Ya se empezaba a poner el sol cuando Gascoigne terminó de trabajar. Salió del bosque y se dirigió a su casa. Cuando llegó, tenía las manos tan doloridas por sujetar el hacha que apenas podía abrir la puerta. Pero lo logró, ya estaba acostumbrado. Entró y cerró la puerta, todo está oscuro y parece que no hay nadie en casa. Pero eso no tiene sentido, es muy tarde para que Viola y Liria estén en la calle. Gascoigne oyó un ruido proveniente del piso de arriba, de la habitación de Liria. Acto seguido subió las escaleras corriendo y al llegar arriba abrió lo más rápido posible la puerta de la habitación. Allí estaba Viola.
- ¿Qué es lo que pasa cariño? ¿Está todo bien? .-pregunta Gascoigne asustado.
- No... La verdad es que no encuentro a Liria por ningún lado.Ante la cara de preocupación de Gascoigne, Viola le guiña un ojo y le hace un gesto señalando a la cama, haciéndole entender que Liria se haya escondida ahí debajo y todo no era más que una broma. Gascoigne entiende la situación y decide seguir la corriente.
- ¡Oh no! ¿Que voy a hacer yo ahora sin mi pequeña Liria? ¿Qué hemos hecho mal Viola? ¡Seguro que se ha marchado porque no le he regalado el perrito que me pidió por su cumpleaños! ¡Oh dios mío!
Ante tal discurso dramático a Liria se le escapa una risa.
- ¿Has oído eso Viola? Ha venido de debajo de la cama... Quizá sea un mapache ¡Trae la escoba!
Mas risas de Liria.
- Aunque si el mapache de come nuestra escoba... ¡Nos habremos quedado sin hija y sin escoba! ¡Que desastre!
Liria, a la que le duele la barriga ya de tanto reír, decide salir de su escondite y abrazar a su padre. Gascoigne finge sorpresa y también se funde en un abrazo.
-¡Estás bien! Pensé que te habías marchado.
-Nunca me iría de aquí papi, además, el regalo que me diste por mi cumpleaños es mejor que un perro.Liria se dirige a un pequeño baúl lleno de trastos y saca la cajita de música que su padre le regaló por el cumpleaños.
-Después la ponemos a funcionar, ahora vamos a cenar, he traído bizcocho de sirope de arce.
-¡Bieeeeeen!Gascoigne, Viola y Liria bajaron juntos a cenar. Charlaron durante dos horas más o menos, sobre cómo había ido el día, el trabajo, la iglesia, Dedrick el panadero... y llegó la hora de dormir. Gascoigne acompañó a Liria a su cuarto.
- Cuentame un cuento papi.
- Es tarde... Tienes que dormir ya.
- Porfi, porfi, porfi.
- Bueno está bien .-dice Gascoigne resignado-.¿De qué quieres el cuento?
- ¡De terror!
-¿Así que la niña quiere una historia de terror eh? Pues prepárate porque te voy a contar una historia tan tenebrosa que estarás noches enteras sin poder dormir.
-¡Apaga la luz, apaga la luz! .-dice Liria entusiasmada.
-Presta atención... Cuenta la leyenda, que más allá de la Iglesia de esta ciudad hay una cueva que lleva directamente a un sitio tenebroso y macabro como no hay más: el Osario de Hemwick. Es un lugar oscuro y siniestro, abandonado hace muchos años, y junto al Osario, hay una pequeña aldea... ¡De brujas! En realidad no son brujas, simplemente son ancianas armadas con herramientas del campo, sin embargo, más allá de la aldea, en el sótano de una pequeña torre, se dice que hay dos brujas de aspecto repugnante, las cuales invocan a seres oscuros del mas allá para secuestrar a todos los niños y niñas que se atrevan a acercarse. Las brujas de Hemwick no tienen compasión, y se dice que su objetivo es comerse a todos los niños de Yharnam. Por lo tanto, si en medio de la noche ves unos ojos blancos flotando en la oscuridad, estás perdida, pues nadie escapa de las brujas de Hemwick ni de sus entes tenebrosos.-¡Vaya papá ha sido una historia increíble!
-Exacto, es sólo una historia. Pero ten cuidado, a veces las historias pueden cobrar vida propia... Buenas noches Liria.Gascoigne salió de la habitación de su hija apagando antes la luz y cerrando luego la puerta. A continuación, se dirigió a su cuarto donde ya le esperaba Viola en la cama.
-¿Me lo quitas? .-preguntó Viola señalando su broche rojo.-
-Sabes que no me puedo negar a eso.El Padre Gascoigne se acercó a su mujer y le quitó el broche rojo que él le había regalado el día que se casaron. A ella le encantaba ese broche. Estaba hecho de un rubí tan intenso que parecía sacado de la misma mina Pico de Dioses, en el sur de la región. Pero no, Gascoigne le compró ese broche en un mercadillo gastándose todos sus ahorros.
Ambos se acostaron y poco a poco sus ojos fueron cerrándose, hasta que la paz y la tranquilidad se apoderó de ellos.
Tres de la mañana, se escucha un estruendo a lo lejos, parecen disparos. Gascoigne se despierta exaltado. Se oyen gritos. Se oyen rugidos. Se oyen más disparos.
Todo había comenzado.
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Bienvenido a casa, Padre Gascoigne (Bloodborne)
TerrorEl Padre Gascoigne, esa bestia situada en el Camposanto de Oedon, en Yharnam Central. Pero Gascoigne no siempre fue una bestia, tiempo atrás era un cazador, un miembro de la Iglesia de la Sanación y sobretodo, un gran hombre de familia. ¿Qué pasó en...