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Capitulo VII: Una misión aun mas inesperada

Una vez finalizada la fiesta, cuando todos estaban dormidos o borrachos, el emperador Falck se acercó a los cuatro cazarrecompensas y les dijo que lo acompañaran. Entraron a una pequeña habitación por una puerta escondida en uno de los pasillos, una vez dentro el emperador les dijo que se sentaran.

-Muy bien, su primera misión, irán al planeta capital del imperio Clok.- dijo rápidamente

-!Que?- gritaron los cuatro al unísono.

-Como lo escuchan, relajense, irán de incógnito, me he asegurado de que sea totalmente seguro.- dijo con una sonrisa inocente.

-¿A que iremos?- pregunto Hunk con impaciencia.

-A buscar a alguien.... durante estos años a habido una serie de revoluciones dentro del planeta capital, la líder del movimiento a solicitado apoyo para salir del planeta, ya que sospecha que ya se han infiltrado espías entre sus protestantes, y no falta poco para que los liquiden.-

-¿Como la encontraremos?- preguntó Einar.

-Se a escondido en un lugar apartado de la ciudad capital, las coordenadas se las entregaremos una vez aterricen, no deben llamar la atención.

-¿Como la reconocemos?- pregunto Hunk.

El emperador soltó una leve risa.

-Es fácil reconocerla, sólo digamos que destaca de cierta manera entre la gente.-

-Bien.-

-Entonces todo listo, salgan ahora mientras todos están durmiendo borrachos.-

Al llegar al planeta capital de Clok aterrizaron de inmediato, las coordenadas les habían llegado poco tiempo después de divisar el planeta, así que ya tenían claro a donde debían dirigirse al desembarcar.

-Recuerden ser discretos.- Susurro Einar.

Todos asintieron con la cabeza, se separaron y avanzaron directo a su objetivo, una casa alejada del ruido de la ciudad, a la que sólo se podía acceder por un pequeño puente de madera, a simple vista la casa parecía estar abandonada, daba la impresión, y de hecho así era, de que era extremadamente antigua, sus colores oscuros por la pintura vieja y la madera podrida confirmaban este hecho. Todos se reunieron en el puente, se aseguraron de que nadie los hubiera seguido, y se adentraron en aquella casa.
Llamaron a la puerta.

-¿Quien?.- respondió una voz bastante ronca desde el interior.

-Los Cazarrecompensas.- Respondió Hunk olvidándose por completo de la discreción.
Hubo un silencio incómodo, acompañado de que todos notaron como estaban en la mira de bastantes fusiles de precisión, pero luego la voz respondió con un tono mucho más amigable.

-Bien, entren.-Las puertas se abrieron de inmediato y todos confirmaron que la casa no sólo era vieja por fuera, si no también por dentro, daba la impresión de que en cualquier momento el techo cederia.

-Bienvenidos, señores cazarrecompensas, perdonad el tono tan desagradable de hace un momento, pero en la situación actual no es preciso dar la bienvenida a cualquiera, aunque... A decir verdad... Nunca es preciso hacerlo.- Dijo un enano de aspecto bastante amigable, vestía con camisa y pantalón de diversos colores, pasando de un verde chillón hasta un violeta apagado.

-Por favor, acompañenme, debo decirles que mi ama y yo no esperábamos su llegada tan pronto, esto confirma que el Imperio Falck esta tomando este asunto con la seriedad que se merece.-

Caminaron siguiendo al enano por el pasillo principal de la casa, observaron a los propietarios de los fusiles de precisión de la entrada, daban la impresión de que todavía los tenían en la mira, de algún modo. Luego de caminar entre pasillos y pasillos casi infinitos y de contemplar la cantidad tan grande de guardias y la poca cantidad de personas que daba la impresión estaban ahí para ser escoltados por ellos, se detuvieron frente a una puerta.

-Tras esta puerta los espera mi ama, porfavor, tratad de no hablar mucho y no cuestionarla, en situaciones tan delicadas como esta suele perder la paciencia fácilmente.- Susurro el enano un tanto preocupado, pero sin perder su amigable tono de voz.

-Gracias por guiarnos.- Dijo Einar.- y por la advertencia.- Término luego de un instante de vacilación.

Las puertas se abrieron y los cuatro entraron, el interior de la sala era bastante amplio, pero casi vacío, sólo estaba adornado con una pequeña mesa al centro con una silla, en la cual estaba una mujer, y por un candelabro que colgaba justo encima.

-Bienvenidos.- Dijo la mujer con un tono para nada amigable.- Es un placer recibirlos en mi morada de emergencia.

-El placer es nuestro.- Respondió corto y rápido Einar, quien no olvido la advertencia del amigable enano, y ya había notado la manera tan formal con la que todos hablaban en la morada de emergencia.

-Lo dudo.- respondió la mujer mirándolos fijamente.

Ellos no pudieron advertir a quien miraba, pues la mujer estaba completamente cubierta y encapuchada, sólo se podía ver una pequeña y blanca parte inferior de su rostro.
Aunque si advirtieron el tono poco amigable que cada vez crecía más.

-¿Por que no nos damos prisa?.- Dijo Hunk mientras miraba fijamente a la mujer.

-Se supone que estamos aquí para escoltarla a usted y a sus seguidores revolucionarios fuera del planeta antes de que la asesinen.-

-Por que aunque su llegada fue mucho más rápida de lo esperado, aún así fue lenta, muy lenta, o talvez mi petición de auxilio fue demasiado lenta, en fin, en estos momentos los falsos revolucionarios ya nos están rodeándo, no tiene sentido seguir con esta misión de escolta, ya fracaso en el momento en que entraron en la boca del lobo por propia voluntad.-

-¿Pero y los guardias?.- Pregunto Mathew.

-Todos comprados por el Imperio, pero no pierdan la esperanza, la misión de escolta fracaso, pero aún queda la misión de escape, un escape desesperado y casi imposible, siempre y cuando los rumores de los cuatro cazarrecompensas que asesinaron a Drogodar sean ciertos.

-Son ciertos.- Respondió Jack con una sonrisa en el rostro.

-Bien, entonces escuchen el nuevo plan, supongo que ya conocieron a mi fiel servidor Percival el enano amigable, ¿no es así?.