Capitulo 17

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Sonia: Deberíamos volver, estoy cansada, ya sabes.
Lidia: Sí, claro, avisare a mi padre.

Lidia llamó a su padre para que nos recogiera, tardó unos diez minutos en llegar, me dejaron en mi casa y me despedí de Lidia.
Abrí la puerta y como siempre, auténtica soledad, ni mi perro quería estar con alguien tan asquerosamente deprimido, me tiré en el sofá y sin previo aviso comencé a llorar, me sentía impotente, con ganas de destrozarlo todo.
Se hicieron las cuatro de la mañana y me dolía la cabeza de tanto llorar, estaba sintiendo hasta náuseas, no quise sentirme más de esa manera así que fui a dormir.

Isabel: Sonia, ¿vas a comer?
Sonia: Ehm no, no tengo hambre, tengo sueño.
Y eso era lo único que escuche decir de mi madre en toda la semana, no salí de mi cuarto, no me duchaba, no comía, daba asco, pero para mi sorpresa mi madre se hartó.

Isabel: Sonia o sales o te saco yo
Sonia: Mama déjame, no quiero salir, tengo sueño
Isabel: Eso has dicho todo la semana anterior, ¿Que quieres? ¿Morirte?
Se hizo un silencio, mi madre esperaba una respuesta, ¿es que quería morirme? Toda aquella semana se me habían pasado cosas horribles por la cabeza, puede ser que sí o que sólo esté todavía en shock por lo que ví.
Sonia: No, no quiero morirme, quiero dormir.
Mi madre abrió la puerta y me saco a la fuerza, me hizo comer todo lo que no comí en la semana y me preparó la ducha. Pasaba de todo, sí ahora mismo hubiesen venido un ejército de aliens para conquistar la Tierra, yo tan estúpidamente deprimida sólo por una razón, ella, la inexplicable fuerza que le daba a todo, la echo de menos, que os voy a decir, es parte de mi, es como sí me hubiesen arrancado el corazón, pero no los sentimientos, por desgracia claro.
El verano se acababa, no tenía ganas de empezar el instituto, pero bueno, las malas noticias nunca llegan solas.

La chica tristeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora