Del joven en el suelo salen lágrimas, pero no de dolor, aunque quizás no había recibido tal golpe en toda su vida. Lagrimeaba por el dolor que Rose debía haber estado sintiendo en todo este tiempo al no solo ocultarse tras esa capa, sino, ocultarse frente a su realidad y de una u otra manera, no querer cambiarla aunque sea precisa la sangre en esta.
La joven Rose con lágrimas a punto de brotar de igual forma, aun no se arregla la capa, había decidido por alguna recóndita razón hacerse dejar ver su rostro única y exclusivamente de este joven, del cual notaba algo en él, pero no sabía si era él quien era así, o todos eran así, dado que nunca a socializado con nadie.
Las lágrimas de Rose se escurrían, Kennay aún no levantaba su cabeza y dice - ¿Ya te tapaste? – Rose desata todo el aliento que había contenido y entre suaves jadeadas, se cubría lentamente y dijo – Si...
Kennay se incorporó con dificultad. Al estar completamente de pie, nota que Rose había llorado, dado que gotas estaban en su fina barbilla. Kennay dice – Si realizas tu propósito... ¿Ya todo cambiaria? ¿Ya sería más fácil... socializarte, conocerte y demás? Solo dime. Te ayudaré en tu propósito aunque sea tan macabro y misterioso como pienso, si quieres no me digas cual es, solo sigo tus órdenes y punto, lo cumplimos y listo.
Kennay camina lentamente hacia Rose diciéndole – Lánzate, no estás viviendo Rose... Rose... ni me se tu apellido. De por dios solo dime que hacer - y sosteniendo su collar en símbolo de juramento dice – Te lo juro Rose.
Rose comprende todo esto que le había dicho Kennay, lo asimila en su totalidad, pero tiene dos cadenas atadas de las manos al suelo que le impiden continuar, su orgullo y su antipatía.
Rose fingiendo desinterésdice – Mi promesa no incluye asistencia de nada ni nadie, y si en verdad sabes cuáles, espero que entiendas porque es – Y decide comenzar con el entrenamiento reiterandoque no mas charlas hasta el día del torneo y continúan el entrenamiento.
