Capítulo 7

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En las dos semanas que estamos en Roma para ensayar, tan solo tengo un día para ver la ciudad, en el que hubo una fuga y todas las salas se llenaron de agua. Esas dos semanas volaron en nada y Nick y yo tenemos un baile increíble, con un vestuario increíble y una canción bestial, es una versión de "Collar full" de ¡Panic! At the disco, hecha por el fantástico youtuber Joey Graceffa. Nuestro gran paso final está casi dominado y ahora mismo me dirijo a la tintorería del hotel para comprobar que nuestro vestuario está listo para esta noche. 

Hoy Nick y yo nos hemos dado el día libre porque opinamos que lo tenemos dominado y que si ensayamos antes del concurso la cagaremos.

Entro en el ascensor y pulso el botón de menos uno, me apoyo contra la pared y cierro los ojos, entonces oigo a alguien corriendo hacia aquí y noto que entra en el ascensor. Sé quién es incluso antes de abrir los ojos, ese olor a one million es inconfundible. Robert. Abro los ojos y lo veo ahí, de pie, a apenas medio metro de mi, con sus intensos ojos azules mirándome desde la distancia.

- Hola Rebecca.- La sequedad de su voz no me duele tanto como el echo de que me llame Rebecca y no Becca.

- Hola señor Rosb.- Le respondo con la misma sequedad y él me mira entrecerrando los ojos.

- No te sale bien eso de fingir que no te importo, estás loca por mi.- Ahora la que lo mira entrecerrando los ojos soy yo.

- ¿Perdona? Yo no estoy loquita por nadie.

- ¿No? ¿Ni siquiera por tu novio Nick?

- Ahora lo pillo, creo que tú estás loquito por mi, por eso estás tan enfadada.

- ¿Yo? ¿Loco por una mocosa como tú? No, gracias.

Justo cuando le voy a contestar el ascensor da una sacudida y se para en seco.

- ¿Qué pasa? Aún no hemos llegado.- Digo dando vueltas.

- Que se ha estropeado.- Responde Robert tan tranquilo.

- ¿Qué?- Robert coge el teléfono que hay en el ascensor y habla con los técnicos que nos tienen que sacar de aquí.

- Dicen que se han parado todos los ascensores del hotel y alrededores, tardarán unas cuantas horas.

Yo me apoyo contra la pared y me deslizo hasta el suelo, apoyo la cabeza  en la pared y me pongo las manos en la cara. Robert me imita y se sienta  frente a mi dejando que nuestros pies se junten en el medio del ascensor.

Media hora después el calor se acumula demasiado en el ascensor y Robert y yo sudamos mucho.

- Vamos Becca, hablemos de algo, para hacer esto un poco más llevadero.- Yo abro los ojos y lo observo.

- No me llames Becca.

- Vamos, me aburro, cuéntame algo de ti, a penas nos conocemos.

- No, cuéntame tú. Yo soy un libro abierto. Amanda me contó algo sobre ti, sobre una novia que tuviste y que te rompió el corazón, cuéntame más.- Robert suspira y me mira a los ojos.

- Se llamaba Sarah, también bailaba, como yo, de echo estudiamos juntos y después nos hicieron profesores de la academia. Entonces ocurrió, le dijeron que tenía un osteosarcoma y que le tendrían que cortar la pierna. Al darse cuenta de que no podría volver a bailar cogió un bote de sus pastillas para el dolor y se las tomó. Entró en coma y una semana después murió.- Robert tiene la vista fija en algún punto en el suelo del ascensor.- Ni si quiera dejó una nota, llevábamos tres años juntos y no se dignó a dejarme ni una nota.

Una lágrima se desliza por mi mejilla y Robert levanta la cabeza para mirarme.

- Becca, no tiene sentido que seas tú la que llore.

Ahora comprendo por qué es tan seco y tan borde conmigo, tiene miedo de que le hagan daño. Siento que debo abrirme tanto como él. Vuelve a bajar la cabeza y mira fijamente al suelo.

- Tuve anorexia.- Digo simplemente. Robert levanta la cabeza de nuevo, me mira a los ojos con una expresión indescifrable.- Vaya, estoy impresionada, te he dejado sin palabras.

- Tu eres... increíble.- Robert parece de verdad sintiendo lo que dice.

- ¿Qué?

Se oye un ruido y los dos nos levantamos, de repente la puerta se abre y y vemos a unos obreros en el pasillo del hotel.

- ¿Están bien?- Nos pregunta uno de ellos.

- Sí, muchas gracias.- Mascullo saliendo del ascensor. Me voy a mi cuarto y me intento relajar antes de ir a prepararme para el concurso.

Unas cuantas horas después, Nick y yo estamos detrás del escenario , ya arreglados, esperando a que la pareja danesa acabe para entrar en el escenario. Mi precioso vestido parece deslumbrar, es negro, corto, con una manga y con un cinturón dorado del que sale una fina falda dorada transparente que cubre la parte trasera del vestido.

- Oye hay una mesa con ponche y comida por si tienes hambre.- Me dice Nick al oído.

- No, gracias, ya he cenado.- Aunque no es del todo cierto, cené, sí, pero ayer.

De repente una voz chillona habla a mi espada.

- ¿Segura de que no quieres ponche?

Cuando me voy a girar noto un líquido por mi cabeza y al segundo por todo mi cuerpo. Un escalofrío me recorre todo el cuerpo.

- ¡Dalia que coño haces!- Nick está furioso y yo me giro para verle la cara a esa estúpida.

- Ups, me he tropezado, no vas a poder bailar.- Me dice con una falsa cara de arrepentimiento.

Me voy corriendo y me encierro en mi camerino. Empiezo a hiperventilar y me digo a mi misma que tengo que relajarme. Se acabó, mi gran sueño acaba aquí, por culpa de una Polly Pocket rabiosa.

Alguien llama a mi puerta y yo la abro malhumorada. Ante mi se encuentra Nick cubierto de ponche como yo.

- ¿Que ha pasado?- Le pregunto preocupada.

- Que bailaremos juntos cubiertos de ponche.



Mi Último Baile [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora