Capítulo I: La ciudad de Yharnam

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Eran las 7:30 de la mañana cuando la claridad del alba empezaba a iluminar la ciudad. Sin embargo, el Padre Gascoigne ya llevaba levantado desde las 7. Fue sobre esa hora cuando decidió levantarse, lavarse la cara, ponerse su atuendo y salir a la calle. A él le encantaba hacer eso, siempre lo hacía. Llevaba ya bastantes años en Yharnam, y juraría que lo que más le gusta de la ciudad es el aspecto que tiene cuando amanece. Le gusta ir caminando y ver los primeros rayos del sol iluminando las esquinas, y colándose por las características verjas de los tejados de la ciudad.
Aunque su vista preferida la tiene justo en casa, antes de salir. Es su mujer y su hija, que siempre duermen cuando él se levanta. Ama verlas durmiendo, tan tranquilas, tan guapas.

En esa imagen estaba pensando él mientras caminaba por una calle pavimentada de piedras. Unos metros mas adelante se fijó en como los primeros negocios empezaban a abrir sus puertas, lavanderías y panaderías principalmente. A esta última decidió dirigirse.

-Buenos días Dedrick
-¡Oh! Que alegría verlo Padre Gascoigne ¿Le pongo dos panes y un bizcocho de sirope de arce como siempre?
-Me conoces muy bien Dedrick, me empiezo a preocupar .-dice Gascoigne en tono burlesco.

Dedrick era el panadero al que siempre iba el Padre Gascoigne. Habían más en la ciudad por supuesto, pero este es el que le gustaba. Era un hombre sencillo, que a pesar de su poca clientela seguía abriendo cada mañana con la misma ilusión y sonrisa que el primer día. Va vestido con una harapienta ropa blanca que parecía llevar puesta 3 días seguidos, cosa de la cual Gascoigne se percata.

-Aquí tienes Dedrick, gracias y ten un buen día.
-Pero Padre Gascoigne, son 4 monedas de plata por todo y usted me ha dado 6.
-Sé perfectamente cuánto es, anda, con el resto date un capricho, te lo mereces.
-¡Oh, bendito seas muchísimas gracias!

El Padre Gascoigne siguió caminando hasta cruzar un puente, bajar unas escaleras, y entrar en una pequeña iglesia para rezar por su familia. Luego, siguió recorriendo Yharnam con el sol ya bien arriba, hasta llegar a un bosque. Es ahí donde él trabaja, talando arboles con su hacha, las noches pueden ser muy frías en Yharnam y la leña era algo muy cotizado en ese tiempo. El título de "Padre" le viene de la región de la que procede, ya que en Yharnam él no ostenta ningún cargo religioso. Aún así, sus buenas obras y su amabilidad por la ciudad le ha valido el apodo de "Padre Gascoigne".

Bienvenido a casa, Padre Gascoigne (Bloodborne)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora