"Nixel Stoller y Kendra Brand, orgullo Kairu" XV

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El maestro da un fuerte respiro mientras se les aguan los ojos, al empezar a recordar momentos únicos los cuales ya eran imposibles redimir.

- ¿Qué te ocurre maestro?

- Ella es una maestra bestia, bueno no... tu mamá si lo era, ella es una especialista bestia aun.

- ¡¿Mi Madre?! ¡¿A qué se refiere maestro?!

- Ugh... (Y mira entristecidamente al joven), si, así es. Tu madre fue una maestra bestia, incluso, evoluciono esa rama del combate, tu madre así como lo oyes, alcanzo a ser la mejor maestra bestia de todo Dant-Kairus.

El joven entristecido, mira muy detenida y concentradamente a la joven, tratando de sustituir el rostro que veía por el de su madre mentalmente. No podía creérselo, como podría una madre tan pasiva una maestra bestia y más aún, la más experta en todo el planeta.

- Es que no lo creo... no puede ser que mi madre Kendra fue así de tal manera... Pero si ella fue mi madre y no es que le gusten mucho los combates, ¿Qué hay de mi padre? (mira su maestro)

- ¿Tu padre? (Ríe). Tu padre se destacó mucho en este mundo, fue el Almirante de Defensa Kairu hablando tanto de la ciudad como de la gran academia durante todo un año, quienes se encargaban de evitar el terrorismo de parte de otras razas e invasiones. Comandante contra la defensiva territorial, quienes se encargaban de proteger toda la ciudad de ataques e invasiones de origen monstruosos. Y mano derecha de Amenish, en su propio valle, durante la gran invasión, tan masiva que la puedes asociar con la primera y segunda guerra mundial juntas, y de ahí su gran título "Nixel del Valle". Además de salvarme la vida en innumerables ocasiones, fue mi gran amigo merecedor de toda mi honra, y mejor espadachín jamás antes visto en toda la historia.

El joven clava su bastón en el suelo y se sostiene del mientras deja salir sus lágrimas. En unos segundos, se puso en posición firme y desclavó su bastón del suelo orgullosamente y mientras observaba detenidamente la batalla dijo:

- No me convertiré en una escoria, no tenía idea de lo grande que eran mis padres, y aunque debería estar colérico por no saber toda esta gran parte, me bañaré en su orgullo y me dejare de lloriquear (aunque sus lágrimas seguían escurridas).

El joven se llena en sutotalidad de orgullo y se pone firme en sus desconocidos propósitos. Sumaestro, al lado de él, mira la actitud y expresión facial firme del jovenquien se notaba decidido en no hacer de el mismo una vergüenza y desagrado detodos. 

Dant Kairus I: Travesía Donde viven las historias. Descúbrelo ahora