Operación Génesis

Capítulo 17

Operación Génesis

CAP. 17

Ben se despierta agitado y sin razón alguna de lo que ocurrió. Nota que está acostado en una cama y en una pequeña habitación con poca iluminación y unas paredes con un tono verde oscuro, lo que se le hace realmente extraño dado a que no recuerda haber llegado a ese lugar por iniciativa propia. Todo hace que su preocupación aumente y procede a levantarse de allí para inspeccionar. Justo en ese instante, Laina lo toma del brazo para impedir su marcha. El chico se asusta un poco, estaba tan ido que la había ignorado por completo.

-"Laina... ¿dónde estoy?".

-"¿Qué es lo último que recuerdas, Ben?

El chico se agarra fuerte del pelo, agacha su cabeza para pensar y poder dar una respuesta.

-"Espero que esto sea un sueño pero, recuerdo haber escapado de la Prisión con los subordinados de Bardo. Luego ellos nos llevaron a una represa abandonada, donde es la guarida secreta de ellos. Pero también recuerdo que me enfurecí al ver al Presidente John Whisley al lado de Bardo como si fuese un subordinado más".

Laina aguarda silencio, Ben la mira fijamente para ver si su respuesta es verdad o mentira.

-"Todo es correcto Ben, de hecho aún estamos en la guarida de Bardo. Cuando llegamos, te enojaste mucho al ver al Presidente que te lanzaste a atacarlo, pero tu enfermedad hizo que te desmayaras antes de llegar a él, por eso debes quedarte y descansar más".

-"Y el Presidente..."

-"Sí, el Presidente también está aquí, pero parece que no debemos preocuparnos, él está de nuestro lado según nos dijeron. Según su explicación, John Whisley fue traicionado y obligado a cometer todas las injusticias que conlleva la Operación Génesis".

"¿Crees que voy a creerle todo eso?, ¡vamos Laina!, hemos pasado por muchas cosas y hemos sido traicionados muchas veces. ¿No te parece extraño que el hombre más tirano de todos aparezca como si nada, diciendo que es de los buenos y nos quiere ayudar?".

-"Yo tampoco le creo Ben, pero no queda más que seguir la corriente. A estas alturas no nos queda más alternativa que sobrevivir de cualquier forma, incluso si tenemos que colaborar con los malos".

Laina tiene razón, si quieren acabar con toda esta locura no queda más que adaptarse a las circunstancias, pero aun así Ben sabe que no puede bajar la guardia, en la única persona que confía es en la chica, el resto son sospechosos incluyendo Bardo.

En ese momento un soldado de Bardo entra en la habitación y le pide a Ben que lo siga porque Bardo desea hablar con él. El joven mira a Laina por unos segundos, sabe que es una buena oportunidad para pedirle explicaciones a Bardo y ver qué traman aquí.

Ben se levanta de la cama y sigue al soldado, salen de la habitación y caminan por unos pasillos algo oscuros y con un ambiente frío y poco húmedo. Caminan unos cuantos metros hasta llegar a la oficina principal de Bardo, que quizá sea el único cuarto que tenga más iluminación que el resto.

El subordinado le pide a Ben que entre y paso seguido se marcha del lugar. Ben mira a los extremos de los pasillos antes de entrar para ver si nota algo sospechoso. Abre la puerta lentamente hasta revelar todo en su interior. Parece una habitación normal, en el centro hay un escritorio grande llena de archivos por doquier, en las paredes hay incontables hojas pegadas de mapas, planos, información de personas, fotografías y más. En el techo hay un abanico que está por caerse y justo detrás del escritorio está de pie, con firme postura y mirando los planos de la pared, el Jefe Bardo.

-"¡Ha pasado un tiempo no!, chico?. Para serte sincero pensé que no sobrevivías, pero me sorprendí al recibir la llamada de tu Padre". Ríe con su típica y escandalosa risa.