Coffee Break

XII

3:14 decía su reloj de pulso y como era un tonto haciendo honor a su profesión, estaba parado a un lado de la cafetería estratégicamente donde no podía ser visto por nadie en el interior.

El establecimiento estaba abarrotado de gente, el solo brillaba en el cielo, hacia calor y estaba algo sofocado por toda el agua que había caído en esas semanas, pero a pesar del ruido proveniente del interior él podía asegurar que su corazón latía mas fuerte.

Se sentía suuuuumamente nervioso, al punto de que sus manos sujetando el paraguas negro no dejaban de temblar visiblemente. Estaba sonrojado, ahora ya eran las 3:15 y no estaba seguro de poder dar los pasos necesarios para entrar y hablarle a Yoongi. Se sentía de gelatina y sus rodillas parecían apenas poder sostenerlo.

Respiro profundamente mil y un veces  (quizá exageraba) hasta que se armo del minúsculo valor que tenia cuando se refería al rubio y escucho la campanilla de la puerta sonar cuando la atravesó.

Hizo como debía y se formó en la fila. A cada persona que se reducía mas rojo se ponía y en algun momento alguien le pregunto si tenia fiebre por lo que se sintió el doble de avergonzado. Un paso mas y Yoongi estaba mas cercas.

Torpemente avanzo el ultimo tramo cuando la persona frente a él se retiro de la caja y ahora su turno había llegado. 

No podía levantar los ojos pero sentía la mirada de Yoongi en su persona.

- Hola. Ha sido un tiempo.- le escucho decir al rubio por lo que asintió avergonzado y como para no perder cuando intento hablar se mordió la lengua de los nervios. Una risita salio de los labios de Yoongi y el quería que se lo tragara la tierra pero para ayer.

- U-un C-chai latte. - pidió y cuando los ojos del chico lo dejaron para ver la caja, el respiro y se armo de todo el valor que tenia. - G-Gracias... po-por lo del otro... otro día.-

-¿Aun tienes frió?- dijo burlón de su  tartamudeo haciéndolo morder su labio apenado. - em...- Yoongi noto su error y se incomodo un poco. - Espero que no te hayas enfermado. Estabas muy empapado.- dijo queriendo cambiar de tema.

- N-no... tengo... defensas a-altas.- intento hablar sin trabarse pero era imposible, estaba hablando con Yoongi. - T-tu, tu paraguas.- dijo alzando el objeto golpeando de paso uno de los pequeños estantes de postales que cayeron al suelo estruendosamente. - L-l-lo siento.- dijo apresurado pero al agacharse para recogerlo no vio bien y se golpeó la frente con la barrita de la caja registradora haciéndolo tambalearse y sujetarse la zona adolorida mientras tropezaba hacia atrás chocando con alguien con quien se disculpo entre balbuceos y los ojos cristalinos por la vergüenza y el dolor.

-¿Estas bien?- pregunto Yoongi tomándolo del brazo débilmente para que girará hacia él. Jimin estaba mas allá de un sonrojo y sus ojos brillaban con pena y ganas de llorar. No quería verse tan torpe frente al chico que le gustaba pero él era de naturaleza torpe y mas cuando estaba nervioso.

- L-lo siento. S-soy muy torpe.- dijo bajando su mirada. - Y- yo lo recoge.- dijo agachándose pero el rubio también se agachó hasta verlo a la cara.

-Esta bien, déjame ayudarte.- dijo sonriendo algo divertido, no podía evitarlo, era divertido. -¿Y esa bolsa?- pregunto cuando vio la bolsa de cartón color blanca con estampados negros, no la había visto antes así que la curiosidad le ganó.

- A-ah, esto...- agarro aire porque quería parar de tartamudear.- es... la ropa que... que me prestaste.- dijo sin verlo a los ojos mientras le tendía la bolsa con las dos manos. Yoongi la tomo y se levanto pues ya todo estaba recogido. De repente se sintió algo fuera de lugar, sin saber que decirle y solo le tenido la mano para ayudarlo a levantarse del piso nuevamente. - Y-yo, la lave. - dijo en un susurro y no supo que hacer pues el rubio revolvió sus cabellos con una sonrisa en su rostro.

- Eres un gran chico Jimin. Gracias a ti.-

Después de ello la vida siguió y como era de esperar la gente se quejo por la tardanza de los chicos.

Oh bueno, quizá lo interrumpieron pero había recibido un halago de Yoongi y una caricia en su cabeza, se podría decir que fue un éxito.