El sitio al que Robert me lleva a cenar es espectacular. Está sumergido bajo el agua y puedes cenar con la maravillosa vista de los tiburones nadando junto con los demás peces. Como la carta está en Español ni siquiera me entero de lo que pido hasta que me lo ponen delante, es una especie de pescado del que no me sé ni el nombre. Robert hace lo mismo que yo y le señala al camarero un plato al azar que también resulta ser un pescado extraordinario.
Está todo riquísimo y volvemos al hotel con las barrigas redondas e hinchadas a parte de muy satisfechas.
- Robert, muchas gracias por esta noche, ha sido genial.- Él sonríe y me mira con cierta calidez en su mirada.
- Gracias a ti por aguantar mis tonterías cada día.- Me dice realmente un poco avergonzado.
- Aguantarte es mi trabajo favorito.- Apenas lo digo en un susurro, pero llega para que él lo oiga. Robert se inclina y pega nuestras frentes.
- Creo que me estoy enamorando de ti.- Me dice tan bajo que casi no lo oigo. Sonrío e intento juntar nuestros labios, pero algo me frena en el último segundo. Esa voz...
- ¿Qué está pasando aquí?- Dalia nos observa desde su altura a ras del suelo y nosotros damos un paso atrás para separarnos.
- Dalia... déjanos solos por favor...
- No Robert.- Es la primera vez que no la oigo dirigirse a él con un estúpido apodo.- ¿Que pasa? ¿Le vas a hacer lo mismo que me hiciste a mi? ¡Acostarte con ella y luego huir a Inglaterra!
- ¿Qué?- El grito sale de mi garganta antes de que pueda evitarlo. Robert está rojo y ni siquiera tiene el valor para mirarme a los ojos.- Me dijiste que solo erais amigos.- Le replico.
- Fuimos amigos después de acostarnos, cuando mis favores le aburrieron.- Dijo Dalia. Las lágrimas llenan mis ojos, ¿Cómo he podido ser tan estúpida? Entro en mi habitación dando un fuerte portazo.
Me siento en la cama mirando por la ventana la hermosa noche sobre Barcelona. Respiro hondo y me digo a mi misma que tengo que dejar de llorar. Alguien entra en la habitación, cuando me giro para ver quien es los ojos azules de Robert me devuelven la mirada.
- Lárgate, no voy a dejar que me sigas engañando.
- Rebecca por favor escúchame...
- ¡No! ¡Me has mentido! Me has tomado por una idiota.
- Me acosté con ella después de lo de mi novia, estaba fatal, borracho cada día. Luego escapé porque ella quería algo serio y yo no podía.
- ¡Ya basta! Me niego a oír ni una sola mentira más, lárgate.- Robert se me queda mirando decepcionado y después de unos segundos se larga, pero no sin antes darle un puñetazo a la pared.
Yo me caigo al suelo apoyada contra la pared acurrucada como una niña pequeña, sollozo hasta quedarme sin voz y sin fuerzas. Oigo la puerta abrirse de nuevo, pero esta vez no huelo a one million como me esperaba. No, los brazos que ahora rodean todo mi cuerpo me dan mucha más calidez.
- Vamos amor, tranquila, es un gilipollas.- Al oír eso otro sollozo se escapa de lo más profundo de mi garganta y mojo su camiseta con mis lágrimas. Me despego de su tonificado pecho y lo miro a la cara. Tiene un ojo morado e hinchado.
- ¿Qué te ha pasado?- Le pregunto muy preocupada.
- Bueno, escuché lo de Robert y Dalia, espero que no te importe por cierto, y en cuanto lo oí salir de tu cuarto me fui directo a hablar con él, ya sabes, de hombre a imbécil.
- Nick...- Susurro asustada.
- Eh, deberías verlo a él amor, está cinco veces peor.- Me dice riéndose y apretándome más contra él.- Pero en serio, no deberías llorar por alguien como Robert Rosb.
- No lloro por él, lloro por mi, porque soy tan idiota como para enamorarme de él.
Nick se me queda mirando, y yo me fijo en sus ojos, un impulso que ni siquiera controlo me hace romper la distancia y juntar nuestros labios. Besar a Nick es suave, tranquilo, no como besar a Robert. Seguimos besándonos hasta que se separa de mi.
- Deberías descansar Rebecca.- Yo asiento y me meto en la cama, con la ropa de calle y todo. Cuando estoy acostada y arropada Nick me da un veso en la frente y se dirige a la puerta.
- No te vayas.- Le digo antes de que llegue a abrirla.
- ¿Qué?- Nick se gira un tanto dudoso.
- Duerme conmigo por favor, de lo contrario dudo que consiga conciliar el sueño.
Él duda, pero finalmente cede y se mete en la cama a mi lado. Nos abrazamos y antes de que nos quedemos dormidos le susurro:
- Gracias Nick.- En respuesta él me aprieta más contra su cuerpo.
Nos quedamos dormidos en cuestión de segundos, disfrutando del calor que nos damos el uno al otro. Al día siguiente me despierto sacudida por Nick. Me mira desde el lateral de la cama, donde se encuentra de pie mirándome fijamente con cara de cansancio y aburrimiento.
- Vamos, tenemos que bajar a ensayar, Dalia me mandó un mensaje para que bajara a ensayar y decía que te baje conmigo.
Yo suspiro y pongo los ojos en blanco, odio a esa chica, el único consuelo es que la otra única persona que la odia más que yo es Nick. Me parece patética, con sus ojos castaños, su pelo oscuro y liso y su literalmente ridícula altura... mientras que yo, con mi metro ochenta, mi melena rubia con tirabuzones y mis ojos azul turquesa siempre había llamado la atención. Me gustaría saber si albergo algún parecido con mis padres, los biológicos quiero decir, pero como me abandonaron cuando llegué al mundo jamás lo sabré. Volviendo a mi fuerte odio contra esa enana, me voy a poner mi ropa de ensayar y bajo junto a Nick a las salas de ensayo. Mierda, se me había olvidado quien es mi compañero. Cuando entro en la sala él se encuentra calentando como siempre en un lateral, se levanta y viene hacia mi en cuanto me ve entrar.
- Rebecca...
- Cállate.
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Mi Último Baile [Completa]
RomanceEsta es la historia de Rebecca, de como es posible alcanzar los sueños y de como a veces la vida no te da más opciones que elegir por ti misma. Nada de copias por favor, sed más originales *NO AL PLAGIO*