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  Otro día más, el tercero exactamente.
Tres días habian pasado desde que Siete me tenia ahí, bueno 'Serrano' en realidad.

Estaba cansada, me la pasaba sola hablando con mi imaginación. Me hacian falta los chistes tontos de Julieta, los reproches de Ryan, los regaños y la comida de Dylan.

Me hacia falta mi familia, y todo por un hombre que decia ser mi padre.

Estaba sentada a un lado de la ventana, viendo hacia abajo. Calculando los daños que podria llegar a sufrir si me lanzaba desde allí. Minimamente saldria con una torcedura de tobillo y no podria correr. O si el edificio estaba tan vigilado como yo creia, aquella mafia me aniquilaria antes de llegar al piso, eso lo tenia por seguro.

- ¿Crees que saltando podrás escapar? - su voz atercipelada detràs de mi cuello me hizo dar un salto asustada y frotarme la nuca ya que solo su presencia habia logrado erizarme la piel.

-No. No podria escapar desde aqui. Tendria una lesiòn en el tobillo por lo que no podria correr y me agarrarian igual. - concluí fijandole la vista, viendo cada sutil movimiento que su rostro dejaba ver.

- Estamos en una estancia. La policia nos pisa los talones, creo que en menos de 1 kilometro hay una estación de policias. - Lo vi atonita, revovinando en mi cerebro las palabras ¿Me estaba dando indicios para un escape? No, debia ser una trampa.

Solo una cosa mi padre habia logrado enseñarme, para una sola cosa habia servido.

En la mafia, tu amigo te apuñala, el enemigo lo maltrata y solo a ti un hermano te defiende.

-Gracias por lo de anoche. - cambié de tema. No queria que el siguiera hablando de un posible escape, eso podia ser solo una trampa.

Un sutil atajo a mi muerte.

- Siento que haya ocurrido. Juro que no quiero herirte. - tomó mi rostro entre sus manos- Necesito que me hagas un favor.

-¿Yo?- asintió con la cabeza y sacó su celular de entre sus bolsillos, marcando un número.

-Le dirás a tu hermano, que deje de investigar. Vas a decirle que ya no te busquen por que no aparecerás. ¿Lo entiendes? Nada de dar pistas de la ubicación, nada de levantar sospechas. Liebe , no me obligues a acabar contigo.

Me entregó el telefono, no podia sacarle a él la vista de encima, pero podia oir claramente la voz de Ryan al otro lado del telefono.

- Ryan. - dije secamente, él asintió. Eran instrucciones, conocia el maldito proceso.- Hermano escuchame, no hables ¿Si?

- ¡Oriana! ¿Donde estas? ¿Estas bien? ¡Dime que no te han hecho nada!- sentía mi corazón palpitar demasiado rapido, sentia mis ojos picar, las lagrimas querian salir.

-Estoy como se debe, mejor de lo que han estado muchos de lo que estuvieron bajo la mano Sabatini.- No queria decirle que me encontraba bien, por que era mentirle, pero tampoco me tenian como una rata, como mi padre tenia a sus reclusos - Deja de hacer cosas indebidas Ryan, por favor.

-¿Esto es por culpa de papá? ¿Es una venganza?- Serrano me vió atento, tratando de descifrar mi respuesta, ni siquiera yo sabia bien quienes eran o que querian.

-Alguien debia pagar, la oveja negra esta bien.- intenté bromear pero el solo bufó. - dile a Julieta y a Dylan que los quiero ¿Okay? y aunque lo niegue, tambien te quiero.

-No, no, no. - la voz se le aceleraba, sabia que debia colgar- Te amo hermana, no lo olvides. Sé fuerte por que no voy a descanzar hasta encontrarte. - Siete cerrò la tapa del telefono, ya no habia mas que decir.

Como quiera que sea mi futuro estaba escrito. Viva o muerta, ya no era yo quien decidia.

-Tu golpe no esta tan mal. - dijo examinando mi rostro para intentar sacarme de mis propios pensamientos- No voy a dejar que nada malo te pase ¿De acuerdo?

-Pasará lo que tenga que pasar. -levanté mi vista y la fijé a la entrada. Una mujer de cabello rubio me veia asesinamente, de brazos cruzados.  

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Sky.

«Acorralada.» (Adaptada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora