Él despertó sudando muy nervioso, rodó sobre sí mismo y vio el reloj
4:15 am
Era martes, hacía un mes que no hablaba con Ava.
Se levantó de la cama con el corazón martilleándole en el pecho y saltó al árbol continuo a su ventana, traía un pantalón de pijama y una camisa de algodón.
Comenzó a trotar por toda la calle en un vaivén sin sentido hasta que se sintió un poco mejor, ese tiempo había estado realizando actividades de todo tipo para mantenerse ocupado, había estado furioso con Ava sin ningún motivo y prefirió tomarse un tiempo lejos para que ella estuviera segura.
Todo ese tiempo salía antes de clase de Sociología, se iba rápido a casa, hablaba con Annie, además se quedaba con ella a almorzar, aunque casi siempre estos periodos de tiempo consistían en él mirando fijamente la mesa de Noah Harris (la cual, sospechosamente se había llenado de jugadores de fútbol en el transcurso que Ava llevaba ahí) mientras Annie se le pegaba como una lapa y murmuraba palabras en su oído que jamás escuchaba.
Ava bromeaba con todos ahí como si los conociera desde hace años,estaba feliz con ellos, estaba a salvo. Y ella no podía llegar a saber cuan amargado e infeliz lo ponía esa situación.
El tiempo que estaba con Annie lo ponía más furioso y trataba de estar con ella poco tiempo, le repelía completamente pero no había opción, faltaban 94 días para la ceremonia de unión.
— Arggg— gruñó y un calor distinto recorrió su cuerpo, sus pies iban descalzos y la banqueta se hundía bajo ellos, doblegándose a una temperatura desconocida en Orsonblive.
Era normal que sintiera celos, se había acostumbrado a Ava y gracias a todo el lío de Portel comenzaba a hacerse a la idea de que le pertenecía. Pero nadie era dueño de otras personas, ella tenía la culpa al no preocuparse lo más mínimo por él cuando le dijo que podría morir y además fingir preocupación la última vez que habían hablado para luego abandonarlo de buenas a primeras por Noah Harris.
Sus puños se encendieron cual antorchas y los puso en uno de los montones de nieve de su jardín pero tuvo curiosidad y lanzó la llama al árbol que estaba en la casa del frente, una parte del árbol prendió y Ash cruzó la calle, tomó nieve en sus manos y tiró para apagarlo, desesperado ya que la mayoría se derretía en sus puños, cuando lo apagó repitió su lanzamiento una y otra vez riendo abiertamente y lanzando gritos de júbilo que nadie parecía escuchar, después subió por el árbol de su casa y se tiró en la cama, agotado,con una sonrisa de satisfacción en su rostro.
Había controlado su don sin dañar a nadie, sólo un árbol. Ahora era cuestión de recuperar a Ava.
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Ashton se sentía mejor que nunca, incluso llevaba una vieja mochila que no recordaba haber usado antes, en ella había metido sus libros en lugar descargarlos en la mano tal y como acostumbraba. Traía una chaqueta de cuero negra sobre una camisa del mismo color con cuello en V, al final decidió guardar la chaqueta en la mochila ya que estaba muriendo de calor.
— ¡Ava! ¡Ava!— le gritó Ashton con una enorme sonrisa en el rostro que nadie le había conocido, ella continuó caminando junto a Noah, riendo. Esperó que dejaran de hablar para volver a gritar pero entraron por la puerta y no tuvo oportunidad.
Sintiendo como se le encogía el pecho, decidió que esperaría a que terminara la clase ya que Tarrant iba detrás de él y no lo dejaría decir nada.Cuando la clase terminó Ava salió del lado de Noah, éste la acercó tomándola dela cintura y ella lo empujo riendo a carcajadas.
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Cold as stone
Novela JuvenilAshton Harding, no mucho que decir de ese chico, un infeliz que odiaba a medio mundo y la otra mitad le era indiferente, pero con un interior oculto y más hermoso que el de una Blow pop, uno que nadie se ha aventurado a descubrir y los pocos osados...