de los jugadores con experiencia que eras gay. Entonces te respaldé, porque yo también lo soy. Nadie iba a molestarte por eso y creo que hasta ahoya nadie lo ha hecho, ¿verdad? 

-- Así es 

-- Si lo necesitas, puedo ayudarte Harry, eres un buen estudiante y un magnifico elemento en el football. Si sigues así no me sorprendería verte en los profesionales. 

-- ¡No quiero! – Dijo Harry de forma vehemente – No quiero llegar a los profesionales, no es mi meta. Solo entré en esto por Zayn al principio y porque me gusta el juego. Le agradezco que me haya apoyado en todo este tiempo, pero el viernes será el último día que juegue.

-- Yo respetaré eso, pero algo me dice que tú no estás aquí por que estés cuidando a tu padre. En tus ojos se ve dolor - Harry desvió la vista y cruzo los brazos. 

-- Estoy bien. 

-- Escuché de labios de mi hermana que Liam y ella son novios – Harry solo cerró los ojos y los abrió de forma rápida – Ayer, cuando Liam me pidió darte la beca a ti en lugar de a él le pregunté si te amaba. 

-- No quiero saber su respuesta – dijo Harry bajando la vista. 

-- Me dijo que sí – Harry levantó la vista sorprendido – Por eso me sorprendí cuando Taylor me dijo que eran novios. Ella será mi hermana, pero es una niña inmadura y muy manipuladora, capaz de llegar hasta lo inimaginable por conseguir lo que quiere. ¿Sabías que fue ella quien pagó por que se incluyera tu nombre en la subasta de esclavos? 

-- ¿Qué? 

-- Ella pagó a alguien para que fueras incluido en esa subasta. Por suerte Liam logró ganarla.

-- ¿Fue usted quien dejo ese dinero en la campera de Liam? – preguntó Harry recordando que Liam no había tenido tiempo de investigar quien le había dejado ese dinero. 

-- Sí, tenía que impedir lo que mi hermana quería hacerte. 

-- Gracias Coach, pero aun así, ellos están juntos. Nadie me lo dijo – dijo Harry bajando la vista – yo los vi.

-- Debe haber una explicación – dijo Piers – Liam no es de los que miente. Yo lo vi muy sincero cuando me dijo que te amaba. 

-- La tonta explicación que me dio es que no recordaba nada…

Piers miró fijamente a Harry sumamente sorprendido de lo que le estaba diciendo. ¿No lo recordaba? Esas palabras le sonaban tan conocidas… Tan dolorosamente conocidas. Lo mismo le había pasado a él diez años atrás y aun ahora no recordaba que había pasado en aquellas horas.

-- ¿Cómo que no lo recuerda? – preguntó Piers sintiendo que el corazón le latía a toda velocidad. 

-- Eso me dijo Liam – dijo Harry cruzando los brazos y viendo hacía el suelo. 

-- ¿Qué fue lo que viste? – Harry levanto la vista ¿cómo decirle que vio a su hermana desnuda saliendo del cuarto de Liam – ¿Harry? Dime que viste. 

-- Trata sobre su hermana coach, y no me gustaría… 

-- Olvídate de que es mi hermana, dime que viste…

-- Taylor… - dijo desviando la vista de los ojos celestes del coach – Taylor saliendo cubierta con una toalla de la habitación de Liam. Ella me dio a entender que habían tenido relaciones y cuando me asomé a la habitación, Liam estaba desnudo en la cama, profundamente dormido. 

-- No puede ser…

Piers dejó caer su cabeza entre sus manos. Harry se apresuró a pararse para ver si el entrenador estaba bien. Estaba seguro que eso lo iba a molestar.

-- Coach, yo no quería decirle, es su hermana, pero usted insistió…. 

-- No Harry, no es por Taylor. Es en si lo que me cuentas. Esa misma historia yo la viví diez años antes.

-- ¿Eh? 

-- Yo soy quien no recuerda que pasó y Simon quien no quiso creerme.

-- ¿Coach?

-- Voy a contarte que pasó. Quizá si te lo cuento puedas darle una oportunidad a Liam, la misma oportunidad que Simon siempre me negó.


// Flashback //

Cursaba el último año de Ingeniería en la Universidad de Williams. Además de estar a punto de graduarme, jugaba en el equipo de football, era uno de los mejores, se puede decir. Habíamos logrado pasar a las finales y solo faltaba que Brown derrotara a un equipo para enfrentarse contra nosotros. 

Tenía el ofrecimiento de uno de los equipos profesionales. Si Williams ganaba el campeonato interuniversitario y me convertía en el jugador más valioso de la liga, sería contratado por un equipo de profesionales. Pero no era eso lo que quería, no, quería quedarme con la persona a la que amaba.

-- Piers, si le ganamos a Edwards nos estaremos enfrentando en el campeonato. 

-- No me gustaría Simon. 

-- ¿Por qué no? Esta es tu oportunidad de demostrarme que en verdad puedes ganarme. 

-- No de esa forma.

Había conocido a Simon por casualidad en uno de los enfrentamientos entre nuestras universidades. Desde que lo vi me había gustado. Era alto, educado y tenía el cabello de un color negro brillante, y unos ojos que encantaban tanto a hombres como a mujeres. 

Coincidimos por varios años en competencias, pero nunca nos habíamos hablado. Hasta que nos vimos en una fiesta en casa de unos parientes. Ambos pertenecíamos a la alta sociedad y nunca nos habíamos visto. 
Mi verdadero nombre es Martin Swift, pero debido a que mi padre al enterase que era gay, me desheredó, yo preferí cambiar mi nombre y mi apellido adoptando el de Piers Morgan. Obtuve por mi cuenta una beca en Williams y trabajaba para pagar mis cuentas. De allí que Simon pensara que yo era pobre. Jamás había visto tanta sorpresa en su rostro cuando le conté esa parte. 

Charlamos durante toda la noche como si fuéramos amigos de años. Después de varias copas terminamos juntos en mi departamento. Jamás pensé enamorarme como lo había hecho y después de unos meses decidimos comenzar a vivir juntos. 

Aun no terminábamos nuestras carreras, pero ni eso ni el qué dirán nos importaba. 

A Simon le habían ofrecido el mismo puesto que a mí en los profesionales, aun antes, pero yo no lo supe. Él se entero por uno de los manejadores que le contrataría que además de estar interesados en él, estaban interesados en un jugador de Williams. En ese momento Simon dudó de lo que tenía que hacer. Tenía la oportunidad de estar como profesional si lograba ganar el campeonato, pero el mismo ofrecimiento lo tenía yo y solo contratarían a uno de nosotros.

Al estar hablando conmigo, le confirmé lo que ya sabía, solo que yo le dije que preferiría que fuera él a jugar a los profesionales, pero Simon no lo deseaba, quería quedarse conmigo. Así que decidió no aceptar la oferta y en el partido contra Edwards no dio lo mejor y perdieron, no logrando pasar a las finales. Ahora todo estaba en mí, debía ganar. 

El partido se llevó a cabo y el equipo de Williams ganó el campeonato. Vi a Simon entre las gradas observándome y cuando levante el trofeo del triunfo con la mirada se lo dediqué. Habíamos acordado no ir juntos a la celebración si Williams ganaba. Así que Simon se retiró al departamento a esperarme. 

Pero las horas iban pasando y yo no llegaba. La luz del día llegó y Simon comenzó a preocuparse. Llamó a la casa donde había sido la celebración y le dijeron que había salido temprano del lugar. Llamó a la mansión Swift y le contestó mi pequeña hermana Taylor diciendo que estaba con mi novia.

-- ¿Su Novia? - interrumpió Harry

-- Sí, con Stella Smith...

No sé por qué motivos Taylor dijo que Stella era mi novia. Siempre he creído que solo fue una fantasía en su cabeza infantil. 

Simon sabía que Stella Smith, era mi compañera de universidad y que estaba enamorada de mí. Pero yo no de ella. Stella era mi mejor amiga y porrista del equipo. Él nunca había creído que yo pudiera corresponderle. No hasta esa mañana terrible. 
Llamó a su mejor amiga, Lauren Van der Hill para que le acompañara a buscarme al departamento de Stella. Ella era la casera, así que tenía llaves del departamento. 

Recuerdo haber abierto los ojos cuando unos fuertes brazos me sacudían. Vi los ojos de Simon acusándome, pero yo no recordaba nada. Escuché el llanto de una mujer a un costado mío y cuando voltee me topé con el rostro lleno de lagrimas de Stella. ¿Qué había pasado?
Ambos estábamos desnudos y en la cama. Pero ninguno de los dos recordaba haber llegado hasta allí. Lo último que recordaba de la noche anterior era haber bebido una o dos copas en la fiesta, pero nada más. El auto de Stella estaba en el garaje, eso quería decir que nos habíamos marchado juntos en él, el mío seguía en casa de la persona que dio la fiesta. 

Jamás voy a olvidar la cara de Simon al vernos. 

Dos meses le estuve buscando día y noche para que me escuchara. Dos meses en los que no había querido recibirme. Hasta que por fin un día aceptó hablar conmigo y todo parecía que se arreglaría. Ya que Stellla no recordaba nada de lo ocurrido y ella aceptaba que yo amaba a Simon. 

Pero las cosas no podían haberse puesto peores…

Nunca voy a poder olvidar el rostro horrorizado de Stella al informarme que estaba embarazada, dos meses después de lo que había pasado. Yo jamás recordé nada y lo peor de todo esto, es que ella tampoco.

Aun así decidí pedirle matrimonio, amando a Simon como lo amaba. Y ese fue el fin de todo lo que pude haber tenido con él. Al final Stella perdió al bebé, males cardiacos, dijeron los médicos. Y yo jamás pude reiniciar con Simon lo que teníamos. 

Jamás me perdonó… 

Y aun ahora, después de diez años, yo lo sigo amando como al principio, pero él me odia como aquel entonces.


//Fin Flashback //

Harry permaneció con los ojos muy abiertos durante todo el relato. 

-- Eso es… Es… 

-- Esa es parte de mi vida – dijo Piers viéndolo de forma melancólica - Quizá ahora entiendas por que Simon me odia tanto. 

-- No, lo que le iba a decir es que eso era una novela – dijo frunciendo el entrecejo. 

-- Dirás que parece una novela – aclaró Piers. Harry se paró. 

-- No, es una novela coach.- afirmó - Al principio no la reconocí por los nombres que estaba usando, pero conforme iba contando la fui reconociendo. Solo que los jugadores son de soccer.

-- ¿De qué estás hablando? – dijo Piers sin entender. Harry le hizo una seña para pedirle que lo esperara mientras entraba en su habitación y salía poco después con un libro en la mano. 

-- De esta novela – dijo mostrándosela a Piers – todo lo que me dijo esta aquí. Solo que si relatan lo que pasó en la fiesta y como Conrad les dejo caer las pastillas para dormir en las copas de vino. Luego violó a Bella y le avisó a Laura para que llevara a Steve al departamento de esta. – Piers tomó la novela sin entender nada. 

-- Harry ¿de qué estás hablando? ¿Yo te conté la historia que viví con Simon y tú me sales con una novela? 

-- Bueno, es que es muy parecida. Solo que debería cambiarles los nombres y sería su historia y la del coach Simon.

Piers comenzó a hojear la novela y se sorprendió al leer un párrafo.

“Su padre al saberse enfermo de cáncer cambió el testamento. No podía dejar a su pequeña e inmadura hija al frente de las poderosas empresas Swich. Aun que le molestara, tenía que mandar llamar a Marcel, ahora Peter. Tenía que rogarle para que asumiera el puesto y protegiera a la niña hasta que cumpliera los 25 años. En estos momentos no importaba la inclinación sexual de su único hijo, en estos momentos solo importaba Tina.” 

-- ¿Qué… Qué es esto? – dijo Piers de forma nerviosa cerrando la novela. 

-- Una novela que se ha hecho muy popular en estos meses. La escribió un novelista portugués llamado Connor Low… 

-- ¡Connor Low! – Dijo Piers viendo la foto trasera del libro – ¡Es él!, ¡es Connor! – dijo poniéndose de pie de golpe.

-- ¿Lo conoce? – preguntó Harry viendo la expresión confundida en el rostro de Piers. 

-- Sí, él era mi mejor amigo en la universidad. Quien nos llevó las últimas copas en aquella fiesta y quien se ofreció a llevarnos a casa cuando la fiesta terminara. Connor Low desapareció después del juego y no lo volvimos a ver… 

-- Conrad – dijo Harry viendo a Piers. 

-- ¿Cómo dices?

-- En la novela aparece como Conrad y es quien por órdenes de Laura hace todo. 

-- Harry necesito que me prestes esta novela – Dijo Piers con la novela en sus manos. 

-- Claro, no hay problema – dijo sin entender. 

-- Te veré el viernes, espero que no faltes – dijo saliendo a toda prisa de la casa.

-- ¡No faltaré! – dijo Harry viendo como Piers subía a su auto y partía.

Cuando su padre lo mandó llamar, estaba muriendo de cáncer. Los únicos que lo supieron fueron Simon y Connor. Nadie más sabía que su padre había cambiado el testamento nombrándolo heredero de las industrias Swift. Muchos suponían que siendo el único hijo varón, el viejo le había dejado todo a él. Pero él sabía, al igual que sus amigos, que su padre lo había hecho porque Taylor aun era muy joven para asumir un cargo como el que le dejaba. Su padre ni en el último momento le había perdonado por ser gay. Solo lo hacía por Taylor, para que cuidara de ella hasta que estuviera en edad de heredar. 

Harry tenía razón… Su vida estaba en esa novela escrita por quien había sido su mejor amigo diez años atrás. 
Pero entonces… ¿Stella había sido violada por el propio Connor? 

Tenía que leer esa novela, tenía que sacar conclusiones y quizá ahora podía saber exactamente qué había pasado aquella trágica noche de celebración.

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¿Qué podía hacer para convencerle? ¿Qué? No tenía pruebas de lo que Taylor había hecho, solo tenía la seguridad de que no se había acostado con ella. Pero ahora que no tenía la confianza de Harry, no podía solo jurarle y esperar que él le creyera. 
Era casi viernes, el día siguiente se llevaría a cabo la final contra Williams y no podía concentrase en nada. De su cabeza no salían las palabras dichas por Harry…

“No te creo nada”

¿Había sido tan fuerte haber visto saliendo a Taylor de su habitación que ahora no podía creerle? Quizá en su lugar el tampoco lo hubiera hecho.

Una risa que retumbó en todo el salón de clases lo sacó de sus pensamientos. Emma estaba sentada unos bancos más adelante que él y reía por algo que contaban sus amigas. 
¿Emma?... Ellas siempre andaban juntas. Taylor solía interrumpirla llamándola al celular aun en clases o iba a sacarla de ellas sin importarle que el maestro aun estuviera dentro. Quizá Emma sabía que había pasado el domingo en su departamento, quizá Taylor le había dicho algo… O todo. 

Nada perdía con averiguar. 

Se paró de su lugar y caminó hasta el banco en el que estaba sentada Emma aun charlando con un par de chicas. Cuando las chicas vieron que Liam se aproximaba, quisieron protestar. Pero con solo ver la mirada que les dirigía optaron por marcharse.

-- Vaya Liam, no cabe duda que eres capaz de asustar a cualquiera con esa mirada tuya – dijo Emma volteando a verlo. Él solo la observó sin decir nada reclinado un poco sobre la paleta del banco. 

-- Quiero preguntarte algo – dijo Liam sin dejar de verla. 

-- Claro, pregunta lo que quieras – dijo ella comenzando a jugar con las cintas de la capucha de la campera de Liam. 

-- ¿Taylor te contó lo que paso el domingo en mi departamento? – Emma enarcó una ceja y comenzó a reír. 

-- Claro que me lo contó, eres un tigre – dijo riendo. Liam se enderezó molesto. 

-- No estoy para bromas Emma, si no me lo quieres decir, solo dilo.

Emma dejo de reír y se quedó observando a Liam. Tenía días de verlo diferente. Él siempre tan frío y serio ahora se notaba abatido, hasta se podría decir que triste. En todas las clases se le podía ver poniendo atención, pero en la última semana, su atención estaba puesta en quien sabe qué cosa perdida en el techo. No cabía duda que lo que había pasado con Harry le había afectado y mucho al grado de hacerlo faltar a clases cuando nunca antes lo había hecho. 

Emma le hizo una pequeña seña con la mano y le pidió que se acercara. Liam se acercó recargándose de nuevo en la paleta del pupitre.

-- Hay ciertos rumores que dicen que a ti ningún sistema de seguridad se te resiste. 

-- Tu lo has dicho son rumores – contestó de forma fría. 

-- Suponiendo que fueran ciertos… Supongo que podrías obtener la clave de acceso del área de control de audio del campo de Brown, ¿verdad? 

-- Suponiendo que fueran ciertos, sí. – contestó intrigado. 

-- Y suponiendo que fueran ciertos. Si tú me dieras esos códigos de seguridad, yo podría darte algo que te ayude con tu “duda” – dijo Emma sonriendo.

-- ¿En cuánto tiempo? – dijo Liam viéndola fijamente. 

-- En el mismo en que tú me los des…

Liam se enderezó para dirigirse a su lugar. Emma lo siguió con la vista, ¿iba a hacerlo allí mismo? Vio como abría su portátil y la conectaba en las salidas de red para acceder al servidor de internet de la universidad. Emma solo veía como Liam tecleaba de forma rápida. Nunca había visto a un hacker trabajar y él sin duda era rápido. Esos códigos de seguridad le servirían mucho, muchísimo… 

Liam escribió algo en un papel, cerró su portátil y se paró al lado de Emma. Ella sonrió y estiró la mano hasta su mochila para sacar de ella una pequeña caja. Liam entregó el papel y Emma le dio la caja.

-- Un placer hacer negocios contigo – dijo viendo los números anotados. 

-- Espero que haya valido la pena – dijo Liam de forma fría. 

-- Para mí lo vale – dijo sonriendo – ¡Y estoy segura que para ti valdrá aun mucho más! Y sabes… Te aconsejo que lo veas de forma detenida en tu casa. Para que puedas analizar todo muy bien.

Liam solo asintió. Regresó a su banco, tomó sus cosas y se marchó. Si Emma tenía razón, quería llegar a su casa lo más rápido posible.


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Los golpes en la puerta eran demasiado fuertes, parecía que iban a derribar la puerta con ellos. ¿Quién estaba golpeando de esa forma?

-- ¡Stella! – escuchó por enésima vez su nombre y se dio prisa en salir de la ducha envuelta en una toalla. 

-- ¿Piers? – Dijo al ver como el hombre del cabello castaño entraba hasta la sala de su departamento totalmente alterado – ¿Qué sucede? ¿Por qué vienes así? ¿Qué ocurre? – preguntó sin entender el estado en el que llegaba su amigo. 

-- ¿Has leído esta novela? – preguntó Piers mostrando el libro que llevaba en su mano. Smith lo vio, pero no le pareció conocido. 

-- No. Pero ¿es esta novela la que te tiene así? – preguntó viendo como Piers se sentaba hundiéndose en el sillón.

-- Stella, este libro lo escribió Connor Low. Aquí cuenta todo lo que nos pasó hace diez años. 

-- ¿Cómo dices? – dijo Smith sentándose a un lado de Piers para ver el libro. 

-- Tenemos que encontrar a Connor a como dé lugar. Necesito que me diga si esto que escribió es realmente lo que pasó. Tú también necesitaras saber. Según he leído, el busca hablar con nosotros. 

-- ¿Qué quieres que hagamos? – preguntó sin entender del todo. 

-- Llamemos a todos los hoteles de la ciudad y averigüemos en cuál está Connor. No importa que nos quedemos aquí toda la noche. Hay que averiguar dónde está.


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¿De qué le servía tener a un jugador que faltaba a los entrenamientos y si asistía a ellos era como si no estuviera? 

Simon estaba sumamente molesto, la última semana Liam se había estado comportando de manera extraña. No era el mismo jugador de siempre y si seguía así, no iban a llegar a ningún lado en la final que se celebraba el siguiente día, aun y cuando dos de los jugadores de Williams no participaran en el juego. 

Volvió a dar una pitada a su cigarro mientras repasaba mentalmente las jugadas encerrado en su oficina. En un par de horas se llevaría a cabo el último entrenamiento y quería que todo estuviera dispuesto. 

Abrió el escritorio para sacar los apuntes del último juego contra Williams y lo primero que vio fue la novela que había guardado. Nadie había ido a preguntar por ella y ya casi tenía cinco días en su oficina. 
La sacó y la abrió al azar casi al principio comenzando a leer uno de los párrafos.

“La botella dio vuelta por enésima ocasión. Ese tonto juego de besos no podía ganarle. Esos ojos le perturbaban, quería que le tocara a él la punta para poder pararse y plantarle un beso en los labios, pero no podía, no estaba dispuesto a admitir delante de todos que el capitán del equipo rival le gustaba tanto.” 

“¿Y si la punta de la botella le señalaba? ¿A quién iba a besar? Dejó girar sus ojos por el círculo formado por hombres y mujeres de ambas universidades. Tenía dos opciones. Una, besar a la morena que estaba a un lado de Peter, su mejor amiga y porrista del equipo contrario: Bella. Y dos, besar a Laura, su mejor amiga. Por lo menos se enteraría si Peter sentía celos al verlo besando a una chica.” 

“La botella dejó de girar y el destino junto con ella. La botella le apunto directo. Los ojos de Peter se detuvieron en él, como retándolo a que lo besara. No pudo evitar que un rubor cubriera sus mejillas al sentirse desarmado por esos ojos. Pero no iba a hacerlo. Giró su rostro hacia su izquierda y se apodero de los labios de Laura…” 

-- ¿Qué demonios? – dijo Simon cerrando la novela de golpe sintiendo que su corazón latía totalmente acelerado.

Hacía diez años durante una reunión se habían encontrado jugadores de ambas universidades. Williams y Brown se retaron mutuamente a un juego de botella. Beso o castigo. Los castigos eran muy fuertes y la mayoría prefería besar a alguien del círculo que someterse a los pesados castigos de los universitarios. 

Fue la primera vez que se admitió a si mismo que Piers le gustaba, y que quería besarlo. Pero no delante de todos. Por eso había decidido besar a Lauren, ella era su mejor amiga y sabía que entendería el motivo.
Eso se lo había contado a Piers cuando vivían juntos… ¿Qué hacía esa parte de su vida narrada en una novela? 

Volvió a abrir la novela y esta vez comenzó desde el principio a leer y se topó con un mensaje. La novela se la habían dejado a él y le pedían cambiar los nombres por los que aparecían en la lista. Nada más… 

¿Quién le había dejado la novela? ¿Y por qué?


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Era extraño que ni el coach Piers ni el Coach Simon se hubieran presentado al último entrenamiento antes de la final, por suerte los otros entrenadores se habían encargado de entrenar a los dos equipos. 

Zayn caminaba al lado de Niall pasando su brazo por su hombro. Era común verlos de esa forma cuando ambos terminaban los entrenamientos. Louis iba detrás de ellos, sin decir nada, los tres estaban llegando a casa de Harry. 

Niall sabía por lo que Harry estaba pasando, Zayn se lo había contado. Estaba seguro que Harry no tenía idea de cómo estaba Liam. De hecho, ni el mismo estaba seguro por lo que pasaba Liam, ya que por más intentos que hacía por hablar con él, parecía no escucharle. 

Desde hace días quería ir a visitar a Harry, pero Zayn le había pedido no hacerlo. Quería que Harry estuviera más tranquilo para que quisiera escuchar cualquier cosa que el rubio pudiera decirle sobre Liam. 

El que Louis les acompañara no le iba a permitir hablar con libertad. Louis no soportaba a Liam y cada vez que surgía la oportunidad lo atacaba. Aunque Eleanor trataba de controlarlo, a veces no podía hacerlo. 

El timbre de la puerta sonó y Harry se apresuró a abrir algo asustado.

-- Chicos son ustedes – dijo abriéndoles la puerta para que pasaran. 

-- ¡Harry!, ¿cómo estás? – pregunto Niall entrando primero. 

-- Niall ¡qué bueno verte!, yo estoy bien, aun que algo preocupado por papá – dijo Harry cerrando la puerta una vez que los tres chicos entraron. 

-- ¿Le pasó algo a tu padre? – preguntó Zayn tomando a Niall de la mano para llevarlo a un sillón. 

-- No, solo que desde en la mañana que salió que no ha vuelto. Generalmente salía solo un rato y para antes de la hora de comida ya estaba de vuelta. Pero ya es tarde y aun no vuelve. – dijo Harry con preocupación asomándose a la ventana. 

-- Dicen que las malas noticias son las primeras que llegan – dijo Niall tratando de tranquilizarlo – Si no has sabido aun nada es que debe estar bien. 

-- Eso espero.

La puerta se abrió de pronto y Eleanor corrió hasta ella para ver al hombre que llegaba.

-- ¡Papá! – Gritó la morena – hemos estado tan preocupados por ti ¿dónde estabas? – El hombre sonrió al ver a sus hijos en la puerta viéndolo. 

-- Siento haberlos preocupado, pero ¡ya tengo trabajo! – dijo el hombre feliz 

-- ¿Trabajo? – dijeron Zayn y Louis sin entender, mientras Niall solo sonrió. 

-- Que tal chicos – dijo el hombre sonriéndole a los tres chicos sentados en el sillón, para después dirigirse a Harry – Sé que no te lo habíamos dicho Harry, pero no queríamos preocuparte. Cuando en la empresa se enteraron que había tenido una amenaza de infarto, me dijeron que solo trabajaría hasta que las incapacidades se vencieran. Después de veinte años de trabajo, solo querían darme la mitad de lo que me correspondía y que si los demandaba no me darían carta de recomendación. Traté de que me dejaran trabajar por lo menos los cinco años que me faltan para jubilarme, pero no quisieron. Solo me despidieron. Por eso salía todas las mañanas a dejar mi currículo, pero en todas las empresas decían que por mi edad no podían contratarme. 

-- Pero papá… - trató Harry de decir algo, pero el hombre continuo con su historia. 

-- Esta mañana, cuando salía a ver otra empresa, me encontré bajo la puerta una nota en la que me pedían presentarme en una empresa en la que no había dejado mi información. Allí estuve hasta ahora y me contrataron. Comienzo en dos semanas, ganando más que antes y con mejores prestaciones. – dijo el hombre emocionado. 

-- ¡Felicidades! – dijo Eleanor abrazando al hombre. 

-- ¿Y qué pasa con tu amenaza de infarto? – preguntó Harry. 

-- Eso es lo mejor. A la empresa para la que trabajaré no le importa si estoy enfermo, si tuve una amenaza de infarto o si tengo cáncer. Ellos se dedican a la salud y todos los medicamentes que requiera me los dan gratis. 

-- ¿En qué empresa trabajará señor Calder? – preguntó Zayn. 

-- En la Industria farmacéutica GY. ¿Y tú quien eres chico? – dijo el señor Calder viendo por primera vez a Niall. 

-- Soy Niall Horan – dijo poniéndose de pie para saludar al señor. El hombre tomó la mano de Niall y le saludó cortésmente. 

-- Y es mi novio – dijo Zayn haciendo que las mejillas de Niall se encendieran y que el hombre volteara sorprendido a ver a Zayn. 

-- Bueno, bueno, bienvenido – dijo el hombre sonriendo – Y ya que estamos todos reunidos, ¿No hay comida para este hombre hambriento y feliz? 

-- Claro que sí – dijo Harry sonriendo – Y hay para todos. 

Todos asintieron y comenzaron a pasar al comedor, mientras Eleanor traía las ollas de la comida que Harry había preparado y Harry colocaba los platos. 
El timbre lo distrajo de lo que estaba haciendo.

-- Yo voy Eleanor, sigue sirviendo – dijo Harry

Caminó hasta la puerta sonriendo, por primera vez se sentía tranquilo, no estaba fingiendo una felicidad que no sentía. 
Pero al abrir la puerta, esa felicidad se esfumó de golpe al toparse de lleno con un par de ojos que le miraban de forma detenida. 

Abrió la puerta y salió cerrando detrás suyo, no estaba dispuesto a arruinar la felicidad que ahora había en su casa.

--¿Qué haces aquí? – dijo Harry molesto al ver a Liam. 

-- Necesito hablar contigo. 

-- ¡Yo no quiero hablar contigo! ¡Ya hablamos todo lo que teníamos que hablar ayer! 

-- Harry… - dijo Liam sujetandolo por las muñecas. 

-- ¡Payne!

La voz de Louis los distrajo a los dos. Louis también salió de la casa haciendo que Liam soltara a Harry.

-- ¿Cuántas veces quieres que te diga que dejes de molestarlo? 

-- Las que sean necesarias – contestó Liam viendolo fijamente, para después voltear a ver a Harry de nuevo – En verdad necesito hablar contigo. 

-- ¡Ya te dije que no! – dijo Harry levantando la voz. 

-- -¡Ya escuchaste!, él no quiere hablar contigo – dijo Louis dando un paso para atravesarse entre los dos. 

-- Oigan se les va a en… ¡Liam! – dijo Zayn apareciendo por la puerta de la casa de Harry.

Liam volteó a ver a Zayn, de los amigos de Harry, este era el único que podría ayudarle.

-- Zayn, necesito hablar con Harry. No voy a dañarlo… 

-- ¡Que más daño quieres hacerle que no le hayas hecho ya! – dijo Louis con enojo. 

-- Vayan los dos adentro – dijo Zayn saliendo él afuera – Antes de que aparezca el resto y se arme una pelea. 

-- Pero – Trató Louis de protestar. 

-- Ve adentro con Harry – él solo asintió y entró junto con Harry dejando a Zayn con Liam. 

-- Mañana. No creo que hoy puedas lograrlo, hay demasiada gente que te cree culpable. 

--¿Tú me crees culpable? – preguntó viéndolo fijamente. 

-- Yo no fui quien vio a esa chica salir desnuda de tu cuarto, pero creo que no le harías daño con intención. Inténtalo mañana. 

-- Pero mañana es el partido… 

-- El partido está formado por cuatro cuartos de quince minutos cada uno. Creo que tendrás tiempo suficiente. – dijo Zayn dándose la vuelta para entrar. 

-- Está bien Harry, será mañana y a mi manera – dijo Liam caminando fuera de la casa.


Continuará...

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Amor en Juego (Lirry & Ziall)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora