Capítulo 8

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-¿Sera que...?- dijo Nico, mirando pensativo el infinito.

-¿Qué cosa?- pregunte curiosa.

-¿Estas pensando que...?- le pregunto Jason, mirándolo sorprendido.

Nico asintió. Yo no entendía nada. Trataba de leer sus mentes, concentrándome en sus expresiones, pero al parecer ese poder no estaba en la lista de cosas útiles.

-¡Díganme!- grite, Leo me miro sonriendo.

-Yo tampoco entiendo- dijo Leo.

Sonreí un poco al notar que no era la única que no entendía de lo que hablaban.

Entonces, Jason y Nico agarraron a Leo de los brazos y lo jalaron, haciendo un circulo de secretos, del cual yo no escuchaba nada. Los mire arrugando la nariz, Nico me miro un momento, una mirada burlona. Después de unos minutos mas, se separaron y me miraron examinándome.

-¿No recuerdas... Alguna otra canción?- preguntó Jason.

-Emmm... No- respondí yo, los tres se miraron al mismo tiempo.

-¿Que deberíamos hacer?- preguntó Leo.

-Traigan sus canciones favoritas... Se las pondremos y veremos que sucede- dijo Nico, cruzado de brazos.

-No entiendo nada...- dije yo, confundida.

-Mira... Quizás, la música pueda devolverte algunos recuerdos- explicó Nico.

Seguramente mi cara de confusión dio a entender que esa explicación no era suficiente.

-Quizás la música active algunas memorias de tu vida...- continuó Nico.

-¿Como... Una contraseña que nos deja entrar a una computadora?- preguntó Leo.

Nico asintió.

-Quizás... Esto no sea casualidad y un Dios o Diosa tenga que ver con esto...- dijo Jason.

-¿Apolo? Es el dio de la música...- dijo Nico.

Yo balancee mis pies aburrida. Quizás pronto podría irme a casa y no tendría que ser un problema para ellos. A lo lejos se escucho una caracola.

-Ya es hora de comer- dijo Leo.

-¿Vienes o te quedas?- le pregunto Jason a Leo.

Leo sonrío, como si estuviera acostumbrado a la misma pregunta.

-Me quedo... Alguna Ninfa me traerá algo- respondió el moreno.

Nico me miro, dudando.

-Vamos, niña... Tienes que comer- me dijo finalmente.

-¿Que? Pero... Los demás... Me atacaran- balbucee yo.

Nico rodó los ojos, aburrido.

-Dije que tienes que aprender a defenderte- me dijo, frío.

-Nico...- dijo Jason.

-Se sentara conmigo- dijo el pelinegro y saliendo rápidamente.

Jason miro como se alejó y luego me miro a mi. Leo soltó una risita, mientras me miraba burlón.

-¿Que?- pregunte yo, desorientada.

-Nada, nada- dijo Leo divertido, aunque su tono de voz me decía que algo si pasaba.

-Jason, dime- le dije a Jason, arrugando la nariz.

-No pasa nada...- dijo el, saliendo.

Yo bufe y salí tras ambos individuos. Los seguí por detrás, mirando hacia las nucas de ellos. Suspire fingidamente muchas veces para que me prestaran atención, pero tenían una charla a susurros. Bufe de nuevo y seguí caminando. En un momento, Jason apretó el hombro de Nico y después Nico retrocedió, quedándose a mi lado y dejando a Jason en frente.

-Hey- me dijo.

Yo infle las mejillas, mirando a otro lado.

-Hey...- volvió a decir.

Seguí ignorándolo.

-Hey... ¡Cuidado!- dijo el.

Fui muy lenta para reaccionar y me estampe contra un árbol, cayendo al suelo sentada.

-Auch...- me queje.

-Te dije...- dijo Nico, ofreciéndome su mano mientras miraba a otro lado.

Tome su mano y el me levanto de un tirón. Seguimos caminando. En un silencio un tanto incomodo, hasta que lo empuje un poco con mi hombro. El me miro confundido y algo molesto, pero hizo mi misma acción, con algo de fuerza, causando que casi cayera al piso.

-¡Pude haber muerto!- le reprendí.

-No lo creo- me dijo el burlón, sonriendo con la mirada.

-Bueno... Ya llegamos- dijo Jason y pude ver al frente el campamento- ¿Lista?

-No- dije yo.

Y comenzamos a caminar.

Los Muertos No Lloran (Nico di Angelo y tu) (Go Wattys 2016)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora