"Revelación índigo" XLIX

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Al llegar a casa Kennay decide tomarse un baño y quedaba durante minutos frente al espejo, mirándose los ojos los cuales eran iguales que los de su madre, y trataba de visualizarla. Kennay perdía sus fuerzas, se sentía débil y se sostenía del lavamanos para no caer mientras lloraba pensando en lo desgraciada que era Rose porque llego a la conclusión de que posiblemente de alguna extraña manera ella le hizo tener todas esas visiones. Mientras tanto Rose estaba en la ventana de su habitación mirando el exterior, pensando de igual manera en lo que había visto. Había presenciado la muerte Nixel Stoller y Kendra Brand, quienes las personas de Dant Kairus piensan que aún siguen vivos, pero se ocultaron quizás porque se habían rendido, o simplemente se habían cansado de toda la gran guerra.

Al momento de la cena... ninguno se hablaban entre sí: Kennay estaba realmente molesto con Terreon y Rose. La joven sabían, que aunque Kennay no conoce los límites de Rose y le gritó que diera lo mejor de sí, ella se había pasado de la raya y ni siquiera llegó al límite.

Kennay removiendo del plato un extraño vegetal de ese mundo dijo – Esto es un asco... - y Rose contestó – Terreon me decía que era mi favorito y mi madre siempre me lo daba poco después de nacer – Kennay cortando una carne, dijo bruscamente – Al diablo con tu madre – Rose sostuvo su plato para recogerlo, y mientras se paraba enojada para retirarse, sin querer lo quebró en dos partes y llevó los restos a la cocina. Terreon le dijo a su alumno – Si hubiese sido acerca de Kendra, hubiesen rayos eléctricos por toda la sala... - Kennay lo había ignorado por completo y seguía comiendo. Rose piensa <Con que asi se llaman... rayos eléctricos... > desde la cocina.

Kennay retira los platos y se dirige al balcón y queda ahí parado mirando afuera durante un buen tiempo mientras Rose tocaba el piano y Terreon leía libros, y curiosamente... el libro era como el de Kennay, solo que dos versiones más adelantada "Habilidades ocultas Vol.3".

Rose termina con el piano y se dirige a la habitación. El maestro deja la pereza en aquella mecedora y se dirige a Kennay. El maestro le pregunta a su alumno - ¿Qué tal todo? Dame tu opinión.

-Solo quiero dormir, no comiences a cuestionar.

-Um... ven, sígueme. Con el nivel que tienes no necesitas de mi ayuda.

El maestro se para en la barandilla y salta al tejado. Kennay tuvo que pensarlo varias veces, y cuando el maestro le dijo que subiera, fue que lo hizo. El maestro estaba sentado en el suelo del tejado, y había arena en él, arena lisa como la de la playa.

El maestro se sienta mirando hacia el pueblo, se podían ver las montañas, pero esta vez prefirió el pueblo y dijo a su alumno – A ver... siéntate y dame tu opinión, ¿Qué tal te ha ido? – El joven Kennay se sienta y contesta – Bueno convivo con una psicópata... pero todo está bien, ventajas y desventajas... - El maestro ríe diciendo - ¿Psicópata?

-Sí, asi es

-Ugh joven Kennay... escucha... Trata a Rose con cuidado.

-Ni que fuera dama.

-Escucha, lo primero es que ni siquiera yo conozco los límites de esa joven, nunca, nunca... la vuelvas a retar ¿Y sabes qué? No usó su máximo potencial, he visto cosas de ella catastróficas, las cuales no quisieras ver. Yo... ni siquiera yo su maestro conozco sus límites pero te diré algo para darte una idea... Una vez cuando ella tenía once años, tuvo un conflicto con un maestro y este murió, el maestro la subestimo, no sabía a qué se enfrentaba, y asi fue.

Dant Kairus I: Travesía Donde viven las historias. Descúbrelo ahora