-Dos semanas-susurro mientras veo el techo de mi habitación, me encontraba tirada en la cama en un estado de shock-Dos semanas-vuelvo a susurrar.
-¡Amelia, la c....-
-¡No interrumpas mis pensamientos!-exclamo enojada a Henry que se encontraba del otro lado.
-Dos semanas, dos semanas-comencé a susurrar. Me hice bolita y comencé a tambaliarme-Dos semanas, dos semanas, dos semanas-
****
Primera semana, día uno
-Tsk... No presuman que la están pasando mejor que yo-hable en voz baja mientras veía la foto que mi padre me envió con Anne en el Caribe.
Mire mi casa. Quería y no quería entrar. Sabia que si entraba volvía a internarme en un mar de discusiones sin sentido y cosas alocadas. Mi otra opción era correr como la hermosa cobarde que quiero ser.
Solté un suspiro y me encamine hacía la puerta.
Repentinamente fui obligada a fruncí mi seño, escuchaba ruidos extraños del otro lado de la puerta. Rápidamente la abrí dejando ver como Wes se deslizaba del otro lado del lugar pasando frente mio por el suelo, seguido de él una almohada.
Los gritos se hicieron presente.
-Otra vez no-dije luego de un suspiro.
Camine hacia mi derecha, donde estaba la sala y recibí varios golpes suaves por todo mi cuerpo obligándome a caer recostar este contra el suelo. Por la suavidad de la tela pude deducir que eran almohadas.
Un silencio se escucho en todo el lugar.
-Amelia-pude escuchar la voz de Wes.
-Estoy bien-hable-¿Quienes están?-
-Todos-
-Okay-me levante del suelo y tome dos almohadas-Quieren jugar a la guerrita de almohadas-golpe con fuerza a Wes que estaba al lado mio provocando que caiga al suelo acompañado de una queja de dolor-Vamos a jugar a la guerrita de almohadas-
Fue rápido. Le tire una almohada a Alix, mientras que le daba un almohadazo a Tobias. A los dos con fuerza.
Tome mis almohadas y mire al resto.
-Vamos a jugar en familia-dije con un cierto tono... "rudo".
Los almohadazos iban de acá para allá. Y varias almohadas volaron... Hasta Wes voló. Era divertido, por primera vez nos dimos la oportunidad de jugar como a lo que estamos condenados a ser... Hermanos.
Todos cayeron rendidos al suelo, tenía ganas de más. Solté un suspiro y me senté.
-¿Sabías que en Alemania las almohadas son consideradas armas?-aquella voz logró asustarme. Voltee y pude visualizarlo.
-¿Qué haces acá?-
-El chiquitín me dejo entrar-dice apuntando a Wes-Mi bella flor, he venido por mi necesidad de verte-sonreí con malicia, rápidamente borre mi sonrisa y lo vi con una expresión seria.
-Pues, yo...-
-Necesito hablar contigo...-se me acerco, se agacho para estar a mi altura y me tomo de las manos mientras se aproximaba a mi rostro-En privado-
-Okay-me ayudo a levantarme, luego entrelazo nuestras manos y me llevo a las afueras de la casa, en el patio delantero-¿A qué se debe tu repentina visita?-hable una vez afuera y un poco apartados de la casa.
-Aparte de querer molestarte-hablo con malicia, solo rodee mis ojos-Él ya esta libre-
-Ya lo sé-me miro con asombro-Me entrego una carta, no en persona, pero fue necesaria como para saber de su existencia de vuelta-hable seria.
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Problemas entre hermanos
ActionSolo deseaba una vida normal, ser una adolescente normal, pero yo no soy normal. El destino siempre me preparo cosas trágicas, tristes, dolorosas... Pero estas vez el destino me dio una alocada sorpresa... Una nueva familia, una nueva madre, nuevos...