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  Estaba impaciente, cual niña en una jugueteria, queria salir corriendo y saltar. No podia despegar la vista del elevador que marcaba los pisos.

-No porque lo sigas viendo cambiará mas rápido.- advirtió con una sonrisa.

-¿Tú que sabes? - le drigí una mirada fulminante y escuché su risita.

Cuando las puertas del elevador se abrieron, Julián me sujeto por la muñeca, y me pegó a su lado.

-No hagas tonterias, toma asiento. Aquí hay camaras y sabes muy bien que ellos no sienten remordimientos por nada. Así que comportate.

Asentí con la cabeza, para que se quedara tranquilo, y se metió en el despacho. Dos segundos mas tarde un robusto pelado se acercó a mi.

-Señorita Sabatini. - sonrió - tengo un pedido de la señora Eleaonor para usted.

-¿Para mi?- abrí la boca y él me enseñó aquel trago, una 'Margarita'. Hacía tanto tiempo que no bebia una...

La ultima vez, Julieta y yo habiamos acabado durmiendo en el pasillo de mi departamento, hasta que mi hermano nos llevo hasta mi habitación... mi hermano Ryan, casi como mi propio padre.

-Eleaonor dice que este era el trago favorito de tu madre y si te pareces en algo, te encantará. - tomé el vaso y bebi el trago, aquel hombre sonrió dejando ver la fila perfecta de sus dientes enfundados en oro, pegó media vuelta y desapareció.

Julián salió de la habitación, con una mano en el bolsillo y sonriendo tomó mi mano libre y se acercó a mi.

-Tenemos un rato para que disfrutes el día que hace afuera. - miró la copa ya vacía y arrugó la frente. - ¿Quien te envió eso?

-Eleaonor, tranquilo. - boté el vaso en un tarro de basura mientras Julián me escoltaba a la salida.

Una jardin enorme con un columpio, corrí hacia allí y me subí. A los lados, pegado al alambrado que cercaba el terreno el pasto era alto. Alto, viejo y quemado por el sol, pero a mi no me importaba, podia disfrutar una tarde allí.

-Eres una niña pequeña, Oriana. - se paró a mi lado - Cuentame algo de ti. - Le observé mientras tomaba velocidad.

-Solia tener un jardin asi de grande cuando aun vivia con mamá, ella tejia en la puerta a la hora de la siesta mientras Dylan dormia, y Ryan y yo eramos unos crios que corrian por doquier.

-¿Como es tu relación con él?

-Con Ryan todo es dificil, creé que es el padre y que me puede mandar en todo, pero no es así.

-¿Y Dylan?

-Es mi pequeña debilidad. - me impulsé hacia adelente dejando colgar la melena y viendo al cielo - Siempre se preocupa por mi, y aunque no lo confiese, yo me preocupo por él.

Un ruido en los pastisales capturó mi atención, pero Julián parecia no oirlo, comencé a detenerme despacio y en cuanto abandoné el columpio senti la tierra bajo mis pies girar, caí golpeandome la cabeza contra el suelo pero no me dolia, era casi como si estuviese anestesiada, escuchando la voz de Julián diciendo cosas como <<Mirame, ¡Mirame!>>

Queria responderle pero no podia, aún mis ojos abiertos se perdian entre el espesor del pastisal y allí logré identificar aquel par de ojos achocolatados, mirandome con cautela, queriendo salir a mi rescate, pero vigilando a Julián.

Sus brazos me cargaron y mis ojos... se cerraron.

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Sky.

«Acorralada.» (Adaptada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora