Soledad

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Toda la vida habían vivido prácticamente juntos, pero hace exactamente cuatro meses habían comenzado a vivir como pareja.

Después de esa primera vez juntos, donde unieron sus cuerpos, habían decidido comenzar a salir. Todos sus amigos estaban extremadamente felices e incluso su familia, los cuales estaban más que contentos por su actual relación.
Todo parecía estar muy bien hasta hace una semana, en la cual Mingyu comenzó a estar más irritable y frío.

-¿Qué rayos hace esta ropa acá? -gritó desde la sala.

-Solo la deje un momento, Mingyu -dijo Wonwoo mientras recogía la ropa del sillón-. La acabo de recoger, la pensaba poner en el ropero.

-No podías hacerlo desde el principio -gritaba furioso- ¿Porqué no puedes hacer nada bien?

Apretó la ropa que tenía en sus manos, los gritos de Mingyu lo tenían arto, ya había aguantado demasiadas cosas sin reclamarle.

-Yo no tengo la culpa que no te guste como hago las cosas -le recrimino.

-Eso es porque estas equivocándote todo el tiempo -le espeto en la cara.

-No es cierto, tú estas irritable por eso piensas que hago todo mal -lo miro a los ojos mientras arrojaba la ropa al suelo.

-No estoy irritable, tu forma de hacer las cosas me molesta -lo apunto con el dedo.

-Ese es tu problema, yo no hago nada mal -le dio la espalda y tomo su teléfono-. Voy a salir un momento de la casa.

-¡¿A dónde te vas?! -lo agarró del brazo- Estamos teniendo una conversación.

-No estamos teniendo ninguna conversación -se soltó del agarre bruscamente-, estamos peleando y no quiero que continúe.

Los ojos le picaban, sus manos eran apretadas fuertemente, la situación se salía de sus manos y una pelea era lo que menos quería, el amaba al moreno y no quería renegar con él.

-Así que eres un cobarde y escapas -lo miro furioso-. Ya te estás pareciendo a Solji, ella siempre se iba cuando peleábamos.

-¡No me compares con ella! ¡No soy igual! -le grito.

-Pues lo pareces, seguro te vas a encontrar con tu amante -lo inculpo- Seguro me estas engañando como ella lo hizo.

-No te estoy engañando, Mingyu -comenzó a llorar-. Nunca te he engañado y nunca lo haré.

-Eres un mentiroso, seguro estas saliendo con alguien más -su mirada era seria.

-¡Cállate, Mingyu! -le grito con lágrimas en los ojos- Solo estás hablando con el hígado, ¡Escucha lo que estás diciendo! ¡No volveré hoy a casa! -se dirigió a la puerta y la abrió.

-¿Y dónde vas a dormir? -le pregunto mientras cerraba la puerta.

-Eso no te importa -abrió nuevamente la puerta y se fue.

Él simplemente no entendía el cambio de actitud del moreno, hace un tiempo estaban bien, pero de pronto se comenzó a alejar y volverse más frío. Este nuevo Mingyu se quejaba de todo, renegaba por todo, siempre estaba más tiempo en la calle que en la casa y no parecía el mismo.

-Ahora ¿A dónde voy? -pensó en voz alta, aún llorando.

Cogió su teléfono y vio los números de todos sus amigos, uno por uno, pensando en cada uno de ellos. Cualquiera de ellos lo acogería y podría hablar con ellos, pero pensó que en verdad podría comunicarse sinceramente con uno, así que decidió llamarlo.

-Hola, Wonu -saludaron al otro lado de la línea.

-Hola, Jun -saludo a su amigo- ¿Estás en casa?

Te olvidaré [Meanie]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora