3.

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  Abrí mis ojos y un escalofrio me recorrió la columna. Miré a mis alrededores, el lugar donde estaba parecia una jodida suite de hotel, pero estaba atada, de pies y manos, sobre una gigantesca cama matrimonial.

Me incorporé de golpe, y una mano se posó sobre mi pecho para detener mis movimientos.

-Shh, no te muevas. - me volteé asustada y me encontré con un rostro que me resultaba conocido y al mismo tiempo no.- Vuelve a tu lugar muñeca. - su voz salia dulce y suave. Su asento, tenia un asento que me resultaba familiar. No era ruso, eso ya lo sabia.

Tampoco me atrevia a comprobar de donde venia, el miedo me habia paralizado.

Aunque tenia los pies amarrados, salté de la cama, cayendo de cara con la sola intención de alejarme de él, pero se puso de pie y con una sonrisa me cargó de nuevo a la cama. Ya lo tenia, él habia sido el tipo al cual le habia pedido ayuda.

-Vamos liebe*, no quieres verme enfadado. - oprimí mis ojos con fuerza sin saber que carajos queria el tipo de mi, por que solia ser ruda e insensible frente a mis hermanos, pero estaba totalmente asustada.

- ¿Quien eres?- me atreví a preguntar una vez que estuve depositada en la cama y él tomaba asiento a mi lado- ¿Qué quieres?

-Es una buena pregunta.- se rascó la barbilla, sin perder la sonrisa -No puedo decirte quien soy, pero puedes llamarme siete.

- ¿Siete? ¿Que nombre es ese? - su carcajada resonó entre mis oidos.

-Siete es un número. Mi favorito, además siete tios estan vigilando sólo la puerta de la habitación, siete hombres he matado a puño limpio sin utilizar ayuda ni armas. - Abrí la boca sin siquiera articular palabra, fijé mi vista en sus ojos mieles mientras él tomaba mi mentón y me examinaba el rostro - No te pareces a tu padre Sabatini, ¿como es esto? Tu hermano Ryan es el retrato limpio de tu padre, y el pequeño es igual a tu madre ¿Y tú?

-¡Con que por ahí viene la cosa! - me dejé caer entre las confortables almohadas de pluma que habia debajo mio. - Escucha, no tengo contacto con mi padre desde que me fui de Rusia, le odio y le desprecio tanto o quizás más que tú. Así que, por favor, dejame ir. - le devolví la mirada, pero el brillo en sus ojos me decia que me haria falta mas que un precioso discurso para recuperar la libertad.

-Te han entrenado bien. No he visto a ninguna mujer golpear como tú. - se aproximó a mi sin despegar sus ojos de los mios y comenzó a aflojar las cuerdas. - Ten por seguro princesa, que te cuidaré, vales más que un millón.

- ¿Un millón? ¿Mi cabeza vale un millón? - pregunté en un hilo de voz mientras volvia a sentarme, él prosiguió aflojando las cuerdas, pero esta vez, no me devolvió la mirada.

-Les he dicho a mis hombres que sean nudos factibles pero flojos, no quiero que tu piel de porcelana quede marcada.- se acercó a mi oido lentamente. - Duerme, princesa. - otra vez aquella palabra que me dió un fuerte escalofrio aunque por alguna razón, no me hirió como lo hacia cuando mis hermanos la articulaban.

Lo ví fijamente una vez más y a paso lento, se retiró de la habitación.  

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*liebe; significa 'querido' (en este caso, 'querida') en Alemán.

Sky.

«Acorralada.» (Adaptada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora