Incubo

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Eran las tres de la mañana, ese chico, que ya había visitado por décima vez este mes, se encontraba durmiendo, como había creído.

Su nombre es Koichi, tiene 16 años humanos, todos los días va a una institución donde adultos se la pasan hablando, no sé lo que es, pero no me gustaría estar allí.

Estos últimos días no había tenido tiempo de venir a hacer lo de siempre, darle amor sin que lo sepa, por ello, estaba desesperado por hacerlo mío una vez más...

-ah... mi bonito cerdito rosa...- suspire al verlo tendido en su cama, donde peluches decoraban su alrededor.

Me senté a un lado de él, y acomode sus hebras rosas, quitándolos de su rostro. Así para poder admirar la belleza de este.

Comencé a tocarme, mientras le quite sus sabanas.

- ah...-

Note que había fruncido el ceño levemente, es extraño, generalmente lo hace cuando lo penetro.

- te estas saltando los pasos...- sonreí, me acerque a él y le di un corto beso en sus labios. Luego me senté frente a él y baje sus pantalones y ropa interior, hice lo mismo conmigo, ya quería entrar en él cuanto antes.

- nh...- escuche al penetrarlo.

-¿que...?-

¿Había gemido?

Entonces vi que comenzó a abrir sus ojos...

- ah... ¿q-quién eres...?-

- ...- permanecí en shock, no podía creer... ¿había despertado... o no estaba durmiendo?

- si no contestaras eso... entonces... ¿por qué estás haciendo esto? mmh...-

¿Que se suponía que debía hacer? ¿Irme? ¿Ignorarlo? ¿Contestar sus preguntas...?

- ahh... tú... duele...-

- ¿duele... o molesta?-

- mmh... molesta...- comencé a moverme.

- ¡ah...! mmh...-

- ¿y ahora...?-

- sal... por favor...-

- ¿acaso no te gusta...?-

- mmh... no es eso...-

- no tienes por qué temer... no es la primera vez que lo hacemos...-

- eso creí... ¡ahh...! -

Sentí a sus manos presionar mis brazos, y su uña enterrase en mi piel, me gustaba mucho esta sensación, la de sentir su reacción, me excita tanto...

Pero aun así me extraña, ¿por qué reaccionó des esta manera? ¿Por qué se está dejando llevar?

Sus gritos desesperantes eran mejor que el silencio al que estaba acostumbrado. Acerqué mi boca a su cuello y comencé a darle mordidas a este, mientras sentí sus manos deslizarse en mi espalda hasta toparse con mis alas.

-¿quién... eres...? ahh... - volvió a pregunto entre jadeos.

- si lo preguntas para gemir mi nombre... soy Tsuzuku...-

- ahh... Tsuzu... ku... ¡ahh...! más rápido... por favor...-

- es mucho mejor cuando está despierto...- aceleraba el ritmo de las embestidas, mientras tomé una de sus piernas y la deje sobre mi hombro, no pude evitar rasguñarlo, pero no era intencional, simplemente mis garras no podían no hacerlo.

- ¡ahh...! ... mmh... - no tarde en notar que su entrada se había reducido, en eso deje escapar un gemido ronco.

- Koichi... hhn...-

- ¿sabes... como me llamo...?-

- así es cariño...- dije sonriéndole, se sonrojo aún más, se ve tan adorable.

- n-ne... T-tsuzu... ku... voy... voy a correrme...-

Mis labios se curvaron en una sonrisa mientras me acerque y susurré a su oído que lo haga cuanto antes, que ya quería sentir sus cálidos fluidos en mi piel. Y entre peticiones y suspiros, conseguí que se venga. Luego acabé yo dentro de él, pude oír un grito desgarrador de él, sabía que no podría aguantaría, apenas lo hace cuando duerme...

- me ésta... quemando...-

- lo siento... recuerda que no soy humano como tú...-

Salí de él, pero permanecí sobre sí. Su vista permanecía fija en mí, mirándome detalladamente, aún sin poder controlar su respiración, por mi parte, ya no jadeaba.

- eres... un incubo... ¿no es así?- Yo asentí.

- solo un demonio, no me gustan las etiquetas...-

- un demonio... se acostó conmigo...-

Asentí.

- y lo volvería a hacer...-

Volvió a sonrojarse.

- ¿por qué yo...?-

- preguntas demasiado...- dije saliendo de encima, parándome a un lado de su cama, mientras arreglé mis pantalones- será mejor que me vaya...- llevé mis manos dentro de los bolsillos delanteros del pantalón.

- ¡no...!- rápidamente se sentó en su cama y se sujetó de mi brazo. En un primer momento me sorprendí, pero luego pareció reaccionar ante su acto y me calmo.

- descuida, volveré...- dije sonriendo.

- pero... necesito respuestas...-

- veamos, si, no, tal vez, supongo que porque los tigres son carnívoros-

- no es gracioso...- su vista se hallaba perdida en el suelo, fue cuando aproveché el momento para sentarme a su lado y besarlo.

- Tsuzuku... -

- ¿si cariño...?-

- solo contéstame... ¿por qué yo? -

Me pare, tomé mi saco y me lo puse por mis hombros, ocultando mis alas.

- eso deberías saberlo tú...-

Mientras que en una ola de plumas negras desaparecí sin dejar otra cosa que una pequeña pluma en el piso y un desconcertado joven, aun pensando si lo que pasó era real.

Por supuesto... a la noche siguiente, esa duda desapareció.

¿continuará?

CLARO QUE SÍ PRRO >:V

Incubo (Tsuzuku/Koichi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora