Capítulo 7 (Final)

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En la penumbra solamente existe una salida: la muerte. 

Las despedidas siempre suelen ser crueles, con el regreso de Kaneki Ken, no quedaba alternativa, Kishou elaboró todo un plan de suicidio sin decir nada al respecto a sus subordinados por temor a ser detenido en el proceso. No obstante, todo estaba hecho, las flores del suelo estaban completamente llenas de sangre, el sonido de fondo solamente eran campanas desafinadas, llanto, debido a que los niños del Jardín estaban acuclillados ante el cadáver de un ser tan hermoso, el Dios de la muerte de la CCG, se atrevió a perecer sin despedirse, lo hizo de una forma tan natural como lo es respirar, y en sus últimos momentos solamente hizo mención de algunos secretos respecto a V, los Washuu y la misma organización en la que se encontraba trabajando.

El nuevo rey nació, solamente una persona que conocía el lado humano y el lado ghoul por igual podía liderar la disputa para que ambos encontraran la paz, pero tampoco quiso continuar, al final pudo enterarse de sus sentimientos hacia el Segador, muy tarde para corresponderlos, él ya no estaba para ello.

Esperó a que los demás se fueran de su lado, sujetó entre sus manos la quinque del suelo, Búho, con ella repitió el acto de su superior, pasarla por su cuello con suficiente fuerza y acabar así con su vida sin pensarlo dos veces, no importaba lo que hiciera, su único deseo en el instante era permanecer a su lado, mostrar lo mal que estaba respecto por su actitud tomada tiempo atrás, inconscientemente tantos sentimientos aparecieron en él, y seguramente no sabía cómo avanzar en el mismo trágico sendero, era lo último que quería, llegar al final si compañía.

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En un área algo extraña, apareció Ken, rodeado de nubes, flores blancas y unos cuántos rayos de luz solar que causaban más que intriga en él, no había nada a su alrededor, no se apreciaba ni una sola señal de humanos cerca para poder cuestionarles sobre dónde se encontraba.

En un parpadeo, notó una figura acercándose, con una gabardina blanca, cabellera del mismo tono, anteojos y una forma de avanzar bastante refinada que solamente podía asimilar con esa persona especial que, según Ken, ya no volvería a ver. Comprobó que estaba equivocado, Arima 
Kishou estaba a unos pasos adelante, con el mismo semblante serio; sin temor alguno, habló, expresando lo que pasaba por su mente.

—¿Por qué lo hiciste, Ken?

—Yo debería cuestionar lo mismo, ¿a qué se debe el suicidio? No es justo, yo quería seguir a su lado.

—¿Y en dónde crees que estás ahora?  

—Muerto, en un lugar que no conozco..

—Y junto a mí, ¿me equivoco? Creo que no necesitamos hablar más, primero piensa lo que hemos dialogado. Yo te amo, siempre lo hice y me esforcé por mostrarte que no existe barrera alguna para brindarte cariño, tal y como puedes verlo, ni la muerte me detiene.

Un espacio silencioso habló por su cuenta, el mayor sujetó las manos del adversario, acarició ambas con sutileza y depositó algunos ósculos sobre los nudillos del albino, realizando una promesa de estar siempre a su lado, apoyándolo para sobrevivir en una nueva etapa.


| No ha quedado como esperaba, y no tiene tanta coherencia como debe. ;u; Espero que sea de su agrado, en serio, me centraré en redactar un nuevo fanfic, ahora con MayuAka (KnB), se llamará "Melodía nocturna", en unos días pondré el link como un aviso, ¿vale?~

Mientras tanto, el fic actual tendrá algunas modificaciones de ortografía. (?) |


Ángeles en el infiernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora