Capítulo II: Lobo en la manada

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Estaba atardeciendo, el equipo de cazarrecompensas formado por Dunkan, Morrison, Ricka y Einar había pasado todo el día buscando a la banda de Gregor "el sucio" por la ciudad y sus alrededores, Dunkan era el líder, un hombre a quien la palabra grande se le quedaba corta, de piel morena, sumamente alto, robusto, su cara demacrada demostraba sus años de experiencia, pero su corte de cabello en forma de cresta demostraba sus ganas de seguir en el oficio, Morrison eran tan sólo un chico de no más de quince años, alto, delgado, de piel blanca, pelo corto y ojos cafés, había entrado gracias a que a su corta edad, sabía manejar muchos tipos de armas de fuego, esa era su especialidad, Ricka era nueva en el equipo, se había unido por voluntad propia luego de perder a su hermana, su única familia, cuando las asaltaron unos bandidos de poca monta, ella sobrevivió de pura suerte, cuando asesinaron a su hermana sin intención, los bandidos echaron a correr y se perdieron en la distancia. Ricka era delgada, pero tenía un buen atributo trasero, su piel era blanca, de pelo largo y negro, ojos azules y alta, Einar era robusto, no tan alto como Dunkan, pero alto al fin y al cabo, de pelo negro y corto, piel blanca y ojos cafés, tenía una habilidad innata con la espada, y está era su arma, junto a su revolver, pero siempre tenía un sentimiento de inconformidad cuando blandía su arma, sentía que algo le faltaba, sentía que por su fuerza y el tamaño de esta, en cualquier momento la rompería, pero al cabo de cada pelea, siempre estaba intacta.

Al llegar la noche volvieron a la ciudad a dormir en una pequeña taberna cerca de la plaza central, seguirían su búsqueda al día siguiente.

-¿Estas seguro que debemos ir por Gregor?.- Ricka le preguntó a Dunkan.

-Si, es el único que queda en kilómetros a la redonda, puede que sea el más buscado de este planeta, pero confío en ustedes.- Dunkan lo dijo bastante seguro.

-Callense, son las doce de la noche, mañana tendremos que seguir buscando, y tenemos que estar bien descansados.- Dijo Einar de pronto, con un tono bajo, debido al sueño en el que estaba cayendo.

Era muy temprano, alrededor de las seis de la mañana, todo el equipo se despertó de golpe, a las afueras, en la plaza, se escuchaban gritos, lamentos y balazos, incluso el sonido de explosiones, Dunkan les dijo en tono moderado:

-Están aquí, lo sabía, mi contacto con la policía no estaba equivocado.- Afuera se seguían escuchando los ruidos.

-¿Qué esperamos? Podrían estar matando gente, tenemos que salir y darles caza.- grito Morrison de pronto.

-Morrison, recuerda quienes somos, cuando salgamos no intentes hacerte el héroe, la última vez casi te matan.- dijo Dunkan con una sonrisa burlona, Morrison no contestó, ya estaba de salida en dirección a la plaza.

-Hay va de nuevo.- dijo Ricka mientras lo observaba por la ventana de la taberna.- Capi, ¿Por qué siempre lo dejas corre....- se dio cuenta que todos ya estaban afuera enfrentadose a Gregor y su banda.

-Mierda.- exclamó Ricka mientras salía de prisa a unirse a la batalla.

Afuera ya casi no quedaban civiles, habían arrancado, o estaban en el suelo con una bala en la cabeza, sólo estaban los cuatro cazarrecompensas y los tres miembros de la banda más peligrosa del planeta, Gregor "el sucio", Sam "el rojo" y Phillip "el mentiroso".

Gregor dejo de disparar derrepente, y exclamó, mientras se cubría detrás de los árboles de la plaza.

-Deberías asegurarte de que tus contactos sean seguros Dunkan, tu querido amigo policía nos contó todo ayer, de no haber sido por eso nos hubieran encontrado, pero es mejor así, con ustedes muertos mi fama aumentará, y el precio de mi cabeza también, y mientras más suba, menos gente intentará meterse conmigo.- dicho esto volvió a disparar.

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