Los comienzos.

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Siempre fuí diferente, no era como los demás, no era normal, al menos para ellos. Lo de hacer amistades con cualquiera nunca fué lo mío; yo era la niña que siempre estaba sola y callada, los demás llegaban y ya estaban jugando todos juntos, era algo automático entre ellos, lo de entablar conversación e inmediatamente eran del grupo. Un grupo al que yo nunca pertenecí.

A mí me era más difícil tan solo acercarme y hablar con extraños, y aunque lograra hacerlo, no podía simplemente quedarme ahí y ya, como el resto. Es que no es porque no haya querido compañía, sino que yo buscaba alguien que le guste lo mismo que yo, que fuese interesante, que tuviese la imaginación tan amplia como la mía. Pero nunca encontraba a alguien con quien compartir lo mío; asi es que me quedaba sola, era incomprendida por el resto de los niños, entonces no había opción pues no iba a cambiar ni ellos lo harían.

Además de ésto, yo crecí encerrada, no me dejaban salir a jugar a la calle ni a la casa de los vecinos, todos los niños del barrio se pasaban jugando afuera y yo solo podía mirar desde el portón. Era triste, quería probar cómo se sentía correr libremente en un espacio abierto, pero no me permitían salir ni tampoco que nadie entre a la casa, yo estaba aislada.

Crecí entre paredes y portones, no tenía amigos; solo tenía la televisión, mis juguetes, mis dibujos y mi imaginación...Yo vivía en mi mundo.

A veces trataba de recrear lo que me imaginaba, usando mis juguetes o algún otro objeto inanimado, yo le daba vida a cualquier cosa; tratando de hacer como un teatro, usaba todo lo que tenía para practicar cómo sería desenvolverme afuera, junto con otras personas, pero la realidad era muy distinta. No sabía como actuar en la vida real.

A pesar de las restricciones, yo era feliz en mi mundo imaginario, pues todo era como yo quería, mi mundo, mis reglas. Siempre andaba soñando despierta, con algún día convertir todo eso en hechos, tener ese tipo de felicidad allá afuera, con personas. Quize tanto tantas cosas, pero no podía liberarme, yo era una prisionera en un lugar aburrido, estaba sola; tanto afuera como adentro de ese lugar.

Así pasé mi infancia, queriendo pero sin obtener; soñando sin poder cumplir mis sueños, odiando la aburrida realidad a la que de todos modos tenía que enfrentar, yo era distinta...Yo era una solitaria.

Diario de una solitaria.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora