Nuevamente Arima decidió visitar al encarcelado al recibir varios reportes de los guardias de cómo el ghoul sollozaba todo el día, hasta el grado de rasgar sus ojos una y otra vez, teniendo que ser vendado para evitar que se siguiera dañando él mismo.
Al abrir la puerta, lo encontró en el suelo recostado, llorando y susurrando como si platicara con algún conocido cuando en verdad se encontraba solo.
—Levántate —dijo con su tono habitual—, te he traído algo.
—¿Arima-san? —respondió en forma de pregunta al reconocer la voz del mayor— Arima-san... Gracias por venir, ahora ya no estaré aquí abandonado en la oscuridad.
—Me han dicho que tienes que unirte a la CCG en unos meses, yo te entrenaré, debes elegir un nombre—le entregó una bolsa que traía consigo, era algo pesada por la que casi se le cae al chico vendado que estaba raquítico aún, tampoco se animaba a comer por su depresión de no saber quién era en verdad—. Lo olvidaba, te compré algunos libros.
—En verdad se lo agradezco—inclinó la cabeza hacia abajo, solamente asintiendo al investigador—. Un nombre... Quisiera usar "mundo" y "café"...
—Eso suena como "Haise"—colocó ambas manos sobre la cabeza del muchacho, comenzando a quitar las vendas con lentitud y viendo poco a poco cómo tenía las marcas pese a su regeneración—. Haise... —pasó sus dedos por debajo de los ojos del contrario, acariciándole una y otra vez, limpiando el líquido escarlata que estaba todavía fresco—, no te lastimes a ti mismo, por favor.
—Ya no volveré a hacerlo, Arima-san, por usted no tendré ni un rasguño de mi parte.
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Ángeles en el infierno
FanfictionEl lugar en que vivimos siempre estará lleno de desgracias que provocan dolor. Lo que muchos no ven, es que algunos ángeles se encuentran en el mundo humano, un infierno casi imposible de comprender.