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Caminaba por las calles de la ciudad, saludando con una leve reverencia a los soldados de la División Real que se encontraban en las cercanías del muro. El atardecer se dejaba ver desde las desoladas calles de la ciudad, gracias a que la gente prefería quedarse en sus hogares junto a sus familias por si eran atacados nuevamente y así no verse separados durante la evacuación.

Hoseok podía ser la persona más alegre incluso en momentos como ese, cuando todo el ejército ya sentía el principio de alguna batalla final contra los grupos terroristas a los alrededores. "Al mal tiempo buena cara", le había repetido siempre su difunta madre antes de ser asesinada por poseer los primeros síntomas de un infectado por el virus.

Dobló por un callejón, un camino que era mucho más solitario que las calles principales, pero que era un atajo hacia las instalaciones de la División Exploratoria. Sus pisadas hacían eco entre las altas paredes que separaban a dos complejos de edificios, toda luz siendo bloqueada.

Elevó su vista al cielo y notó una inmensa nube gris acercándose hacia la ciudad.

—El invierno está comenzando...

Un leve reflejo de algo brillante y sus instintos de sobrevivencia le hicieron saltar hacia un lado, escuchando en seguida el estruendo sordo de un disparo.

—Rata asquerosa.

Sacó su arma y la cargó, buscando alguna señal de su atacante. Se apegó más a las paredes con tal de camuflarse, la poca luminosidad y el color del uniforme ayudándolo con su cometido.

Yifan achinó los ojos para localizar al escurridizo chico, mas se rindió cuando no vio señal alguna de su pellejo. Debió haber matado a Jung hace muchas calles más allá, pero no contó con que la Unidad Policial estaría cerca. El gobernador le había dado estrictas órdenes de ser precavido y no levantar sospechas antes de lo estipulado.

Volvió a posicionar de manera correcta el francotirador y por la mirilla intentó buscar a Hoseok, nuevamente pasando la vista por un solitario callejón. Su ceño estaba fruncido y maquinó duramente para pensar en alguna respuesta lógica. Camuflaje, le llegó la palabra como una señal divina. Volvió a la mirilla y esta vez se fijó en las paredes, dándose cuenta de una anormalidad cerca de donde antes había disparado.

Iba a apretar el gatillo, no obstante, su arma salió volando e impactó de lleno contra el asfalto metros más abajo, destrozándose en mil pedazos.

—Eres demasiado estúpido para sobrevivir escapando de mis garras, Wu.

Recibió un corte de la katana en su brazo y con todas sus fuerzas se obligó a rodar sobre la azotea y correr lejos de Miu, en vano llevándose la mano al profundo corte para detener el sangrado.

— ¡Como esos te haré muchos más por todo el cuerpo!

Hoseok sonrió ante la inconfundible voz de la chica. Se apartó de la pared y corrió hacia donde se escuchaban unos ligeros quejidos de dolor y maldiciones. Si el hijo de puta le quería dar una sorpresa, él también lo haría.

Subió sin dificultad la pared y caminó sobre ella hasta donde estimó conveniente para hacer su gran hazaña, pero cuando se disponía a escalar el edificio, Yifan ya se estaba lanzando hacia el suelo.

El crujido que hizo su cabeza contra el duro y frio asfalto causó que Hoseok soltara un silbido de impresión, seguido de un suspiro al darse cuenta de que la katana de Miu estaba clavada en su espalda.

—Yo quería matarle, noona.

Ambos bajaron hacia el cuerpo sin vida de un traidor más. Jang retiró su katana y con asco limpió la sangre en la punta.

Experimento 0111 » hunhan.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora