2.

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  Después de pasar la tarde en el apartamento de mi mejor amiga, era de noche y debia volver a casa. Me negaba a usar el auto de mi hermano por dos razones: Estaba enfadada con él, y adémas solo lograba contaminar el ambiente por lo que usaba el carro solo en situaciones de emergencia.

Comenzé a caminar por las obscuras calles de Phoenix, y aunque el lugar solia ser caluroso algo en mi hacia que solo el frio atravesara mi cuerpo.

Nunca me habia dado miedo caminar por la noche sola, desde que, prácticamente, nací, habia asistido a todo tipo de clases de defensa personal incluso de manejo de armas. Pero eso era totalmente estúpido y al mismo tiempo entendible.

Era estúpido debido al hecho de que nunca mataria a nadie, mi estilo, bueno mi 'onda' era algo así como Hippie y pertenecia a verios grupos activistas para salvar animales. Pero también resultaba lógico por la posición de mi familia, y después de la muerte de mi madre, mis hermanos o yo podiamos ser 'los siguientes'.

Tomé el telefono del bolsillo trasero de mis señidos shorts, y le marqué a Dylan, solo para estar segura de que si algo llegaba a ocurrir él estaria al tanto. Ya que dentro mio tenia un muy mal presentimiento, y los sentidos de mi cuerpo no ayudaban.

-Siento lo de hoy. Metí la pata. - fuè lo primero que dijo en cuanto atendió.

-Esta bien Dylan, igualmento hoy me he salido de mis cabales. Estoy rumbo a casa, tranquiizate. Solo te llamaba por que... bueno las calles parecen màs desabitadas de lo normal.

-¿Segura que no quieres que envie a Ryan por ti?

-Segurisima. Tranquilo hermano, solo... mantente al otro lado de la linea, no voy a colgar.

-Vale - oi decirle y seguí caminando. Cruzé la calle, y ví a ambos lados, estaba a solo tres manzanas de mi casa, no tardaria más de 3 minutos en llegar.

De la nada, una mano se paso por mi cintura, intenté gritar pero me cubrieron la boca, una punzada en mi brazo hizo que mi telefono se cayera de mis manos pero aun asi podia oir la voz de Dylan gritar al otro lado

-¿Oriana? ¿¡Oriana, donde estas!?- no le di importancia, podia defenderme, golpeé al morrudo tio que me habia atrapado, le dí una patada a un lado del corazón, sabia que con un golpe así le costaria incorporarse y así fue. Comenzé a correr pero los arboles se movian, el piso bajo mis pies desaparecia y antes de poder ser conciente caí de bruces en la acera.

Me esforzé por mantenerme allí, presente, ya que mis ojos se cerraban. Me arrastré y logré ver en frente mio, a un muchacho castaño.. o por lo menos parecia serlo.

-Ayuda...- dije debilmente la voz no me salia. Aquel chico se aproximó a mi con una sonrisa, y me cargó entre sus brazos, mientras caminaba en dirección a donde me habian capturado.

Quizás habia hecho mal en pedirle ayuda justamente a él.

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Sky.

«Acorralada.» (Adaptada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora