Encuentro

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El muchacho que estaba a su lado no se parecía su hijo Soonyoung, este chico se veía tímido y nervioso, cuando generalmente era extrovertido y muy seguro de si mismo.

—Tranquilo, ellas te adoraran —le sonrió para darle ánimos.

Su hijo solo asintio ante sus palabras, en la espera que su padre estacionara el auto, recientemente comprado, frente a la casa de su abuela.

Ambos bajaron del auto, uno tenia un paso seguro y el otro un paso torpe, para caminar a la puerta. Un golpe por parte de Mingyu hizo que se sintiera una serie de movimientos dentro de la casa, la puerta fue abierta por una joven de tez blanca y cabello intensamente negro.

—Dios mio, eres tú —se le abalanzó al cuello a Mingyu y este la recibió entre sus brazos—. Te vez tan maduro y —ella observó a sus espaldas— ¿El es tu hijo?

Mingyu asintió a sus palabras y tomo de los hombros a Soonyoung.

—Hermana, te presentó a mi hijo, Kim Soonyoung —hizo que el aludido diera un paso al frente.

—Mucho gusto —hizo una gran reverencia.

—Déjame verte —lo tomo de la cara—, eres tan tierno —le apretó los cachetes y luego lo abrazo—. Bienvenido a la familia pequeño —la mujer se aparto y vio de nuevo a los ojos a su hermano—. Pasen, mamá los esta esperando adentró.

Lentamente uno a uno fue pasando dentro de la acogedora casa, llegaron hasta la sala de estar donde estaba la señora Kim, acariciando el lomo de un gran perro blanco. Ella se paró al verlos y por instinto el perro la  siguió, se colocó delante de su hijo y lo abrazó, como si su vida dependiera de ello.

—Te extrañe tanto —dijo la anciana mujer aferrandose a él tanto como sus fuerzas le permitian.

—Yo también, mamá —la abrazo de regreso— Mamá, te quiero presentar a alguien muy importante —volteó y le indico a su hijo que avanzará— Mamá, él es Soonyoun, mi hijo.

La mujer miró al muchacho para luego abrazarlo fuertemente y con pequeñas lágrimas en los ojos el muchacho la abrazó. El menor se sentía extremadamente feliz, ya que la familia de su papá lo había aceptado de esa manera.

—Estoy tan feliz de conocerte, mi pequeño.

—Yo también estoy feliz, abuela —dijo con timidez antes que el perro acercará su cabeza a ellos—. Que bonito eres —ese perro se parecia a uno que habia conocido antes.

—Es bonita —corrigió su abuela—, su nombre es Dharma.

—Dharma —el acarició el lomo de la perrita—, un gusto conocerte.

Mingyu se dio cuenta al ver a su madre, quien ya habia aceptado dentro de su corazón a su hijo.

—La cena todavía no esta lista pero no tardará, de momento sentémonos a hablar —comentó su hermana.

—Me parece una buena idea —dijo Mingyu—, pero yo nesecito hablar con mamá a solas un momento.

Soonyoung observó el semblante de su padre y supo al instante que debía ser algo serio.

—Entiendo —asintió su hermana para luego acercarse a Soonyoung—. Querido, tengo unas fotos ridículas de tu padre que te encantaran ver, acompañame.

Soonyoung siguió a su tia, sin rechistar, al segundo piso y solo volteó un momento para observar a su abuela y a su padre salir al patio de la casa.

—Primero, quiero saber sobre Soonyoung, nunca lo mencionaste en tus cartas. Hoy a través de tu llamada me acabo de enterar que tengo un nieto, quiero saber de el —renego su madre por no saber sobre la existencia del pequeño— y luego hablaremos de lo otro.

Te olvidaré [Meanie]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora