Capítulo 17: Is it any wonder I know whats right...

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De camino a casa de los abuelos Bliss, Avarel se mantuvo dando saltitos entusiasmados en su asiento, cosa que comenzaba a desquiciar a Ashton lentamente, por lo que se lo hizo saber de inmediato.

– ¿Podrías parar? Estás comenzando a irritarme, en serio.

– Oh, muérete, Harding. Todo es en serio contigo, además, hoy conoceré personas nuevas y será increíble– afirmó dando un respingo en dirección a la ventana.

– ¿Qué hay de increíble en conocer a esas uvas pasadas?– cuestionó, siendo un asco en utilizar lo que el llamaba "jerga popular".

– Pffft...– Ava comenzó a carcajearse mientras trataba de cubrirse la boca con el dorso del puño, pero terminó mordiéndose el nudillo del índice.

– No entiendo qué tiene de gracioso– afirmó con un rubor más abochornado que molesto, lo bueno era que había logrado que la chica dejara de dar saltos de chihuahua nervioso.

– Ya, ya- dijo ella quitándole importancia– la emoción de conocer gente nueva está en la expectativa, la primera impresión por ambas partes, un mundo nuevo al alcance de la mano.

– No mantengas tu bandera muy alta, dudo que te agraden– añadió mientras le veía de reojo.

- Por Dios, Harding. Yo amo a todo mundo- dijo aún esperanzada.

– Dudo que tú les agrades a ellos– ella sólo pasó saliva ruidosamente, él la vio de reojo y añadió– aunque no debería importarte, ese es su problema.

– ¿Por qué...?– comenzó a preguntar, pero se detuvo y él la miró de reojo, cosa que sólo le cerró más la garganta.

Era cierto que era curiosa e impertinente, pero no era que deseara que los demás huyeran de ella como su madre lo había hecho, aunque claro, esas eran otras circunstancias.

– ¿Qué?– inquirió al ver que no proseguía.

– ¿Por... por qué... ya no mantuvieron contacto?– soltó al fin, aunque se arrepintió al instante– Tus abuelos y tú, quiero decir...

– No tiene caso que te lo diga, ya lo verás por ti misma.

Y sin más, subió el volumen de la música, ella notó que no hablarían más y bajó la ventanilla para sacar la mano por ella, a pesar de que el frío quemaba, pero ella se sentía llena de energía y extrañamente cómoda.

Un anuncio de carretera se encargó de alertar que dejaban el pueblo "GRACIAS POR VISITAR ORSONBLIVE".

Ashton ponía su atención brevemente en los dedos inquietos de Ava fuera de la ventanilla, que parecían tirar de cuerdas de arpa imaginarias, se preguntó si ella - al igual que Vladimir- tocaba algún instrumento musical. El sonido de las preventivas se hizo escuchar y la joven notó que la velocidad del Tiburón amainaba hasta detenerse en un pedazo de acera.

La casa frente a ellos era la primera de muchas; enorme, pero no de molde como las de Orsonblive; las cuales eran azul índigo con vistas blancas y chimeneas color ladrillo al igual que sus tejas, y cuyos techos puntiagudos de dos aguas amenazaban con rasgar las nubes grisáceas que cubrían los cielos de Orson incansablemente.

Todos los edificios alrededor estaban separados por varios metros de jardín que de momento estaban cubiertos de nieve, sus estructuras eran completamente diferentes, al igual que los colores; la que parecía ser de los abuelos de Ashton era blanca, con vistas rojas y techo negro que no era teja, pero Ava no supo describir su material.

El joven ni siquiera paseó la mirada de manera curiosa, sino que bajó del auto y ella hizo lo propio, caminando un par de metros por detrás de él, quien no frenaba su paso decidido hacia la descomunal casa blanca.

Cold as stoneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora