Capitulo 4

536 55 2
                                    


Cerré los ojos con fuerza. Ahora si estaba muerta. Pero... Leo y Jason soltaron una carcajada.

-Lou, vas a asustar a la chica- dijo el elfo.

Abrí mis ojos lentamente y vi una chica sonriente frente a mí. Su tez era pálida y algunas pecas se juntaban en sus mejillas y nariz, tenía los ojos verdes que transmitían diversión y misterio, su cabello castaño con mechones rosas estaba cortado de manera desigual y quedaba igual que el de Leo. Traía una camiseta naranja con las mangas rotas y unos pantalones desgarrados con tenis llenos de polvo. En pocas palabras: si el Rock and Roll y el Punk tuvieran una hija, seria ella.

-No tengas miedo chica- me dijo-. Soy Lou Ellen, hija de Hecate.

A este punto, escuchar nombres raros ya no era tan extraño como al principio.

-La vas a revolver más- comento Jason-. Eh Ellen, no es una especie en peligro de extinción.

Lou estaba casi encima de mí, agarrando mi brazo y examinándolo. Eso sí era raro. Leo solo reía por lo bajo mientras Jason sonreía negando con la cabeza.

-Ya Lou, la vas a incomodar- volvió a decir Jason, apartando a Lou de mí.

Ella me miro en modo de disculpa.

-Lo siento- se disculpó ella-, casi nunca veo mortales, paso todo el año aquí y desde hace 3 años no interactuó directamente con uno.

Yo asentí aunque no había entendido casi nada.

-¿Dónde se quedara?- pregunto viendo a Leo.

-Aquí, le hare espacio- respondió el moreno.

-¿Quiron ya sabe?- pregunto.

-No, pero íbamos para allá cuando alguien casi mata la puerta- respondió Leo.

Más que enojado parecía divertido.

-Lo siento- se disculpó Lou, de nuevo.

-Por cierto Lou... ¿Cómo sabias que la mortal estaba aquí?- pregunto Jason.

Yo me senté sobre una mesa, Leo se acercó y me ofreció un pañuelo. Tenía aceite en mis manos.

-Jackson corrió rápido la voz, esta como una cabra- dijo Lou-. Soy la única que sabe que la chica está aquí.

Sonreí a Leo agradecida. Después limpie mis manos y deje el pañuelo a un lado.

-Oigan...- dije mirándolos.

Ellos me miraron.

-Yo... ¿No debería estar aquí, verdad?- pregunte, bajando la mirada.

-Hey chica- me dijo Lou, agarrándome por el hombro-, que otros sean unos idiotas no es tu culpa.

-Si- dijo Leo-, es algo estúpido pensar que todos los mortales son caprichosos solo porque los pocos que se han conocido son así.

Yo seguía con la mirada baja. Estaba provocando demasiados problemas. Estaba aquí en un lugar donde no debía estar aquí y encima sin recordar nada, más problemas, estaba generando otro inconveniente.

-Quizás deberían llevarme a la ciudad- dije-. Alguien debe de estar buscándome ¿no?

-No podemos llevarte- dijo Jason- ¿Alguien debe estar buscándote? Sí, es posible. Pero que no se te olvide que también hay gente cruel en este mundo, alguien puede fingir conocerte y hacerte algo malo.

Leo asintió de acuerdo con Jason. Yo asentí desviando la mirada. Lou me abrazo y yo correspondí.

-Tranquila chica- me dijo.

Leo y Jason se unieron al abrazo.

-Deberíamos ir a con Quiron, entre más rápido se entere mejor ¿No creen?- dijo Jason- . Así por lo menos algunos campistas te dejaran en paz.

Asentimos al unísono.

-Pero antes...- dijo Leo, sonriendo emocionado-, hay que esconderla.

-¿Cómo?- pregunte.

-Algo ligero- dijo el sonriéndome.

Corrió a un baúl y esculco. Después de unos segundos saco algo largo y de cuero. Una capa con capucha.

-Toma, póntelo- me lo ofreció, acercándose a mí.

-Claro, como una persona con capucha es tan normal...- dijo Lou burlona.

Me puse la capa encima y me coloque la capucha.

-Me siento como una bruja... - dije.

-¿Por qué?- pregunto Lou.

-No sé- dije yo-, simplemente me siento así.

Leo se encogió de hombros y abrió la puerta del Bunker. Todos salimos. La caminata por el bosque fue larga, aunque Lou y Leo no se callaban, por lo cual no fue aburrido.

-Hey, tranquis castaña- me dijo Jason, cuando nos acercábamos al inicio de las cabañas.

Estaba nerviosa. Quizás lo había notado porque me toqueteaba la oreja. Asentí. Llegamos a las cabañas, había varios campistas andando por los alrededores platicando, ninguno nos prestaba atención.

-Vamos bien- dijo Leo-. Ya casi llegamos.

Alce un poco la mirada y vi una mansión pintada de azul claro frente a mí. Había unos muros de piedra rodeándola, con vides trepando. En la entrada había una reja negra. Un camino de piedras y algo de arena conducía a la entrada de la casa, una puerta de madera oscura con una campanita de oro como timbre.

-Es bonita- dije yo.

Nos acercamos más y entramos. Íbamos en fila india, Jason enfrente, yo detrás de él, Lou detrás de mí y Leo al último. Había notado que el ultimo estaba toqueteando algunos tornillos, quizás también estaba nervioso. Alce mi mano y toque la campana. Unos segundos después un señor en silla de ruedas abrió la puerta, tenía barba y cabello castaño.

-Oh...- me miro a mi en especial- Ya los esperaba, pasen.

Pasamos sin ninguna prisa. Había una sala de estar algo silvestre, vides crecían por las paredes y había una cabeza de leopardo sobre una chimenea la cual estaba apagada.

-Bueno... Has causa toda una revolución, querida- me dijo el señor sonriendo, como si no fuera algo nuevo-. Por cierto, soy Quiron.

Yo asentí.

-A este punto me imagino que has escuchado cosas que no entiendes ¿Verdad?- me pregunto.

Yo volví a asentir. Mis dedos se retorcían.

-Si... Mortal, dioses, Quiron- dije yo, viendo más que nada encima de él.

-Bueno... Creo que debería explicarte, no le veo caso ocultarte cosas- su mirada se volvió seria-. Después de todo, por alguna razón alguien te trajo aquí.

-¿Alguien?- pregunto Jason.

Quiron asintió.

-Después de esto... Me gustaría que dejaran aquí a Leo y mandaran llamar a Nico- dijo Quiron-. Quiero preguntarles algunas cosas.

Leo asintió.

-Bueno querida... Sera mejor que prestes mucha atención- dijo Quiron-, es difícil de asimilar al principio pero no te preocupes, luego las cosas se harán más claras.

Yo asentí. Y no sabía que de ahora en adelante... Todo se pondría de cabeza.


Los Muertos No Lloran (Nico di Angelo y tu) (Go Wattys 2016)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora