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Un fuerte brazo tiró de mi, mejor dicho, Julián tiro de mi, mientras la gente corria de aquí para allá. Intenté buscar a mi hermano entre la muchedumbre pero solo pude ver gente corriendo, en el monton creí ver el rostro de mi mejor amiga. Cerré los ojos y volví a abrirlos pero quien creia que era Julieta ya no estaba allì.

-¡Sal de aqui!- gritó Julián por encima de mi, mientras corria y seguia tirando de mi, con su propio cuerpo cubria el mio.- Oriana, no te sueltes.

Sujeté su mano con fuerza mientras la muchedumbre, los gritos y disparos iban quedando atrás, pero no iba a ir lejos. Julián me escoltó de nuevo hacia mi habitación.

-¿Que acaba de ocurrir?- pregunté asustada, sabia que Ryan y mi padre estaban abajo, en medio de todo el problema.

-Creí que era el simulacro planeado. Iban a falsificar un tiroteo para evitar que tu hables, pero han visto a tu padre y hermano infiltrados.- dijo agitado quitandose el cabello de la frente.

Se quitó el saco y lo depositó sobre la cama, para luego echarle llave a la puerta.

-No podemos quedarnos aqui. Vendrán por nosotros y... ¡Y van a matarnos!- ahora si, el miedo realmente me carcomia. Hice una pausa, porque quizás eso era lo que el queria, quedarnos allí y que quien quiera que sea fuese por nosotros.- ¿Van a matarme?

Fruncí el seño, oí como suspiró y desabrochó los primeros tres botones de su camisa para aproximarse a mi y tomarme por los brazos.

-Comprende, aquí- golpeó mi sien con su dedo indice- ..que no voy a matarte, no lo voy a hacer ni dejaré que lo hagan.-Tomó de su cintura un arma y la cargó, estaba lista para disparar, me quedé helada y el rió- Es por seguridad. Mira, la dejaré aquí para que te sientas mas tranquila.- la depositó en la alfombra de la habitación y suspiré.

Me senté en la cama, sentia el sudor frio calarme hasta los huesos. Pero eso, podia a llegar a ser lo de menos.

-Esta bien. Confio en ti.- Suspiré cansada. Su telefono sonó y en cuanto vio la pantalla dió un leve gruñido.

-Si... ¡Te he dicho que no vinieras!... ¡Acabas de poner en peligro tu propia vida! ¿No entiendes que no quiero que acabes como Yolanda? ¡No me levantes la voz mocosa! ¡Agh!- vió el telefono y lo reventó contra una pared.

Me limité a seguir estatica, pero luego le dirigì una mirada, no se veia enojado si no mas bien preocupado.

-¿Algo anda mal?- me atreví a preguntar una vez que me hice la idea de que la llamada no tenia que ver conmigo.

-Mi hermana. Es una adolescente que no tiene neuronas para pensar, ha estado aquí esta noche cuando yo mismo se lo prohibí. no quiero que acabe como ella.

-¿Como Yolanda?- inquirí recordando la conversación. El asintio- ¿Quien es Yolanda?

-Yolanda era mi hermana, hace dos años estuvo en el lugar equivocado, con la persona equivocada, a la hora equivocada. Sólo me queda mi hermana mas pequeña, quien vive al limite y me pone de los pelos, sabiendo que soy Julián Capuccio no puedo estar ahí para protegerla.

-Supongo que los adolescentes somos así, estamos hechos para actuar sin pensar.

-Por dios, tiene tu edad y tú eres mas madura que ella.- rió de lado y se frotó la cara entre las manos.

Me dirigí a la comoda, saqué un pijama que habia entre la ropa, la cual, Eleaonor Tomassi habia tenido el gusto y gentileza de enviarme. Me encaminé hacia el baño y una vez dentro, me cambié de atuendo.

Sali quitandome las horquillas del cabello, con el vestido y los tacones en la mano.

-Toma.- le arrojé el vestido, que atrapo en el aire, deje a un costado los tacones- no quiero ver otro vestido como esos en mi vida. Gracias si el aire llegaba a mis pulmones.

Conseguí sacarle una sonrisa, una sonrisa que me pareció realmente divina, tierna y sin maldad.

-Eras la envidia de la fiesta y muchos ojos se posaban en ti.- me guiñó un ojo complice mientras me metia en la cama, y él seguia sentado en la punta.

-¿Te quedarás aquí toda la noche?- tiré de mis sabanas hasta cubrirme poco mas de la nariz. - Por que, si es así, debo adelantarte que mis hermanos dicen que ronco.

-Tranquila, la noche que me quede a hacerte compañia no roncaste en absoluto.

-Bien, tu eliges.- Acomodé mi almohada y me recoste de lado, mientras por mis ojos se repetia aquel momento en que subi al escenario y se oyó el disparo.

Estaba casi segura de haber visto la cara de Julieta entre la gente, pero resultaba imposible. Apenas si ella sabia acerca de los 'asuntos familiares'.

Cerré mis ojos, apretandolos contra la almohada misma, pero sentí como alguien le hacia juego a la cerradura con una llave.

Me incorporé de golpe, Julián se posicionó detrás de la puerta con su arma en mano y me dijo que guardara silencio.

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Sky.

«Acorralada.» (Adaptada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora