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Park Jimin salió de su oficina donde el infierno se iba a desatar. Camino por la banqueta mientras ignoraba su celular el cual no dejaba de vibrar, por suerte lo tenia en silencio o sino lo volvería loco.

Sabía que lo estarían buscando como locos pero ya eran las 3:15 y su descanso empezaba ahora. Adiós papeleo, adiós llamadas, adiós empleados desesperados por la aprobación del proyecto, adiós trabajo.

3:15 significa coffee break y ya deberían saber que él nunca atendía en su break.

Entro a la cafetería que estaba en la esquina exactamente a una cuadra de su  trabajo.

El sonido de campanillas en la puerta anuncio su llegada al local. El lugar era acogedor y pequeño, a esa hora no solía estar muy lleno lo cual le parecía aun mejor.

Habían unos sillones de pana color café oscuro y una mesita de café donde había un pequeño florero con unas pequeñas floresillas amarillas y blancas. A lado de los sillones habían unos estantes con revistas y periódicos al día. En la pared un librero con diferentes géneros de libros, desde novelas de romance, hasta de misterio y terror. Había clásicos y nuevas ediciones, las cuales sabía eran de buena calidad.

Eso era lo que lo había llevado a regresar día a día a esa cafetería, tenían una gama de libros que nunca lo decepcionaban, más un delicioso café de Colombia y un pastel de chocolate y plátano el cual era su preferido.

Camino hasta la caja y después de que una muchacha pagará fue su turno.

Quisiera creer que no había quedado estupefacto con cara de idiota mientras el chico rubio de la registradora le preguntaba que deseaba ordenar, pero sinceramente no podía asegurarlo.

Sobre todo cuando el que lo atendía era el chico más atractivo que había visto en un buen tiempo.

-Em... Disculpe... ¿Va a Ordenar?-  pregunto incomodo el joven. Parpadeo un par de veces antes de responder sonrojado por su comportamiento.

-Ah..si, si. Quiero un frape exprés, digo, un té exprés, digo...- Su rostro se puso aun más rojo y se mordió el labio en un intento de no decir mas tonterías.

El joven sonrió divertido y Jimin no pudo evitar enamorarse de esa expresión.

-¿Un café exprés? - Incluso su voz era hermosa ahora que le prestaba atención.

-S-si.- dijo avergonzado.

-¿Algo más que desee ordenar?- Pregunto sonriendo solo que ahora lo hacía más disimuladamente.

-Un... Un pastel de chocolate amargo...por favor. - Jimin se sentía tan estúpido al tener que pensar en las palabras antes de decirlas.

-Serían 8.70 - saco su tarjeta y pago. Se dio la vuelta.- ¡Espera!- llamó el rubio antes de que saliera de la fila. Jimin giró su rostro para contemplar como el chico le sonreía. -Min Yoongi. - Sonrió seductora mente haciéndolo sonrojarse.

-J-...-

-Yoongi ven un momento. - Grito una chica desde atrás interrumpiéndolo. El rubio sonrió y se fue dejando a otro encargado atender la caja.

Oh bueno...

~~~~~

Holis chiquillas y chiquillos (si es que hay jeje) aquí les traigo una nueva historia... En realidad no se si podría llamarla historia, solo son capítulos en donde Jimin se enamora del chico que trabaja en la cafetería cercas de su trabajo.

Solo lo escribo porque siento que me falta un poco de dulce en mi vida jahaha y por vida me refiero a lo que escribo 😀

La verdad The Lake se está poniendo intensa... O por lo menos en mi cabeza jahajha y así que quise escribir algo corto y ligero.

La historia dudo que valla a algún lado jeje, es mas solo para entretenerse un rato escribiendo.

Bueno eso es todo cositas bellas. Besos 😘 y no olviden que las quiero.



Coffee BreakDonde viven las historias. Descúbrelo ahora