El castigo del amor

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Cierra la puerta de golpe y se deja caer sobre la cama, derrotada.

Se muerde los labios, se siente impotente, está frustrada.

Frustrada por no saber qué hacer, por esa desesperación de levantarse todos los días sin tener a nadie que le alegre la vida. Nadie que se esfuerce en hacerla reír, nadie que desee verla por las mañanas al amanecer, cuando solo los tímidos rayos de sol conocen su belleza despertándose.

Las lágrimas ya empiezan a correr por sus mejillas.

 ¿Por qué? ¿Por qué es incapaz de amar? ¿Por qué nadie puede amarla? Todo el  mundo a su al rededor tiene a alguien que les hace felices, a esa persona especial que ocupa un papel indispensable en sus vidas. Y, sí, ella es fuerte, sabe que puede seguir adelante sola, que no necesita de nadie para ser feliz y también sabe que enamorarse solo trae problemas. Pero, los envidia.

Quiere esos problemas, quiere sentirse bonita a ojos de alguien, quiere comerse la cabeza por no saber que ponerse para ir una cita y sentirse nerviosa al lado de esa persona especial. Quiere que alguien la tome de la mano cuando menos se lo espere, quiere que alguien la mire como si fuera lo único que existiera en este mundo. Quiere ser amada.

Pero, ¿quién se va a fijar en ella? A simple vista no destaca en nada. No es la clase de chica con la que los chicos se acercan a flirtear. Siempre está en segundo plano. No es despampanante, no llama la atención, ni si quiera destaca en ser tímida. Simplemente es, cumpliendo casi por completo el significado literal, invisible.

Nadie se voltea al verla pasar, nadie abre sus ojos de sorpresa al verla aparecer de la nada, nadie sonríe al verla sonreír.

Pero, ¿qué más da? Amar no trae más que problemas y, de todas formas, ella no es capaz de amar. El amor la ha castigado, la ha marginado y la ha privado de vivir amando y siendo amada. Nunca conocerá ninguna de esas sensaciones.

Nadie va a tomarse el tiempo suficiente para conocerla, porque a nadie le interesa. Porque para ellos, ella no existe. No es más que un extra sin importancia en una película romántica en la que todos encuentran pareja, todos excepto ella.

Y se sigue ilusionando, sigue creyendo en estúpidos príncipes de cuentos de hadas, en chicos ideales sacados de libros y en casualidades del destino que unen a dos personas. Bobadas. Paparruchas.

El amor no es más que una estúpida fantasía. No es real.

Está enfadada.

El amor apesta. Es estúpido e inútil, ¿quién sería tan idiota como para entregarse a una persona por completo? ¿Quién es tan imbécil como para abrir su corazón a alguien y permitirle que te haga daño?¿Quién necesita algo así?

No son más que tonterías.

Golpea la almohada, furiosa, mientras ahoga un grito.

Si el amor no la quiere a ella, ella no querrá al amor, se convence un día más.

El cuaderno de nubes grisesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora