AASR; SanHa

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Miraba fijamente mi almuerzo. Sentía los ojos hinchados de tanto haber llorado en la mañana que ahora me sentía un tanto cansada, pero Skarleth me había obligado a venir a almorzar.

Mi mente era un lío, estaba confundida y al mismo tiempo tenía claro lo que quería. Sólo una cosa era segura: SanHa debía salir de mi sistema cuanto antes.

El sólo pensar que mañana se estaría comprometiendo con la chica que ama, me revolvía el estómago y hacia que los ojos me aguaran.

Pero ya no había nada que hacer, SanHa se comprometería con Taeyon y yo salía sobrando.

La noche anterior había sido un error, un maldito y hermoso error. Aún podía sentir los labios de el sobre los míos, suaves y con sabor a vino. También podía sentir el tacto de sus manos, delicadas y suaves recorriendo todo mi cuerpo provocando un hormigueo ya bastante familiar.

«Te quiero»

SanHa me quería, o al menos es lo que había dijo ayer por la tarde y luego por la noche. Pero podía apostar que no era más que un amor que no iba más de una amistad. Porque era eso, el me quería como amiga y anoche había sido una confusión. O al menos es de lo que intento convencerme.

No me podía permitir pensar -ni siquiera un segundo- que SanHa sentía algo por mi, porque si lo hacía dolería más de lo que ya me duele todo esto. Es más, el simple hecho de estar pensando en esto dolía, dolía y mucho.

Me levanté de la mesa, dejando mi almuerzo completamente intacto, y salí de ahí. No me importaba dejar a Skarleth y MJ solos, es más era mejor así, solo quería ir a buscar un lugar tranquilo donde pudiese relajarme.

Me sentía como en esas películas donde sólo tenía ganas de ver películas, comer helado y enterrarme en montañas de Nassam hasta que me quedara seca de tanto llorar. Lamentablemente no tenía tiempo para esas cosas.

Por ser viernes mi horario estaba resumido a dos clases, de las cuales ya había tenido una, así que tenía todo el tiempo del mundo para perderme por alguna parte del campus y sumirme en mis pensamientos.

Caminé por los pasillos con la mirada en el suelo y esquivando a todos. Nunca había sido una chica sociable, era algo tímida en el momento de conocer a alguien. Sin embargo, la mitad de la escuela sabía quien era yo y eso era gracias a MJ. Pero prefería mil veces tener un par de amigos a tener a toda la escuela y que sólo estuvieran conmigo por conveniencia.

Seguí caminando a paso rápido y entonces choqué con alguien. Ni siquiera tenía ganas de saber a quien había golpeado accidentalmente, así que solo murmuré una disculpa y seguí caminando.

Sentí como me tomaban de la muñeca y tiraban de mi para que volteara. Por un momento deseé que fuese SanHa quien tiraba de mi, porque no lo había visto en toda la mañana, pero al segundo me obligue a no pensar en él.

-¿______?-dijo una voz ronca obligándome alzar la vista.
Una parte de mi aún esperaba encontrarse con aquellos hermosos mieles , la cual se decepcionó al encontrarse con una mirada color negra.

-Hola-dije sin ánimo alguno.

Bin. Él era punto y aparte. Me sentía mal, mal por jugar con él. Si, quería a Bin pero no tanto como quería a SanHa. De cierta forma SanHa era lo que quería y lo único que necesitaba, aveces pensaba que solo era un capricho de niña consentida pero no era así de verdad lo quería, y con Bin... con Bin solo lo sentía como una distracción y lo veía como una esperanza, esperanza de que fuese él quien lograse arrancar a SanHa de mi mente.

-¿Te sientes bien?-preguntó preocupado posando una mano en mi mejilla.

-Si, esto perfecta-mentí.