capítulo IV: Arquero obscuro

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Era de noche en el planeta Kell, un planeta pequeño, de suelos rocosos y escasa vegetación, la mayor parte de la superficie del planeta estaba compuesta de roca gris, donde encontrar vida era casi imposible, pero en las pequeñas selvas que tenía el planeta la vida abundaba y prosperaba, al menos así era antes de la llegada de los orcos, ahora la vida en las selvas también escaseaba, los orcos invasores asesinaron a los antiguos habitantes civilizados del planeta, y el Imperio de Varys no ponía mucha atención en los planetas más alejados de su territorio. Así que los orcos se adueñaron del pequeño planeta, y como los orcos comen mucho, la vida salvaje también empezó a decaer.
El arquero corría por las selvas de Kell esa misma noche, estaba siendo perseguido por un pequeño grupo de orcos, cinco orcos verdes para ser exactos, al llegar al borde del bosque dio una voltereta hacia delante y quedó parado en las rocas grises, miró hacia atrás y sonrió. Los orcos al llegar al borde del bosque sintieron algo en sus pieles, en los últimos árboles habían hilos casi invisibles por la noche, cuatro orcos fueron troceados de inmediato por la fuerza de su propio impulso, el quinto al ver a sus compañeros logró detenerse a tiempo, corto los hilos con su hacha y salto sobre el arquero, quien seguía sonriendo, esquivó al orco dando una voltereta hacia atrás mientras desenfundaba su arco y sacaba una flecha del carcaj.
El orco enterró el hacha en las rocas, al mirar al arquero sólo distinguió algo que se acercaba a su cara, y en un abrir y cerrar de ojos una flecha acertó en su cráneo llegando a salir la punta por su nuca, al caer de cara al suelo la flecha término su recorrido y salió por completo.
-Todo de acuerdo al plan.- dijo para si mismo mientras terminaba de reirse.- son tan estúpidos, sólo conquistaron este planeta a punta de fuerza bruta, ¿no lo crees Madisson?
Nadie contestó, hubo silencio absoluto.
Oh, lo olvidaba, esta esperando en la nave como buena hermana menor.

El arquero dio media vuelta en dirección a donde no había nada de vegetación, camino con cuidado por entre las rocas, gracias a la luz de una luna, se dejó ver a aquel hombre, era mediano, blanco, pelo café, ojos café, vestía completamente con cuero de orco, para mayor agilidad, a la espalda llevaba una capucha llena de hojas verdes, para camuflarse en las selvas, y en la mano seguía sosteniendo su arco, un arco bastante raro, en sus curvaturas tenía filo, asemejando cuchillas, y en estos filos tenía dos runas elficas escritas, que significaban oscuridad y fuego. En su cinturón llevaba enganchada una cuchilla de no mas de treinta centímetros, y en la espalda su carcaj a rebosar de flechas.
A

l llegar a un barranco salto en caída libre, pero antes de llegar al suelo cayó sobre una nave escondida entre las rocas, entró por la cabina, bajo hacia el comedor de la nave, y se percató de que estaba vacía. Rápidamente salió hacia afuera y vio a un explorador orco alejarse a los lejos montado en un lobo negro, con alguien amarrado atrás de él, la figura era pequeña, como de una niña, sin pensarlo desenfundó el arco y sacó una flecha, apunto, pero justo antes de disparar la figura de la niña se movió y tapó la nuca del orco, el único punto donde podía entrar una flecha de lleno, ya que el orco iba bien protegido, doblo hacia la izquierda y desapareció.
El arquero se apresuró a la nave, de la cual salió en una moto a toda velocidad, sabía de dónde venía ese orco, venía del mismo lugar que los otros cinco, una pequeña tribu dentro de la selva mas cercana.
Al llegar cerca de la tribu freno y se bajó, a pie sería menos probable que lo vieran llegar, aunque talvez lo estarían esperando, se escondió entre los árboles y al no ver vigías en las torres del perímetro decidió acercarse, al llegar a las puertas de la tribu se percató que estaban abiertas, al entrar vio una docena de orcos cercenados en el suelo, revisó los cadáveres.
-Todos fueron cortados por la misma espada, y de manera muy rápida.- susurro para si mismo.
Miro hacia el sendero que conducía al centro del poblado, acababa de explotar algo en esa dirección, siguió el sendero corriendo a toda velocidad, cerca de la puerta que conducía al centro, salieron a su encuentro tres orcos.
-Largo, nuestro jefe se está divirtiendo dentro, no tenemos tiempo para más escoria.- dijo el más alto de ellos.
-Se equivocan, yo no tengo tiempo.- dijo el arquero mientras desenfundaba su arco y apuntaba rápidamente, disparo en un segundo.
El más alto de los orcos cayó al suelo sin vida, los otros dos corrieron al mismo tiempo y atacaron por los costados al arquero, quien salto esquivando los dos ataques, se paró en los hombros de uno de los orcos y disparo al otro directo en el cráneo, luego abrió la cabeza del último orco con el filo inferior de su arco, salto al suelo antes de que el cadáver cayera por completo, y atravesó las puertas, al llegar al centro observó unos veinte orcos muertos esparcidos por el suelo, con heridas de espada, estaba examinando los cadáveres cuando hubo otra explosión muy cerca, doblando la esquina había un hoyo que parecía ser una arena de combate, en el interior observó un ogro, que tenía una corona de ramas en la cabeza, era el líder de la tribu, sólo vestía con un taparrabos, y en la mano derecha portaba una maza de hierro, una característica de los ogros es que escupen un aceite muy inflamable, y también pueden escupir pequeñas cantidades de fuego, y que miden ocho metros de altura, las explosiones eran causadas por el ogro, que al parecer estaba peleando con alguien en la arena, alguien bastante rápido para poder esquivar esas explosiones.
El arquero divisó a lo lejos una figura humanoide, de color azul marino, por la distancia no pudo percibir más, así que se acercó y salto a la arena aprovechando que la atención del ogro se centraba en la figura azulada, cuando estuvo dentro de la arena se cubrió detrás de unas cajas, y escuchó la voz de su hermana gritando, al asomarse, vio que el humanoide azul marino le indicaba a su hermana que corriera fuera de la arena, mientras el ogro lo perseguía, el arquero decidió entrar en combate, desenfundó su arco y apunto a las piernas del ogro, a la altura de sus rodillas, como el ogro le daba la espalda, al sentir las flechas perdió el ritmo de la pelea y le dio tiempo a su hermana de ponerse a salvo y de que el humanoide saltara a los brazos del ogro, escalando su brazo, y enterrando su espada en su cuello, el ogro se movió y desvío la hoja, la cual no causó daño mortal, el movimiento hizo que el humanoide cayera cerca del arquero, quien lo vio más de cerca, era un humano, vestido con unos pantalones azul marino, y camisa de tela negra apegados a la piel, unos zapatos de cuero azules, y una capucha azul marino, era de estatura media, de pelo negro, ojos cafés, y piel blanca, tenía dos espadas como arma.
El ogro se dio vuelta y divisó a sus dos objetivos, golpeó el suelo con su maza, remeciendo todo a su alrededor, el arquero y el hombre volaron por los aires sorprendidos, el ogro en el aire golpeó al hombre con su mano, estaba claro que solo alargaba la pelea para divertirse.
El arquero cayó fuera de la arena, pero el hombre chocó en las murallas de la arena rompiéndose dos costillas, tomó sus espadas, se levantó y miró al ogro que caminaba hacia él.
-Muy bien, ya lograste hacerme enojar.- dijo mientras esbozaba una sonrisa siniestra.
El ogro escupió aceite inflamable en su dirección, el hombre esquivo el aceite, corrió rodeando las piernas del ogro, quien no podía verlo debido a su enorme barriga, el hombre salto y clavo su espada a la altura del tobillo, luego clavo su otra espada arriba y comenzó a escalar rápidamente, y cada ves que el ogro intentaba golpearlo o tomarlo, rajaba su piel para deslizarse y esquivar a su atacante.
Por otro lado el arquero buscaba a su hermana, pero al encontrarla observó que naves del Imperio Clok habían comenzado a aterrizar, y una ya estaba desplegando soldados, uno de ellos capturó a su hermana, el arquero conocía a ese soldado, como no conocerlo, era uno de los treinta generales de bajo rango, Duke "el sanguinario".
El arquero sabía la fama que tenía Duke, así que se retiró, si no lo veían su hermana tendría la excusa de ser una prisionera de la tribu de los orcos, se retiró a ayudar al hombre que ya iba en la espalda.
-He perdido demasiado tiempo y la situación se está complicando demasiado.- dijo para si mientras desenfundaba su arco y tocaba una de las runas, la del fuego, de pronto un destello de color anaranjado con forma de flecha se comenzó a crear de la nada.- ¡Hey tu, intenta cortar su glándula de aceite!
El hombre que ya estaba en su cuello, luego de comprobar que su espada no lograba atravesar hasta un lugar vital, grito:
-De acuerdo.- mientras se reía.
-Gracias por gritar su plan, estúpidos.- dijo el ogro a punto romper en una carcajada.- Muy bien, basta de juegos, las heridas que me hiciste tardarán en curar.
El ogro se sacudió y botó al hombre, luego saltó y salió de la arena, lanzó mucho aceite en la dirección de los soldados, y luego soltó un poco de fuego.
-Así podremos divertirnos por un poco mas de tiempo.- les dijo el ogro.
-La diversión se acaba ahora.- Dijo el arquero mientras soltaba su flecha de fuego que le dio a la nuca del ogro e incendio su pelo.
El ogro gritó y chilló, no tenía como apagar el fuego salvo revolcarse en el suelo destrozando todo a su paso, el caos que hubo después era total, el arquero le había seguido lanzando flechas de fuego mientras se revolcaba, y el hombre se dedicaba a mirar el espectáculo. De pronto el ogro dejó de moverse, estaba totalmente quemado.
-Oye, ¿Cómo te llamas? Yo me llamo Mathew.- dijo el arquero.
-Jack.- dijo el hombre.- ¿esa pequeña era tu hermana?
-Si, te contaré los detalles luego, ahora debemos enfrentar al imperio Clok, Duke esta aquí, y tiene a mi hermana.- dijo Mathew con un tono de pena.
-Manos a la obra, pudimos contra un ogro, podemos contra "el sanguinario".- dijo Jack con emoción.
De pronto por una muralla incendiada se asomó una sombra. Era la de Duke, una sombra extraña, sus piernas eran delgadas en comparación a su grueso pecho, portaba un casco del que sobresalían dos cuernos, además de que el casco tenía tallado seis ojos, y dejaba salir una larga cabellera roja, vestía una armadura ligera, de color negro, en su mano derecha portaba una lanza, y en la izquierda un pequeño escudo.
-Preparate.- dijo Mathew mientras desenfundaba su arco. Jack preparaba sus espadas.
De pronto detrás de ellos hubo un quejido, el ogro se levantaba, ahora su piel era roja con partes carbonizadas por el fuego.
-¡Hijos de puta!- grito mientras tomaba su maza.
Se vio un destello atravesando el muro de fuego, un destello de color naranja y el ogro tenía un agujero en su estomago, enseguida cayó muerto al fin.
Duke cayó mientras su lanza se apagaba y volvía a su color gris original, Jack y Mathew quedaron paralizados, la velocidad de Duke era asombrosa, de pronto se asustaron al oír su voz.
-Asesinen a la niña, ya no nos sirve.- dijo Duke por un transmisor.
Mathew se volteó y apunto a su cabeza, Jack se lanzó al ataque, Duke paro las espadas de Jack con su pierna, y esquivo la flecha moviendo su cabeza al costado, luego con su otra pierna golpeó la cara de Jack y lo derribo, luego se acercó y golpeó a Mathew en la cara con el escudo.
Mathew no cayó, así que recibió tres patadas seguidas en el pecho que lo elevaron en el aire, cuando Duke preparaba la cuarta lo paro Jack que se lanzó y logró llamar su atención golpeando a la altura de sus costillas, pero la armadura de Duke era muy resistente, Duke soltó una pequeña risa y golpeó con su escudo el pecho de Jack cortando su respiración, luego se dio la vuelta y lo golpeó con la rodilla lanzándolo lejos.
-¡Mathew, sería buena idea que usarás las runas!- grito Jack con dificultad.
Mathew no lo escuchaba, Duke había comenzado a patearlo en el suelo, luego soltó su escudo y lanza, lo sujeto, lo levantó, lo lanzó al aire y lo pateó en el estómago en dirección a Jack, ambos perdieron la consciencia.
Al poco tiempo Mathew reaccionó, lo tenían sujetado de los hombros, y delante de él Duke tenía a la hermana de rodillas, y estaba aceitando una espada, miró a Mathew, sonrio y dijo:
-Las órdenes eran limpiar este planetoide de cualquier escoria, ustedes vivirán para ser interrogados, pero esta pequeña no es importante, así que será ejecutada.
Mathew todavía estaba aturdido, no escucho las palabras de Duke, sólo vio como la cabeza de su hermana caía al suelo, y luego era pateada y lanzada a los perros de guerra.

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