Capítulo 1.1 La primera vez que lo vi

1.1K 73 10
                                    

Ya no puedo seguir con esto...

Ya no tengo fuerzas para continuar con esta vida de manipulación y control.

Mi madre quiere haga lo que ella no logro, que sea lo que no fue, que me convierta en lo que ella quería ser.

Esta vida dejo de ser mía desde que mi madre se convirtió en una de las mejores titiriteras y yo su muñeca.

Ya veo porque papá la dejo. Yo lo hubiera hecho desde hace tiempo... si no existiera una maldita ley que prohíbe a un menor vivir sólo. Y me hubiera ido con mi padre, si mi madre no hubiera encontrado la forma de obligarme a hacer todo lo que dice.

Durante tres largos años he soportado una vida sin libertades, siguiendo los deseos y sueños de alguien más.

He sido la muñeca perfecta sin emociones ni propósitos. 

Entonces, esto no es vida, así que no hay motivo para continuar respirando.

Con esto en mente brinco la barandilla de la azotea, y me sujeto de esta para no caer... aún no.

Debo analizar todo, si salto desde esta altura hay pocas probabilidades de salir con vida.

Perdón...

Muchos dicen que al momento de morir recuerda todas las cosas buenas que viviste. Pero en mi caso, no veo nada... tal vez porque hasta ahora mi vida no ha sido mía.
Y tal vez por la desesperación de poder escapar, perdí el miedo ha saltar del techo de la escuela, una muerte patética, tal vez si, pero para mi no.

Salte y cerré mis ojos, esperando el impacto de mi cuerpo con el suelo... pero eso no pasó.

Sentí que alguien me sujetaba la mano jalaba de mi, llevándome de nuevo hacia la zona segura de la azotea, aplicando mucha fuerza en el agarre. Supongo que me quedarán las marcas de los dedos del idiota que me hizo perder la libertad que iba a tener.
Por suerte caí encima de él y provoque un sonido de dolor porque lo golpee inevitablemente en el estómago.
Como estaba encima de su cuerpo, me levanté rápidamente, el que había estropeado todo era un chico de cabello rojo y mirada dorada.

¿Eres ciego?, lo estropeaste todo.

Oye pequeño suicida - hablo por primera vez mi salvador mientras se levantaba - te salve la vida y así me agradeces. Eso me saco por tratar de ser buena persona.

-— ¡Yo no te pedí que me salvarás! - me senté en el suelo con frustración y valla que tenía motivos para estar así. - se arruinó. Ahora ella no me dejara de vigilar cuando esto llegué a sus oídos.

No se de quien hablas - su voz era serena pero percibía un toque de tono burlón en ella mientras se sentaba a mi lado - pero suena como una persona horrible.

Suspiro con frustración, debo de pensar en un buen plan para que ella no se entere.

¿Esa persona es la razón por la que querías saltar?

Eso no te incumbe.

Tienes razón, no debería de importarme. Ni siquiera te conozco - se levantó, supuse que se iría para darle privacidad a la loca persona que tenía enfrente, pero hizo todo lo contrario a lo que yo esperaba al pararse frente a mi. En una posición en que el sol lo hacía brillar. - pero sería bueno conocernos. Mi nombre es Akabane Karma y es un gusto conocerte pequeño suicida.

Él extiende su mano para ayudarme a levantar del suelo, aunque no me incomodaba estar sentada en el suelo de la azotea.

Pues no opino lo mismo - tome su mano y el me ayudó a levantarme, tome mis cosas pasa salir de ahí. Pero antes de lograrlo de nuevo me sujeto la mano para evitar mi salida, me voltee y vi que me sonreía y por el viento que hacía su cabello y ropa se movía levemente. Suspiró y cerré de mala gana mis ojos. - ¿Ahora qué?

Mi Amor Asesino (Karmagisa) EDITANDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora