Capítulo 7 (parte 1)

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Viola se sentó nuevamente en el sillón de Cornelia, le dolía la cabeza.

Narcissus se puso a caminar por el cuarto, dejando atrás una estela de lluvia.

La chica le refirió los hechos de los últimos días: Cornelia había desaparecido el domingo. Nadie la había visto salir. En ese momento Viola estaba en su cuarto y leía tumbada en la cama, con el iPod a todo volumen. La tía Belinda pintaba en el ático y la tía Lucinda se había ido a una conferencia sobre la Piedra de Rosetta. Aquella noche Cornelia no se había presentado a cenar. No estaba en su estudio, no estaba en su cuarto. No se había llevado nada, solo el impermeable que utilizaba durante sus paseos. A medianoche todavía no había regresado. Viola había convencido a las tías de llamar a la policia y luego había llegado el agente Simmons.

Desde entonces no se había sabido nada acerca de ella.

-Ella desapareció y aparecí yo -Dijo Narcissus, parándose en medio del cuarto y volteando a ver a Viola.

-Ya, ¿pero cómo le hiciste para aparecer? Es absurdo... es imposible. Tú no eres real, no existes.

Narcissus la miró con una expresión ofendida. -A mí me parece que soy muy real. -Le acercó su brazo-. Anda pellizcame ¿No te paresco real?

Viola, roja como un jitomate, levantó una mano y rozó timidamente la piel mojada de la chamarra de Narcissus.

-Pellizcame, ¡fuerte! -ordenó el muchacho, impaciente.

Viola le agarró la mano y lo pellizcó con toda su fuerza.

-¡Ayyy! Eso duele -protestó Narcissus.

Viola se puso morada. -Dijiste fuerte -Narcissus sacudió la mani.

-Perdón -Balbuceó la chica, apenada.

-Estaba segura que solo eras una visión.

-Bueno, no lo soy. Soy tan real como tú.

-Pero tú eres el personaje de un libro -Insistió Viola.

-Eso me dicen todos -Dijo Narcissus exasperado-. Quizás soy yo el que esta teniendo una pesadilla.

Viola no había considerado la situación desde el punto de vista ¿Tal vez era ella la visión? Intentó pellizcarse a escondidas-. ¡Ay! -se quejo.

Narcissus la miró con cara de reproche. -ya deja de pellizcarte eso no me parece la solución.

-Bueno, ¡entonces, tú dime cual es la solución! -exclamó ella molesta.

Él se encogió de hombros. -hey, mira que hasta la fecha no sabía que era el personaje de un libro.

-¿De verdad, no lo sabías? -Viola se dio cuenta de que había hecho una pregunta estúpida, pero era demasiado tarde-. Perdón -murmuró-, tal vez estamos enloqueciendo los dos...

- Yo solo sé que estaba viviendo mi vida -suspiró Narcissus-, Y de repente, me encuentro aquí, en una Londres que no es mi Londres. Abrió los brazos como si se quisiera rendir. -Quizás tu tengas razón; Probablemente me estoy volviendo loco. Mi padre siempre me dijo que iba a acabar mal -dijo, sonriendo a medias.

Viola sintió que sus piernas flaqueaban. Claro que era increíble, pero su ídolo esta allí, a su lado. Cuantas veces había deseado que Narcissus fuera un chico de verdad y ahora parecía real (por lo menos sólido, como había comprobado con su pellizco). Millones de chicas se moririan por estar en su lugar y ella lo único que hacer era mirarlo como una tonta, sin poder decir nada inteligente, sin poder aprovechar aquella ocasión exepcional que quién sabe cuanto más duraría.

La chica se sobresaltó: ¿y si de un momento a otro desapareciera en la nada?

Narcissus la miraba preocupado. -¿Estás bien? -le preguntó-. Parece que se te estan saliendo los ojos de sus órbitas.

Viola hizo un esfuerzo para calmarse y él intentó tranquilizarla. Se acercó tanto que la hundió en la más confusión total.  -No te preocupes, vamos a resolver juntos esta situación. Sé que no me conoces...

Viola pasó saliva. La cara de Narcissus estaba a un centímetro de la suya. -¡Yo sí te conozco! -Exclamó sin poder aguantarse-. Leí todos tus libros, muchas veces. Todos los han leído; todos te conocen. Y yo, bueno...

Viola estuvo a punto de confesarle que se había enamorado perdidamente de él, pero afortunadamente se contuvo. Ya era bastante incómodo tenerlo tan cerca.

-¿Ah, sí? Entonces, cuéntame que sabes de mi. -Pareció retarla.

-Bueno, tu padre es Lord Norland, trabaja en Scotland Yard y piensa que tu cabello es demasiado largo. Y tu mayordomo se llama Bunter y prepara los huevos estrallados más ricos del mundo. Te gusta mucho el pastel de manzana. Y estás intentando descubrir quíen mató al anticuario Blackwood. -Se detuvo, sin aliento.

-Sí, sabes muchas cosas -Dijo Narcissus con una pizca de ironía.

- Y no te gustan las fiestas -añadió Viola.

Narcissus extendió su mano y la detuvo con un gesto. -Ya ganaste, ¿ok? -exclamó irritado-. Ya sabemos que no estamos soñando: que yo soy el personaje de un libro y que tú eres una chica real. No comprendo como llegué a tu mundo y mi creadora está desaparecida, justo cuando la necesito. Probablemente es la única que me puede ayudar a salir de este lío.

-Bueno, siempre te puedes quedar aquí si quieres -propusó Viola con una voz débil. -Después de todo, estás en Londres.

-Pero esta no es mi Londres -le recordó Narcissus-. Y, por si fuera poco, aquí todos me conocen. mientras que yo no conozco a nadie, ¡ni conozco nada de este mundo!

-No es muy diferente al tuyo-. Intentó tranquilizarlo Viola-. Cornelia no es una autora de novelas de fantasía.

Narcissus comenzó a pasear nervioso por el estudio.

-Así que yo sería una especie de hijo de Cornelia, una criatura suya -murmuró-. Soy lo que ella decide que yo sea. Y yo que siempre me peleé con mi padre por vivir mi vida a mi manera y, en cambio... -Miró a Viola-. Todo es parte de mi personaje, ¿verdad? ¿Mi vida es solo una ilusión?

-Pero ahora estás aquí -le hizo notar Viola- Y eso no lo decidió Cornelia.

No tuvo el valor de decirle que su tía tenía la intensión de terminar  su historia, de deshacerse de él. Además, ni siqueria estaba segura que lo hubiera hecho de verdad.

Narcissus estaba allí, significaba que Cornelia no podía decidirlo todo, que los personajes, como se quejó aquella tarde en el jardín, tenían una fuerte voluntad propia.


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⏰ Última actualización: Jun 17, 2016 ⏰

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