Poema IV

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Porque yo no escribo poemas
pero a ti te escribiría poemarios
y agotaría mis manos
en un triste intento
de regalarte mis rimas.

Quizás tú seas, el faro en mis tormentas
mi refugio en las batallas
cuando la guerra me ahuyente
y me abandonen las fuerzas.

El flequillo por tu frente,
tu sonrisa incandescente
o esos ojos verdes
como estrellas refulgentes.

Quizás me permitas pedirte,
un solo sábado como cita,
una sola tarde para decirte
cientos de cosas bonitas.

El cuaderno de nubes grisesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora