Cap. 7: Tengo miedo

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 Ok, no sé qué lío me metí ahora, ¿en realidad es necesario que Meto me vea para cuidarlo? Lo sabía, tenía que dejárselo el trabajo a alguien más experimentado. Ahora que lo pienso, fue increíblemente innecesario lo de hacer que olvide a Ruana para verlo...

No, para que me vea...

Estoy obsesionado con ello, necesito que él me vea pues, yo puedo cuando quiero, pero también necesito hablar con él...

¿Qué me has hecho pequeño? En verdad creí que los humanos eran simples. Pero él es tan complejo.

Díos mío ayúdame, ayúdame a entender que pasa por mi cabeza y mi corazón...

-ah...-

- MiA, Meto dice si ¿no quieres pasar a casa?-

- pero, ¿su familia que dirá?-

- dice que su abuela entenderá.-

- no lo sé... no creo que sea buena idea...

- ya es tarde, ya le dije que vendría un amigo a casa. Ven- dijo bajando a Ruana- ve al otro lado de mi casa.

- está bien...- volé hasta el otro lado sin que Meto me viese hacerlo, al cabo de unos segundos, apareció su abuela y Meto detrás de ella.

- MiA...-

- así que tú eres MiA, pareces un buen muchachito, me recuerdas a cierta personita...- dijo su abuela dejando me entrar a la casa.

- gracias... con permiso...

Mmh...

Sí, sí había entrado a la habitación de Meto antes.

No, no había visto su casa por dentro.

- es una casa muy bonita...- susurré, en realidad lo es. Esta es como una casa tradicional japonesa, pero adaptada a los tiempos modernos.

Meto me llevo a su cuarto, este lugar, como saben, sí lo había visto antes. Es una cueva para Meto, con paredes verde brillante y amplios dibujos, ah... algo extraños, bueno, en realidad no conozco casi de esto. También tiene unas cabezas negras... con diferentes cortes de pelo y de diferentes colores, lo vi quitarlas de su lugar y ponerse las en su cabeza, como si fuese su cabello real.

Hay muchos animales de peluches y muñequitos raros que decoran su habitación, también una especie de... espejo mágico que utiliza para ver dibujos que se mueven, ammm ¿animaciones? Y también conecta a una caja a veces, y hay con otra cajita con forma extraña, con las que maneja a las personas dentro de esas "animaciones", o eso entendí.

- esto...- se sentó en su cama, tomando a Ruana en brazos, abrazándolo. - ¿dónde fuiste ayer?-

- ah... visite los templos...-

- ¿sigues con eso...? Desde que llegaste a Tokyo sólo miras esos lugares.-

- pienso... que son muy bonitos, realmente no podría dejar de verlos.-

- ¿te cuento un secreto sobre esos templos?-

- ¿qué ocurre allí?-

- hay cadáveres, ahora esqueletos, dentro de las paredes.-

- ¿c-cadáveres?-

- sí, me lo contó Koichi, él una persona muy lista...-

Ah, Koichi, Koichi, Koichi... ¿en realidad tiene por qué mencionarlo siempre?

-¿de verdad?- Meto asintió.

- Koichi es completamente diferente al resto de personas que conozco... él tiene sus propias ideas, y propias locuras, su propio estilo visual, incluso su propia forma de hablar. Trata de ser él mismo y no copiarse de nadie, también es la persona más sincera que conocí, además de directo e impulsivo...-

¿Por qué tiene esa expresión cuando habla de él? Está entre sonrojado y sonriente. Koichi es buena persona, pero es tan imprudente.

- ¿desde cuándo se conocen?-

- mmh... desde ultimo grado de primaria. Solía cambiarme de escuela cada año porque no me adaptaba... hasta que conocí a Koichi y vi que está medio loco... pero, de la buena manera...-

- ya veo...- mire hacia una esquina de la habitación de Meto.

- MiA... ¿te gusta Koichi...?-

- ¿¡QUÉ!? ¡NO! Para nada...-

- mmh... ya veo... ¿de verdad?-

- Sí. Meto, no me gusta los hombres.-

- no... Ya veo...- dijo con un tono desanimado que me desconcertó.

- ¿a ti... sí?-

- las mujeres me dan miedo... excepto mi abuela, porque no me recuerda a una mujer... ella misma lo dice...-

- espera... ¿cómo que te dan miedo las mujeres?- no creo que esto sea necesario, aunque nunca fui bueno mintiendo.

- esto... es complicado...- dijo rascado su nuca.

- ¿complicado...?- el inexpresivo rostro de Meto se distorsionó a uno de tristeza, no debo preguntarle eso. - Meto...-

- MiA...- se abalanzó a mí, me abrazo en lo que escondió su rostro en mi pecho, por instinto, correspondí al abrazo.- no me puedo acercar a las niñas... me dan miedo... pueden dañarme... no quiero "eso" con ellas...- dijo rompiendo en llanto.

- ellas no quieren hacerte daño...-

- ¿cómo estas tan seguro? Son malas... se burlan de mí... Y a veces se aprovechan...-

- ¿cómo...?-

- dicen que soy raro... Y hay niñas más grandes que yo... que quieren tocarme...-

- ¿por qué lo hacen?-

- no lo sé... pero no puedo confiar en ellas, por más que lo intente...-

- perdón...-

En realidad no sabía esto de él. Bueno, creo que una vez lo vi con una niña... que se le acercó más de lo que debería.

Agh, que gente enferma me da rabia sólo pensarlo. No quiero que nadie lastime a Meto de nuevo. Al hacerle saber mis sentimientos, Meto se aferró más a mí y agradeció.

Creía que va a ser lo mejor para él está decisión, pero no sé para mí.

Incubo (Tsuzuku/Koichi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora