También soy un gato negro

19 1 0
                                    

El extraño chico la observaba durante las clases, y ella no podía evitar mirarlo de vez en cuando, aunque parecía llevarse bien con todos había algo que no combinaba con esa facilidad de hablar con las personas. Selene trataba de ignorarlo, pero había algo en el que la hacia sentir como un niño pequeño que ve un juego peligroso para el, sabe que no debe acercarse pero no puede evitar sentir intriga.

La campana de salida resonó por toda la escuela y Selene se apuro a empacar sus cosas y llegar pronto a su casa, para no tener que cruzarse con aquel extraño chico, pero vio que el ya no estaba en el salón de clase, ya se había ido, lo que la calmo bastante.

Al llegar a la salida de la escuela se encontró con el chico, estaba recostado a un lado de la puerta, pero no la había visto, el estaba perdido en sus pensamientos, De hecho, mirándolo bien, le recordó bastante a ella, por la forma en que el miraba el paisaje, la forma en que sus ojos se perdían, y las ideas acumulaban su cabeza, así, se parecía bastante a ella.

Caminó hacia la salida segura y tranquila ya que el se veía demasiado concentrado como para notar su presencia, pero en el momento en que pasó junto a el, la realidad regresó a sus ojos y comenzó a caminar al lado de ella en cuestión de segundos.

A medida que aumentaban los pasos que ella daba junto a el, su corazón se aceleraba mas, el no le había dicho nada desde que habían comenzado a caminar y esto la ponía mas nerviosa, así que decidió dar un giro e ir por otra calle.

En la tarde, ella tomo la libreta en la que estaban todas aquellas notas dispersas en el pentagrama, y se fue a el parque en compañía de Anwar.

Ella se sentó en un el único banco que aun no estaba teñido de blanco por la nieve, Anwar se acomodo en sus piernas cubierto por el chaleco de ella para recibir calor, mientras Selene recibía la inspiración musical de lugares que los demás no podían comprender. Lo que para las otras personas era una libreta llena de círculos, lineas y símbolos raros, para ella eran todos sus sentimientos, toda una historia, una imagen, un retrato, plasmado con dulces sonidos.

Pero su inspiración se vio interrumpida por el movimiento de Anwar, al bajar la mirada vio a su hermoso gato con expresión sorprendida, mirando muy fijamente a una gata negra, muy hermosa, con un pelaje brillante, ella miraba fijamente a Anwar.

-Hola hermosa -le dijo Selene a la gata acariciando su lomo.

-¿Así que también te gustan los gatos? -esa voz hizo que un cosquilleo le recorriera la espalda, habían sido solo una vez la que ella había escuchado esa voz, pero la reconocía a la perfección. El se sentó junto a ella y le dirigió una sonoriza que le lleno el cuerpo de una calidez muy familiar y cómoda, y de repente todos aquellos momentos incómodos entre ellos se desvanecieron con miradas familiares.

-Me encantan.

-¿Como se llama tu gato?

-Anwar.

-Muy lindo, es muy único.

-Gracias, ¿como se llama tu gata?.

-Calipso.

-Que hermoso nombre.

-Gracias. Oye ¿puedo pedirte algo?

-Dime.

-¿Puedes hablarme de ti? me parece que eres una chica bastante misteriosa.

-Eso es algo que deberías hacer tu, siempre caminas conmigo casi hasta mi casa pero nunca me hablas.

-Supongo que tienes razón, Pero la verdad no hay mucho que contar, mi vida no es realmente interesante, convivo fácilmente con las personas, pero en el fondo me gusta mas estar mas alejado de los demás. Aprendí a estar mejor sin la sociedad.

Ella se quedó en silencio por un momento reflexionando.

-Sabes, también soy un gato negro.



De gato negro a gato negroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora