- Buenos días, cariño -. Hablo con dulzura el castaño claro.
- Mm.. ¿papá?, cinco minutos más por favor -. Se quejo el pequeño de cabellos negros y ojos verdes cubriéndose de nuevo con su sabana.
- Llegaras tarde a tu primer día en la nueva escuela -. Su padre le quito la sabana de encima haciendo que el pequeño se hiciera bolita en la cama.
- No quiero ir..-. El mayor se sentó en la cama junto a su hijo, sonrió con ternura al ver a su pequeño Shino echo bolita.
- ¿Porque no? Apuesto a que sera divertido -.
- No lo creo.. No tengo amigos ¿con quien me sentaré?-.
- Eres un chico muy agradable, te aseguro que harás amigos muy pronto -. Shino se sentó en la cama mirando a su padre con esperanza.
- ¿Eso crees, papá?-.
- ¡Claro!-. Los ánimos de su padre le hicieron sonreír y asentir, aunque en el fondo realmente no quería ir.
Era la tercera vez en el año que él y su padre se mudaban de casa, Shino tenia la esperanza de que esta sea su casa definitiva ya que eso de hacer amigos para después abandonarlos no era algo agradable.Salió de su habitación ya con el uniforme puesto y la mochila colgada en el hombro.
- ¿No quieres almorzar antes, hijo?-. Pregunto su papá mientras salía de la cocina.
- No, no tengo hambre -.
- Esta bien, vámonos entonces -.Mientras su padre arrancaba el coche Shino miraba por la ventana de este su nueva casa, no era tan grande como las anteriores, pero le parecía más acogedor. Solo era de un piso, pero tenia muchas habitaciones y un jardín lindo, definitivamente quería que este fuera su nuevo hogar.
- ¡Llegamos!-. Hablo el joven padre de Shino.
Shino giro su vista hacia el edificio, una pequeña sonrisa se formo en su cara. Era una secundaria bastante linda, lo poco que vio ya le había encantado, todos parecían muy amables y educados.
Su padre noto la emoción que estaba naciendo en él, le acaricio los cabellos y le dio un beso en la mejilla.
- Suerte, cariño -.
Shino sonrió y bajó del auto, estaba algo nervioso, pero la emoción era más fuerte.
Le dio un ultimo vistazo a su padre despidiéndose de él con la mano y decidió entrar.Por otro lado su padre sentía el corazón algo apachurrado,
Shino nunca dejaría de ser su bebé y sabia que tantas mudanzas le estaban afectando, pero al igual que su hijo, esperaba que este nuevo sitio fuera su hogar definitivo.Después de una corta visita a la dirección para que le dieran el horario de sus clases y le explicaran donde se encontraban las aulas, se dio prisa para llegar a su primera clase, historia.
La verdad él odiaba esa materia, pero se esforzaría para que su padre siguiera sintiéndose orgulloso de él.Algo tembloroso, toco la puerta del salón esperando la aprobación del maestro para poder entrar.
- ¡Adelante!-. Suspiro acomodando el suéter y la corbata de su uniforme, se peino y abrió.
Los alumnos quedaron en silencio total, observando sin descaro alguno a aquel chico tan peculiar.- ¿Eres el chico nuevo?-.
Pregunto el profesor.
Shino asintió apenado, las miradas de sus nuevos compañeros lo estaban intimidando.
- Pasa, no seas tímido -. El profesor tomo a Shino de los hombros llevándolo hacia el centro de el aula.
- Chicos, este es su nuevo compañero, así que espero que le den una cálida y amigable bienvenida. ¿Podrías decirnos tu nombre, pequeño?-. Shino solo miraba hacia al frente, miradas de curiosidad y algunas de desinterés estaban posadas en él. Su profesor ya le había caído bien, parecía demasiado dulce y agradable.
Él pequeño tomo aire y mostró una sonrisa dulce a sus nuevos compañeros.
- Soy Shino.. Shino Kouyou -.________________________________
Uuh! Nuevo fanfic aoiha eue ojalá les guste, ya tengo toda la historia escrita en un cuaderno.. así que sera un poco corta.. A no seerrr.
El dibujo que hice para la portada es más o menos para que se den una idea de como es Shino (si lo ven deforme dejenme decirles que lo hice con pluma porque no tenia lápiz ;u; sorry).
Nos vemos! Gracias por leer.
( ˘ ³˘)♥
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El ex de papá.
FanfictionAoi y Uruha fueron novios en su adolescencia, pero las cosas no terminaron nada bien. Se separaron y juraron nunca más hablarse.. Que ironía que 16 años después volvieran a encontrarse, gracias a sus hijos.