5.

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  Me habia pasado la tarde entera dando vueltas por la habitación, habia desatado mis tobillos, y habia almorzado tranquilamente, aunque Siete no habia regresado.

Lo unico que hacia era pensar en mis hermanos, Ryan seguramente se encontraria dando vueltas por la casa llamando a sus viejos contactos y gritando una tanda de barbaridades en Ruso y en cuanto al pobre Dylan, mi pequeño hermano deberia estar llorando en algun rincón.

Me recosté en el suelo viendo el techo, jugando con mi cabello y planteandome bobas ideas como ¿Que estaria haciendo Julieta? ¿Como seria Amanda? ¿Bonita, pechugona? ¿Una vieja? tantas estupidas ideas se cruzaban por mi cabeza que el tiempo pasó volando y la noche llegó de nuevo en un abrir y cerrar de ojos.

Me recosté sobre la cama de lado y de a poco, sentia como los parpados se me cerraban.

Cai en un prfundo sueño, en el que corria por mi vieja casa en Rusia, mi madre me veia desde el portal, como solia hacerlo cuando yo era una niña. Ryan y yo jugabamos juntos y mamá cargaba al pequeño Dylan.
Pero entonces, un brusco tacto me despertó.

Abrí los ojos sobresaltada, y me encontré con unas gruesas manos recorriendome el cuerpo, tan asquerosamente que comenzé a gritar.

Logré enfocar su rostro y noté que habia sido quien le habia dicho a Julián que lo buscaban.

'Po'.

-Callate. - me ordeno con una horrible cara, intenté safarme pero tiró de mis piernas y me acercó a sus caderas.

-¡Suéltame, infeliz! - chillé desbordando lagrimas, asustada. Le di a puño cerrado en el labio, y se detuvo un segundo.

Escupió sangre aun lado de la cama y me vió con desprecio.

-Maldita ramera barata - imitó mi golpe. Me dió a puño cerrado en la mandibula, y hasta creí que mi dentadura se aflojaria.

Chillé de dolor aun más fuerte, trataba de escaparme de sus manos, pero el golpe y el echo de recien despertarme me tenia atontada, desorientada.

Fijé mi vista a la puerta y allí apareció siete, corriendo, con el torso desnudo y un pantalón de saten. Estaba despeinado y en cuanto vió al tipo encima mio se abalanzó sobre él tumbandolo al piso, algo que si no lo hubiese presenciado me hubiese parecido ilógico debido a la diferencia en cuanto a la dimensión de los cuerpos.

Me incorporé en la cama y me cubrí con las sabanas mientras 'siete' golpeaba a puño cerrado al calvo que me habia malherido.

-Cierra los ojos - su voz dulce y suave como la miel se dirigia a mi - Cierralos ya, por favor. No querras ver esto.

Le hize caso y oí el sonido ensordecedor de un disparo.

Segundos despues abrí los ojos y por un segundo me perdí en el cuerpo baleado del morrudo tipo que acababa de morir por un disparo en medio de sus, no muy bien, definidas cejas.

Solté un sollozo ahogado y me abrazé a mi misma, el castaño se acercó a mi y me dió un abrazo. Algo que nadie creeria, tu propio secuestrador gentil, defensor y abrazandote.

-Lo siento, liebe. - me repitió en el oido- He dado ordenes claras de no irrumpir en este cuarto y que mataria a quien lo hiciese. La mafia, cumple su palabra. - enterré mi rostró en su bien formado pecho y me levantó el mentón. - Dejame ver esto. - rozó mis labios con su dedo indice para ver la herida pero eché mi cabeza hacia atrás por el dolor que traia allí. - Metete en el baño y no salgas, alguien retirara el cuerpo y yo iré por un poco de hielo, mein princess*.

Asentí y me encerré en el baño a llorar mientras los minutos pasaban y podia escuchar a la gente dentro de mi habitación, más tarde entorné la puerta y pude ver que el cuarto se hallaba intacto, la cama hecha, sabánas nuevas y limpias, el piso más reluciente.

Me regresé a la cama y en el camino sus brazos me interceptaron para guiarme hacia donde él tomó asiento, y luego, me sentó en sus piernas.

-No tienes que hacerlo. - dije con la cabeza gacha, mientras él ponia hielo sobre la herida. - Es estupido que me ayudes ahora, sé como funciona la estupida mafia. Al fin y al cabo, acabaran con mi vida.

-No es tan grave el golpe. No eres alergica a ningun medicamento. En el botiquin del baño podrás encontrar un ibuprofeno para aliviar el dolor. - Otras vez allí. Evitando mis preguntas, evadiendo las respuestas, sabiendo más de mi que yo misma.

-Quiero hablar con mi hermano, si voy a morir solo quiero despedirme de Ryan. - sentí mis ojos escocer lagrimas, las cuales él limpio con sus dedos- Serrano, si vas a matarme. Hazlo ahora.- me puse de pie. Su mirada se perdió en el matiz rojo de la alfombra que cubria el suelo.

Lo hice a un lado y me meti en la cama. Sentí su peso recostarse a mi lado y comenzar a acariciar mi cabello.

- Duerme, que la luna te acune.
Que la cuna te duerma.
Pequeña princesa, te pido no temas.
Mañana correras por el prado verde.
Y podras ver, como todos vienen a verte.
Deja salir a galopar,
tu corazón encerrado más no quiere estar.- Abrí mis ojos y los fijé en su rostro que me veia fijamente. Esa canción de cuna, la conocia. Mi madre solia cantarmela.

- Y si tienes miedo me puedes abrazar. Pequeña princesa, nada va a pasar... - Concluí la canción y le ví fijamente - Eres alemán, Serrano.  

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*mein princess: 'mi princesa' en Alemán.

Sky.

«Acorralada.» (Adaptada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora