Mi Amor Asesino (Karmagisa) EDITANDO

Capítulo 2.2 Buscando al cabeza de fresa

El recorrido de la clase 3E a él edificio principal era un poco laborioso y cansado.

No me cuesta mucho, ya que aunque parezca difícil de creer, mi condición física es mejor por el entrenamiento de Karma.

Aunque para disimular un poco, algunas veces aceptaba la ayuda de Isogai y Mahehara. Debo admitir que ambos son buenos chicos, ya que también ayudaban a otras chicas y a Aguri-sensei.

- Disculpé... sensei

Sonriendo - Sí Shiota-san

- Puede llamarme por mi nombre... - jugando con sus dedos - sabe... estuve un poco distraida en la clase así qué no se quiénes son los representantes.

- No te preocupes por eso Nagisa-san, sólo trata de ponerte al corriente. - viendo como Nagisa asentía - Los representantes son Megu Kataoka e Isogai Yuma.

- Ya veo... sensei... ¡Cuidado!

Vi como Aguri-sensei tropezó con una piedra y por poco cae... ya que pude detenerla a tiempo. La ayude a ponerse de pie completamente y solté un suspiro.

- Sensei, debería de tener más cuidado... podría lastimarse.

Deprimida - Que ironía... un profesor siendo educado por un alumno.

- No mal intérprete mis palabras - cerrando los ojos - pero aprender algo nuevo de otra persona no es del todo malo. Puede aprender de la persona menos esperada.

Comenzamos a caminar de nuevo, esta vez trata de ir a la par de Aguri-sensei, para evitar accidentes.
Pero, después de lo que dije, ella estuvo callada... como si pensara en algo. Tal vez si mal interpretó lo que le dije... es por eso que antes no hablaba tanto con las personas, siempre tengo que explicar lo que digo.

- Sensei, lo que quise decir es que... en la vida no se aprende todo completamente. - pensativa - El destino te pone obstáculos y apoyos inesperados... que te cambian la vida.

En ese momento recordé por milésima vez en ese día a Karma... sí él no hubiera aparecido ese día en que quería suicidarme... todo habría terminado.

No habría conocido a Isogai y Maehara... no habría logrado decidir que en verdad quería cambiar.

Sonreí ante los recuerdos de todo lo que hicimos, las bromas, las peleas, las amenazas... sin duda son buenos recuerdos.

- Creo que soy un fraude tratando de explicar.

Riendo levemente - Claro que no... tu forma de explicar es única. Al igual que tú y tu forma de ver la vida.

Sonrojada - Hasta hace poco... yo no era así. - suspirando - Cambie gracias a una persona... la única que me ayudó cuando más lo necesitaba. - sonriendo - Él escucho que pedía ayuda en silencio.

- Ya veo... por lo que veo esa persona es muy importante para tí... espero algún día conocerlo.

- Lo conocerá... no sé exactamente cuando, pero pronto terminará su suspensión.

No me di cuenta del tiempo que había pasado, pero en estos momentos nos encontrábamos en el patio trasero de la escuela. Vaya que hablar te distrae mucho.

- Bueno chicos... es hora de formarnos en nuestro lugar.

Todos - ¡Sí sensei!

Todos nos dirigimos al gimnasio... aún no llegaban los demás alumnos, sólo estábamos la clase E formados en dos filas.