Respirando entre los muertos - TWD

25 -Historias separadas.

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La ambulancia cumple su objetivo principal con tres heridos; Maggie, Anna y yo terminamos siendo las enfermeras designadas. Mientras el auto se mueve extrañamente por los baches del camino miro de reojo a Carl que duerme con la cabeza reclinada contra una de las puertas traseras, lo que me provoca ataques de pánico que cada cinco minutos por el miedo de que esa puerta se abra y él termine cayéndose.

—Tranquila Jen, yo me encargo –replica Maggie jalando a Carl para que deje caer su cabeza sobre su hombro, más alejado de las puertas. Sonrío como agradecimiento ya que por los golpes en la pierna de Carl, sé exactamente cómo se siente, lo mucho que debe dolerle y la incomodidad de este viaje no ayuda en nada.

Por otro lado enfrente de Maggie, mi hermana me ayuda a sostener a Ian que ha despertado un par de veces desde que salimos huyendo de la bola de fuego en la carretera, la primera vez parecía él mismo pero la segunda fue diferente, estaba muy confundido, tan confundido que dijo que había odiado su porquería fiesta de cumpleaños y que iba a perdonarnos nunca, luego se durmió de nuevo.

Una vez que nos habíamos alejado en una distancia segura los autos se detuvieron bajo la sombra de un gran árbol cerca de la calle, revisamos nuestras heridas y narramos lo sucedido. Por nuestro lado la historia se partía en dos partes pero terminaban juntas, en una explosión de llamas y caminantes asados.

De parte de los otros exploradores las cosas habían sido más calmadas, era como si más bien los hubieran estado esperando porque el combustible está ahí, por montones y lo cargaron de los dispensadores como en los viejos tiempos. La gasolinera estaba casi en perfectas condiciones por eso no tardaron tanto, solo que como siempre los caminantes todo lo arruinaban porque cuando se aventuraron por algo de suministros extras en una tienda de comestibles fueron arrinconados por un pequeño grupo, todo salió bien hasta que Carl se golpeó la espalda con una tubería y un estante lleno cajas le cayó en la pierna. Al sacarlo de ahí se dieron cuenta de que no podía caminar, fue un completo desastre pero al menos salieron con lo que buscaban y a toda prisa.

Todo eso nos llevaba a esto, a Jade conduciendo la ambulancia con su esposo y su hija dormidos en el asiento largo del acompañante. A nosotras cuidando de las heridas de nuestro grupo, incluido el brazo roto de María que ahora cuelga de una venda bien elaborada que Maggie le ha sujetado al cuello y a Ian de nuevo, dormido en su estado de confusión que tanto miedo me causa.

Sus ojos empiezan a abrirse poco a poco, parece perdido pero cuando me mira sonríe como siempre. Se lleva las manos a la cabeza y se queja al encontrar unas vendas, gruñe por el fuerte dolor.

— ¿Qué rayos buscabas en un poso?

—Quería saber lo que sentías al caerte todo el tiempo –murmura en broma pero se gana un golpe en la frente de mi parte, en lugar de quejarse empieza a levantarse de a poco percatándose que estaba sobre mi regazo. Con cuidado se mueve para quedar sentado en medio de mi hermana y yo, nos mira por un momento pero luego detiene su atención en las vendas de mi prima delante de nosotros.

—Oh Dios María, tu brazo esta... ¿Qué rayos pasó allá atrás?

—Una horda trató de partirme en dos –responde ella tratando de sonar fuerte.

—Y nosotros desatamos una horda aún más grande –agrega Anna con la mirada perdida en el vendaje en la pierna de Carl.

Maggie nos analiza a todos pero solo sonríe, ella debe estar pensando en esa cosa suya de la fortaleza, en eso de "lo que no te mata te hace fuerte" pero por dicha no lo expone, solo agrega una explicación a la narrativa que Ian solicita; —Y ellas dos lo volaron en pedazos todo ese lugar –dice ella apuntándonos a María y a mí. Nosotras nos encojemos de hombros mientras que Ian aplaude.