Epílogo

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No sé si me despiertan los pitidos de la máquina que hay junto a mi cama o las dos personas que hablan en susurros al fondo de la habitación.

- Está muy débil. Necesita quedarse ingresada si quiere sobrevivir. No sabe el peligro al que ha estado expuesta.

- ¿Pero se pondrá bien no?- Reconozco la voz de Robert, aunque me extrañe su repentina preocupación. Soy incapaz de abrir los ojos, pero sé que él y el doctor están a los pies de mi cama, entonces, me pregunto, ¿quién me sujeta la mano con tanta fuerza? Al fin consigo abrir los ojos, y entre los borrones azules y blancos de la habitación reconozco a mi derecha la silueta rubia de Nick, aferrado a mi mano.

- ¿Nick?- Mi voz suena pastosa, ya que tengo la boca completamente seca.

- ¡Rebecca!- Nick y Robert gritan mi nombre a la vez, lo que provoca una ligera expresión divertida en la cara del doctor.

Pero mis ojos no están en el doctor, ni siquiera en Nick, solo puedo ver a Robert.

- ¿Podríais dejarnos a solas?

- ¿Estás segura amor?- Me pregunta Nick preocupado.

- Sí.

El doctor y Nick se van de la habitación dejándonos a mi y a Robert completamente solos. Nos quedamos mirándonos el uno al otro, sin saber muy bien que decir o que hacer para romper el tenso silencio.

- ¿Por qué lo has hecho?

- Robert no quiero que tengamos una conversación seria sobre lo que nos arrepentimos por no haber hablado casi estos últimos meses. Quiero pedirte algo.- Él me mira expectante.- Quiero que te vayas, que no me vengas a ver, que no me llames y que no intentes contactar conmigo. Para superar esto necesito estar sola, y por eso voy a decirle esto mismo a Nick.

Robert se me queda mirando, sin saber muy bien que decir. Mira al suelo con el ceño fruncido.

- No me pidas eso por favor.- Me dice al fin.- Sin ti nada va a ser lo mismo, quiero estar a tu lado, te quiero...

- Si... me quieres... pero yo a ti no.- Su rostro se descompone.

- Eso lo cambia todo...

Me mira apenado, pero no puedo hacerle esto, necesito que se vaya y viva su vida, estar ingresada en el hospital es muy duro, sobre todo para los acompañantes.

- Supongo que ya no hay nada más que decir.- Me dice antes de darse la vuelta y dirigirse a la puerta.- Adiós Rebecca.- Me dice en el último segundo.

- Adiós señor Rosb.- Le contesto mientras las lágrimas llegan a mis ojos. Robert me mira, pestañea y sin decir nada más se va.

Yo me quedo tumbada en la cama, sin saber muy bien que hacer, asimilando que no voy a volver a verlo y pensando en que tengo que volver a decir lo mismo en unos minutos a Nick, sabiendo que me voy a quedar completamente sola.



Mi Último Baile [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora