6. De Pesca con el Castaño

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Me desperté sobre una especie de colchón hecho por hojas y con una manta. Estaba en el campamento pero no había rastro de nadie.

Serían aproximadamente las nueve aunque si un reloj es difícil saber la hora que es.

Me quite la manta de encima e intente levantarme pero no pude, la maldita pierna me dolía todavía.

-Pff... ¿hasta cuándo voy a estar así?-dije en voz alta para mí misma.

-Hasta que te recuperes, tan difícil no es.-dijo una voz detrás de mí.

Y quien va a ser sino que Peter Pan metiéndose en los asuntos ajenos, a la próxima no digo nada en voz alta.

Vino hacía mí y me lanzo una manzana. La cogí y me quede mirándola.

-Tranquila,-soltó una risilla-no soy la Reina Malvada.

-Eso no significa que no esté envenenada.

-No quiero matarte, te necesito viva y si te quisiera muerta...ya lo estarías.-dijo agachándose y sonriendo.

-Oh si eso me alivia mucho.-comenté con ironía.

-Anda come, estarás muerta de hambre.

-Está bien.

En verdad si estaba muerta de hambre y la manzana no duro mucho, me la comí de dos bocados y estaba muy rica más que las que había en Boston.

Pan solo sonrío como satisfecho, se levantó y se fue por donde había venido dejándome otra vez sola.

Respalde mi espalda en el árbol, cogí el dichoso libro y leí ya que era lo único que podía hacer en mis condiciones. Había avanzado un poco, los niños perdidos habían atacado a Wendy sin querer porque Campanilla, celosa de Wendy, les había dicho que le dispararan, que era un pájaro.

Eso siempre me pareció una locura, ¿quién se cree que una persona es un pájaro? pero al pensar en lo que me había pasado era normal, los niños perdidos serían capaces de atacarme sin pensar que soy un pájaro.
Todo esto parecía la versión malvada de cuento infantil.

Seguí leyendo por cuando Pan ordenó que construyeran una mini-casita para Wendy mientras está dormida hasta que sentí un ruido.

Me giré y alcé la cabeza un poco para poder ver al "rubio encapuchado" de brazos cruzados.

¿Desde cuando llevaba aquí?

-¿Qué quieres?-dije molesta volviendo al libro.-estoy leyendo.

-Nada.-contestó con un tono serio.

-Pues entonces adiós.

-No quiero.

-¿Por qué no me dejas tranquila?

-Porque Pan me lo ha ordenado.

-¡Estupendo!-exclamé con ironía.- ¿Te ha ordenado que me molestes?

-Que te vigile.

-¿Para qué?-pregunté algo extrañada-No puedo hacer nada salvo leer-pensé en voz alta.-que lo estaba haciendo hasta que tu llegaste.

Soltó una pequeña risa-Para que no te pase nada.-dijo en tono más burlón.

-¡Oye!-grite un poco-¡Ni que fuera una niña pequeña!-solté enfadada.-Se cuidarme yo sola perfectamente.

-¿En serio?-dijo mostrando una sonrisa-Eso dice todo lo contrario-señalo a mi pierna herida-y salir corriendo tampoco fue una buena idea.

-¡Venga ya! ¿¡Tú también vas a empezar con eso!?-dije acordándome de la conversación que tuve con Pan diciéndome exactamente lo mismo-Estoy harta.-bufé y me crucé de brazos

•Believe in Me• | •Peter Pan/Robbie kay• |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora