Korra de Sato

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Cámaras, luces, fanáticos sentados en las gradas, la arena se desplegaba frente a ella, ruido, agitación, no se sentía lista, Mako y Bolin se encontraban alineados al frente y ellas atrás, Opal a su derecha, suspiró, la careta que cubría y prevenía los golpes a su cara le hacía difícil el respirar, el traje de protección parecía pesar una tonelada, tal vez no estaba bien diseñado, tal vez la tela era demasiado sofocante, sus puños cerrados en un firme agarre que era incapaz de liberar, flash, flash, un millón de luces aturdían sus sentidos, todos gritaban con emoción, esperaban a que el equipo al que enfrentarían saliera a la arena, los segundos parecían eternos, debía concentrarse pero no podía hacer otra cosa que repasar su día, Asami no se encontraba en el área de los invitados especiales, en su lugar se podía ver a Varrick y a su esposa ¿Por qué no había ido? Esperaba que el disgusto del día anterior no la hubiera molestado al grado de no querer volverla a ver, con solo tener esa idea en mente un gran nudo se formaba en su garganta, no había hablado con ella en todo el día.

Luego de ducharse y desayunar por la mañana partió con Naga rumbo a las oficinas de Industrias Futuro con la esperanza de que Asami se encontrara ahí, no podía esperar hasta la hora de entrar en la arena, debía aclarar las cosas antes para poder recobrar su concentración, era la primera vez que tenían una discusión y debía admitir que se sentía terrible, debía solucionar eso cuanto antes pero para su desgracia al llegar a las oficinas solo se encontró con Opal para enterarse de que la ingeniera continuaba en la compañía de Varrick.

- ¿Todo bien? – Preguntó la secretaria al ver la desilusión que se marcaba en el rostro de la ojiazul. – Si... supongo. – Murmuró liberando un profundo suspiro.

- ¿Qué pasó en la compañía de Varrick? – Se adelantó a preguntar para evitar que Opal indagara más.

- Al parecer comenzó uno de los proyectos que ya tenían planeados con la intención de adelantarse un poco, pero ya conoces a ese hombre, al parecer cambió un poco el diseño y hubo una explosión en la fábrica, ya que Asami está a cargo de sus proyectos fue llamada de inmediato, le pase el mensaje temprano en la mañana y ha estado ahí desde entonces, el papeleo y los planes de arreglo deberán tenerla ocupada durante el resto del día... lo siento Korra.

- ¿Por qué te disculpas? – Preguntó arqueando una ceja.

- Bueno, se que hoy es un día importante, los entrenamientos comenzarán en un par de horas y... entiendo que es importante para ti que Asami nos acompañe.

- Si, pero es inevitable, es trabajo y no se puede dejar de lado... - Respondió intentando parecer conforme pero su sonrisa se mostraba apagada. – Gracias Opal, nos vemos en el entrenamiento. – Se despidió dando media vuelta.

Sentada en el parque observaba el reflejo del sol en el agua cristalina del lago, sonrió al ver como Naga se acercaba y dejaba caer a sus pies una pelota completamente empapada en saliva, haciendo uso de agua control la volvió a lanzar y de inmediato su fiel amiga corrió tras el proyectil, no tenía nada que hacer, los uniformes estaban listos en el gimnasio, Asami estaba ocupada y no la había llevado con ella, solo quedaba esperar la hora del entrenamiento, no podía ir a buscar a la ingeniera, estaba segura que si lo hacía interrumpiría su concentración, ella misma no podría contenerse, querría hablar sobre el problema del día anterior para aclarar las cosas y hacer que quedaran bien, eso en definitiva era algo que no podía discutir con ella mientras trabajaba, lo más prudente era esperar a que terminara, a verla en la arena.

- Bien hecho chica. – Acarició la cabeza de su mascota antes de volver a lanzar la pelota, las energías de Naga eran difíciles de agotar, le gustaba jugar con ella, era una buena compañera e incondicional amiga.

- Korra. – Escuchó, mirando a la persona que la había llamado no tardó hacer notar su disgusto. - ¿Se te ofrece algo? – Preguntó molesta al maestro fuego.

Ladrona en Industrias FuturoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora